La pívot de la selección española, Astou Ndour, forjada a fuego lento en las filas del CB Islas Canarias, suma sus segundos Juegos Olímpicos con las ganas de resarcirse del batacazo del Eurobasket hace apenas tres semanas. La africana siente «orgullo» por sus dos países y espera regresar a la Isla para jugar en la que considera su «casa».

Han pasado tres semanas desde la eliminación española contra Serbia en los cuartos del Eurobasket y de la derrota contra Rusia que les dejó sin Mundial. ¿Cómo lo ha llevado en lo personal en este tiempo?

Estoy bien. Tampoco es que haya descansado, porque me fui con mi equipo a la WNBA (Chicago Sky). Ellas sí han descansado y las veo bien. Lo mejor es que ya se ha podido resetear las mentes y ahora tenemos un nuevo reto en los Juegos. Tengo confianza en este equipo, estamos en buen camino.

¿En el vestuario qué se dice? ¿Tienen el orgullo herido? ¿Ganas de revancha con Serbia?

¡No, no! Tenemos ganas, eso sí. No vamos a pensar solo en Serbia porque todos los partidos son importantes. Tenemos que dar el 100% de nosotras porque estamos en unos Juegos.

Contra Serbia se apuntó a que no le llegaron tantos balones en la pintura y jugó bastante alejada del aro. ¿Comparte esta idea?

No creo que fuera solo porque no me llegaran esos balones. También hay que tener en cuenta que las rivales juegan y me pueden defender bien. Sé que soy la referencia, pero hay que leer cada jugada. Si jugamos como un equipo todo funcionará, sea a través de Alba [Torrens ] o de mí, así las bases u otras pívot pueden aprovecharse.

Precisamente le iba a preguntar por Torrens. Vuelve tras sufrir el covid. Con ella en pista amenazando por fuera, usted gana porque le aclara la zona

Sí, Alba juega libre, esto nos ayuda a todas. Tampoco tenemos que olvidarnos de que sumamos a Tamara, que también trabaja mucho por dentro y nos da descanso. Tenemos dos o tres buenas amenazas exteriores para que trabajen y pueda estar libre, así lo veo.

Es una de las líderes, pero ¿quién manda en el vestuario?

Eso es cosa de Laia, como siempre [ríe]. La gente le escucha, se encarga de motivarnos y todas estas cosas. Es perfecta.

Y usted, ¿con quién se lleva bien dentro del vestuario? ¿Tiene un trato especial con Maite y con Leonor por ser canarias?

Me llevo genial con todas, pero me falta aquí Laura Nicholls que era una hermana para mí, ojalá vuelva pronto.

Vuelve a haber tres canarias defendiendo la camiseta nacional en los Juegos. ¿Qué siente?

Es un lujazo que estemos aquí las tres. Llevamos el nombre de Canarias por todo el mundo y además estoy muy contenta por ellas, por cómo les ha ido el año. Han hecho un trabajo enorme para poder estar aquí y se lo merecen.

¿De quién se va a acordar cuando esté en el desfile inaugural de los Juegos?

[Resopla] De toda la gente que confió en mí para darme la oportunidad desde el minuto 1. Siempre han estado ahí empujándome en los momentos difíciles.

Ese apoyo del que habla gracias al trabajo de Domingo Díaz y Begoña Santana y el programa de becas que tienen para las jugadoras de origen africano. Usted es canaria, se siente española pero a la vez un estandarte africano. En la Gala del Baloncesto que organiza la FEB vistió un traje senegalés. Reivindica sus raíces. ¿Cómo lo maneja?

Soy así, me sale natural. España es mi país, estaré siempre agradecida por todo lo que ha hecho por mí, pero yo soy de Senegal, nací allí y soy africana. Puedo permitirme sentirme orgullosa de dos países. Vaya a donde vaya no pierdo mi cultura, sigo comiendo comida africana, llevo mis vestidos, siempre estoy atenta de mi gente. No me supone ningún problema.

Al respecto. En el último año Canarias ha vivido una oleada de inmigración africana. ¿Qué siente una persona privilegiada como usted cuando ve esas imágenes?

Me duele un montón. Hay que entender que estas personas no tienen lo que quieren en África, no tienen nada, cuando tú no tienes nada eres capaz de montarte en un cayuco y jugarte la vida. La gente se está matando por intentar tener un futuro y otra gente no lo entiende. Yo lo explico cómo que son niños a los que les ofrecen un bombón, que no saben de qué es, pero van a intentar cogerlo sí o sí. La solución es que puedan tener una vida mejor en África porque ellos quieren quedarse allí.

Teniendo en cuenta el movimiento Black Lives Matter [Las vidas negras importan], ¿siente que tanto usted como Usman Garuba en la selección masculina, están abriendo camino para asentar que haya ídolos y referentes de raza negra?

Creo en esta posibilidad, sí. Nosotros estamos luchando por ello ahora, pero creo que la clave puede estar en la próxima generación. Estamos en una situación que ya debíamos haber superado hace muchos años. Pero como siempre digo , todo radica desde la educación que se da desde la base. ¡Coño! La gente no nace racista, es la educación que se transmite. Si crecen con esos valores, pues se perpetúan. Pero vamos a continuar trabajando para educar y enseñar que hay muchas culturas y todos somos humanos. Confío en el corazón de las personas y que al fin y al cabo deben sentir por los hechos que se hacen. Pero me gusta creer que este trabajo que estamos haciendo va a cambiar el futuro de esas generaciones que decía antes y juntos lo vamos a lograr para que ellos sean precisamente los beneficiados.

Volvamos a los Juegos. ¿Cuáles son las expectativas reales? ¿Firmaría una medalla de bronce ahora? Sé que siempre es ambiciosa, pero si pudiera asegurarlo, ¿lo haría?

¡Ah, no! Sabes que siempre digo que voy a por el oro [ríe]. No podemos ir a una batalla asumiendo que podemos perder alguna eliminatoria. Tenemos que partir por tener confianza en nosotras mismas y demostrar lo que ya hemos hecho tantas veces. Pero oye, si se da lo vamos a disfrutar como las que más, eso seguro. Pero vamos a ir primero pensando en luchar por meternos en la final.

Habla de luchar por la final. Pero centrándonos en la primera fase. Ahí se van a medir a Corea del Sur, Canadá y Serbia, la última verduga. ¿Cuáles son las claves del grupo? ¿Han hecho mucho scouting de ellas?

Ahora cuando viajemos a Tokio, como no vamos a tener más partidos amistosos, pues creo que vamos a tener bastante tiempo para descansar y trabajar bien haciendo ese scouting. A Serbia ya la conocemos, la tenemos bien estudiadas. Con Canadá hemos jugado montón de veces, pero cada año van cambiando las piezas, así que habrá que tenerlas en cuenta. Sobre Corea, hay que ver. Vamos a hacer nuestro trabajo, confiar en nosotras y ya todo llegará.

La última y es clave. Acaba de fichar por el Reyer Venezia, pero el aficionado grancanario le echa de menos y le quiere ver vestir de nuevo la camiseta amarilla. ¿Qué hace falta para que vuelva a su club?

[Ríe a carcajada] Ay, ojalá pueda pasar. Siempre lo digo, Gran Canaria es mi casa, siempre que puedo volver lo hago. Cuando se den las posibilidades, seguro que volveré.