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Natación

Al amigo Pacuco Bello

Además de tener el reconocimiento de ser ‘Playero de honor’ de Las Canteras, una de sus facetas era la de ser un destacado nadador v Llegó a batir récords provinciales

Pacuco Bello, en un evento de natación, su gran pasión. | | LP/DLP

La noticia del fallecimiento del amigo Francisco Bello, nos ha llenado a todos de una tristeza difícil de explicar, más que nada porque se nos ha ido lo que se dice una buena persona. Esa es la mejor definición del amigo Pacuco, como se le conocía.

La prueba está en ver como se le ha recordado con cariño desde varios frentes de la sociedad canaria, sobre todo por lo que hacía referencia a la ‘su’ playa de Las Canteras, su querida playa, esa donde nació, se crió y vivió toda su vida, de ahí que no fueron pocos los reconocimientos que recibió, pero era el de Playero de Honor, uno de los que más le emocionó.

Pero Pacuco tenía otra faceta: la natación. No es de extrañar, porque vivió en la que fue considerada la cuna de la brillante historia de la natación canaria: la playa de Las Canteras, y donde se enganchaba a la natación deportiva a la que quedó ligada para siempre, sin dejar de practicar cada día, hasta que pudo.

De la playa al Julio Navarro, donde inicialmente se adscribía a la disciplina del Club Natación Alcaravaneras, el club de los hermanos Guerra y que a principio de los 50 era uno de los más destacados de la natación local, hasta que pasó a la disciplina del Metropole, siempre nadando braza donde se convirtió en un buen nadador de club llegando a batir el récord provincial juvenil en 100 braza (1.24.6) en 1955 y formando parte de la selección grancanaria que competía en Tenerife.

Eclipsado por el brillante plantel de campeones de la época que le tocó vivir, Pacuco era de esas personas que, si bien no fue desde luego un brillante campeón, de esos que no suben tanto al podio, es evidente que sin su aportación y su trabajo no habría podio ayudar a otros a subir.

Presidente federativo

Esa era su faceta más destacada, organizador, creativo, enamorado de lo que hacía y en este caso de la natación grancanaria y canaria, porque fue presidente de la Federación Insular de Natación y vicepresidente de la Federación Canaria de natación.

Pero antes, ya había estado trabajando por y para la natación recuperando las travesías a nado en Las Canteras, apoyándose en el Real Club Victoria, club al que convenció para crear la Sección de Natación Master en la época de Juan Armas como presidente y apoyándose en gente como Antonio Quevedo, histórico nadador victorista, hasta conseguir la popularidad de esta actividad en las islas, y con él siempre en primera línea.

Se unió también a la gente de la Peña La Vieja como Luis Domínguez, los hermanos García, y también a los hermanos Reyes, sobre todo Paco y entre todos dieron vida a la ya famosa travesía a nado Lanzarote-La Graciosa, que se ha convertido en todo un referente deportivo en las islas y más allá, sin olvidarse de las famosas travesías de la Peña La Vieja a La Puntilla.

Y además se empeñó en traer a Canarias a David Meca, en aquel momento el nadador español más famoso por sus medallas en larga Distancia, sus travesías a nado y sus retos populares, como fue la famosa travesía Tenerife-Gran Canaria, cuya entrada en la playa de Las Canteras aquel mayo de 2002, fue todo un espectáculo. Después vinieron otras visitas de Meca a Gran Canaria, a La Graciosa, al Metropole, apoyados siempre por Pacuco que no dejaba ningún detalle al azar.

Que eso es lo que hacía siempre. A nadie le faltaba en las travesías, su medalla de participación, su camiseta, su refresquito, la foto, de las que guardaba un buen archivo que esperamos que no se pierda, controlando las mareas para buscar el momento idóneo de nadar, etc. Todo lo hacia Pacuco buscando ayudas incluso con su familia, su hija Chedes y sponsor por donde sea, o lo ponía el mismo, el caso es que el tema saliera adelante. O buscando piscinas y proyectos para fomentar la natación.

Así era Pacuco. Un oasis de tranquilidad, familiar, abierto, generoso, incansable, siempre dispuesto a prestar la ayuda que le pidieran. Un enamorado de la naturaleza, de su playa, de sus amigos y ese es el mejor recuerdo que nos deja a los que le conocimos y le apreciamos. Siempre dispuesto a dar un consejo o ayudando a buscar solución en alguna dificultad o problema que se presentara.

Se nos ha ido un amigo, una buena persona, un buen cabeza de familia. Descansa en paz

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