Lo habrá ensayado centenares de veces en la sala de entrenamiento del CAR de Madrid, pero solo lo ha enseñado una vez en público y hoy (9.00 horas) lo presentará en la alta competición: es un doble mortal adelante en plancha con pirueta y media que debe llevar a Ray Zapata al podio olímpico.

El gimnasta lanzaroteño ha introducido este nuevo elemento, que llevará su nombre, en el ejercicio de suelo para elevar la nota de dificultad de manera que, si la complementa con una buena ejecución, tenga opciones de medalla en los Juegos de Tokio. Solo se le pudo ver hacerlo, con éxito, en la Copa del Mundo de Doha de hace un mes.

Si ya sin ese elemento Zapata fue cuarto en la ronda clasificatoria en los Juegos, con su primera nota por encima de 15 puntos de esta temporada (15,041), la novedad debe hacerle mejorar posiciones. «En la final obviamente iremos con todo. Estamos en unos Juegos Olímpicos. Estoy preparado para jugármela», afirmó el gimnasta nacido en República Dominicana y formado en España al abrigo del triple medallista olímpico Gervasio Deferr.

Para subir al podio debe sortear a rivales de consideración, empezando por el israelí Artem Dolgopyat, el mejor en la ronda clasificatoria con 15,200. Es el vigente subcampeón mundial en este aparato. Otra amenaza para los planes de Zapata es el ruso Nikita Nagornyy, oro olímpico por equipos, campeón mundial individual y que también estuvo mejor que el español en la primera jornada, con nota de 15,066.

Fue la misma que obtuvo el surcoreano Ryu Sunghyun, campeón mundial júnior de suelo en 2019 y que a sus 18 años ya tutea a los mejores. El chino Xiao Ruoteng, que perdió el oro individual absoluto en Tokio por milésimas; otro surcoreano, Kim Hansol, más especialista en salto pero también con un gran suelo; el kazajo Milad Karimi y el estadounidense Yul Moldauer completan la lista de finalistas. Ninguno es fácil.