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Internacional

Gerd Müller en Gran Canaria: del gol en el Insular a Patalavaca

Gerd Müller marcó en la visita del Bayern a la UD Las Palmas en 1972 | En 1977, ya como campeón del mundo, regresó a la Isla para disfrutar de unas vacaciones en Arguineguín

De izq. a dcha. Franz Beckenbauer, Seep Maier, Johnny Hansen, Georg Schwarzenbeck, Fruz Roth y Gerd Müller saludan al público en el Insular. | | JUAN GREGORIO/ARCHIVO LA PROVINCIA

El final de pretemporada que organizó la UD Las Palmas en 1972 no tenía nada que envidiar a cualquiera de aquellos torneos de verano que eran religión en España: del Teresa Herrera al Joan Gamper; del Trofeo Naranja al Trofeo Ramón de Carranza. Justo desde Cádiz llegaba el Bayern Munich al Estadio Insular. Junto a ellos, el Standard de Lieja belga. Dos grandes de Europa del momento para probarse ante la mejor UD.

Gerd Muller, acompañado de su esposa, en los apartamentos Aquamarina. | | QUESADA Edu López

Y por ahí andaba Gerd Müller. El Torpedo era uno de los rostros principales del equipo bávaro, capitaneado por Franz Beckenbauer. La cosa no quedaba ahí porque el equipo dirigido por el Udo Lattek contaba con el mejor guardameta del momento, Seep Maier, y hombres como Paul Breitner, o Georg Schwarzenbeck. Todos formaban parte de la base del equipo que conquistó la Eurocopa ese mismo verano y el Mundial de 1974 dos años después.

En aquellos dos partidos el Bayern hizo pleno. Primero ganó por la mínima al Standard de Lieja belga (1-0) gracias a un gol de Hoffmann. Ahí, el Müller pasó «desapercibido» y no supuso ningún problema para el guardameta Christian Piot, todo un mito del Standard. Lo único que dejó ese día fue una amarilla por protestar.

Sin embargo, contra la UD Las Palmas sí cumplió con su cita con el gol. El partido empezó con la entrega del trofeo ‘Quillet Gimeno’ a Germán Dévora, que le acreditaba como máximo realizador amarillo la temporada pasada. Tras una primera parte sin demasiado fútbol, en la segunda saltó la conexión Beckenbauer-Müller. El ‘Torpedo’ cazó un balón en el área tras una conducción limpia del líbero –que dejó una foto de época junto a Tonono en el intercambio de banderines– para batir a Antonio Betancort. Poco después cayó el 2-0 con la firma de Schneider. «Los jugadores alemanes, que ya ganaban por dos goles de ventaja, intentaron bailarnos y entonces surgió la garra de nuestro equipo, que todavía estaba falto de rodaje, pero a base de entusiasmo se crearon jugadas de mucho peligro», recordaba Germán 20 años después con motivo del regreso del Bayern a Gran Canaria para completar su pretemporada en invierno.

El Maestro puso el 1-2, ya pasado el minuto 70, y la UD rodeó la portería de Seep Maier sin demasiada fortuna. Se acabó el partido y el pitido final señaló uno de los duelos más míticos que vivió el recinto de Ciudad Jardín.

La entrevista

Cinco años más tarde, a la redacción de LA PROVINCIA llegó un soplo: Gerd Müller estaba en el Sur de la Isla. «Nos dijeron que ha dado instrucciones precisas para que nadie le moleste. Va a estar aquí dos semanas y quiere aislarse del fútbol y la prensa», le dijeron a Rafael González Morera en la puerta de los apartamentos Aquamarina en Patalavaca. Sin embargo, el delantero, que había sido operado de una lesión en la columna vertebral, accedió a la entrevista gracias a la mediación del metre del complejo.

«Había venido aquí con el Bayern y tenía ganas de conocer la Isla, su parte turística y disfrutar del buen clima y sol permanente de por aquí», sentenció. Esa iba a ser su penúltima temporada en el Bayern antes de salir rumbo a Estados Unidos, donde jugó tres temporadas. «No sé ni cuántos goles he metido, creo que más de 500. Es mi trabajo, como para Beckenbauer dar pases. Es mi trabajo», sentenció. Un oficio del que dejó constancia en el Insular antes de broncearse en Mogán. Palabra de mito.

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