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Vela

Alberto Padrón: triplete dorado

El grancanario logró en julio su tercer título mundial de la clase J80, además de ganar otro entorchado de 420 en su etapa en la vela ligera | La clave, «la constancia y el esfuerzo»

En primer término, el ‘NewWind Foods’, en el que navega Alberto Padrón como táctico y ‘trimmer’, durante el Mundial de J80 que ganó en julio en Dinamarca. | | LP/DLP

Alberto Padrón Torrent, por méritos propios, figura en el top del extenso ranking de regatistas que han convertido a Canarias, y a Gran Canaria en particular, en un referente mundial de la vela, un deporte que tantos y tantos momentos gloriosos ha deparado para el deporte español. A su extenso currículo nos remitimos. Sin contar sus logros locales y regionales, a nivel nacional, continental y mundial puede presumir de un excelso historial de éxitos en forma de podios en competiciones de primerísimo nivel tanto en la vela ligera como en embarcaciones de mayor calado.

El regatista grancanario Alberto Padrón posa sobre el barco de la clase J80 ayer en Santander, donde reside. | | LP/DLP

Tras su etapa de formación en el vivero de campeones del RC Náutico de Gran Canaria, del que es socio de honor, puso rumbo a Santander para afrontar una etapa en la que también cosechó muy buenos resultados en las clases olímpicas como integrante del programa del equipo nacional. Aunque estuvo cerca de lograrlo, le queda la espina de no disfrutar de unos Juegos.

Asentado ya en tierras cántabras, a sus 37 años y con mucho esfuerzo compagina la actividad deportiva con su vida laboral como desarrollador informático -es ingeniero técnico de telecomunicaciones-, Alberto Padrón sigue en la cresta de la ola en la vela. Navegando en la clase J80, en julio pasado conquistaba su tercer entorchado mundial. Lo hizo con el NeWind Foods cántabro del armador Daniel de la Pedraja, ejerciendo labores de táctico y trimmer en el equipo patroneado por Pablo Santurde, que completaban Jon Larrazábal y Joaquín Cavero, «un niño que destaca en la clase Optimist aquí en Santander y que llevamos en el barco para cubrir nuestras necesidades de peso, importante en esta clase».

En aguas de Rungsted (Dinamarca), España volvió a refrendar su poderío en esta competitiva categoría. El regatista firmaba así su particular triplete de títulos y se queda a dos del rey, un paisano suyo, el lanzaroteño Rayco Tabares, que acumula cinco. Este entorchado se convierte en el cuarto título mundialista que reluce en el palmarés de Alberto Padrón. A los tres cosechados en J80, hay que sumar el conquistado en 2000 navegando en la clase 420 de vela ligera.

Canarias presume de contar con un amplio elenco de regatistas en esta categoría de J80, clase que según apunta el grancanario comparte «muchas similitudes» con la Snipe, donde los deportistas isleños también han sobresalido históricamente por sus resultados.

«Es un barco de ocho metros de eslora que a contraviento navega a velocidades bajas, y donde influyen más las cuestiones tácticas y las buenas cualidades de los tripulantes. Es la vela de toda la vida, lejos de esos barcos más modernos que, en casos como los llamados Fórmulas 1 del mar, más que navegar vuelan sobre el agua», explica.

A pesar de que Alberto Padrón ha conseguido a lo largo de su trayectoria deportiva subir al podio en los Campeonatos de España, Europeos y Mundiales, a la hora de señalar el logro personal que más satisfacción le produjo este no coincide con un puesto final en el cajón: «Se hace complicado elegir uno, pero del que estoy más orgulloso es el séptimo puesto que alcance en 2005 en el Campeonato del Mundo de 49er -clase olímpica a la que accedió tras un fugaz paso por el 470-. Un Mundial es casi como los Juegos Olímpicos en cuanto a participantes. Llegamos a ir cuartos a falta de una regata. Pero a los Juegos solo podía ir una tripulación española y estaba Iker Martínez, que fue oro en Atenas 2004 y plata en Pekín 2008». El sueño olímpico, «la espinita clavada» que le quedará en su carrera dentro del mundo de la vela. «La suerte no me sonrió en ese objetivo”, apostilla.

Orgulloso de su palmarés

Pero a pesar de ello, se siente «muy orgulloso» del camino exitoso que ha conseguido labrarse en su deporte. Como clave para contar con un palmarés tan brillante, el grancanario señala a su carácter. «Me considero una persona constante y que no escatimo esfuerzos en todo lo que hago. Soy muy competitivo y, sobre todo, me apasiona la vela. Hoy en día, con las obligaciones laborales y familiares, intento seguir prepararme físicamente a diario; luego, sacrificó fines de semanas y vacaciones para competir».

Reconoce que cuando empezó en el mundo de la vela con apenas 10 años junto a su hermano Javier en el Real Club Náutico de Gran Canaria, «no esperaba llegar a ganar tantos títulos». Su madre Charo Torrent, perteneciente a una estirpe familiar histórica en la vela canaria, y su padre Alberto los alentó a probar, y hasta ahora.

«Cuando eres pequeño, no piensas en resultados, sino en disfrutar y navegar con el grupo de amigos. Conforme vas creciendo te empieza a picar el gusanillo de la competición y luego te vas apasionando sin darte casi cuenta. Con 18 años me traslade a Santander, donde está el Centro de Alto Rendimiento de la Federación Española con la vista puesta en el objetivo de dedicarme al 100% a la vela. Pero ya en 2009, y con los recortes por la crisis que también afectaron a la Federación, ya vi inviable vivir de ella, porque a ese nivel necesitas inversiones importantes para materiales de última generación y para afrontar desplazamientos por todo el mundo», relata Alberto Padrón.

Mucho talento en Canarias

Desde la perspectiva que da la distancia, el regatista isleño considera que la vela canaria sigue teniendo «mucho talento». Pone como ejemplo a los cuatro grancanarios que actuaron en los recientes Juegos de Tokio, tres de ellos de RC Náutico de Gran Canaria: «Tara Pacheco, según mi opinión, cumplió con el diploma que obtuvo en Nacra porque peleó hasta el final por entrar en el podio. Quizás se esperaba más de Patricia Cantero -que navegó con la catalana Silvia Mas en 470-, porque llegaban como campeonas de mundo, pero ellas no tuvieron su mejor semana en unos Juegos, donde la competencia es extrema. Pienso que Joel Rodríguez en ILCA7 y Ángel Granda en tablas cumplieron, si tenemos en cuenta que son muy jóvenes y que en citas como esta necesitas de experiencia para tomar las decisiones correctas; les servirá para el gran futuro que tienen por delante».

Alberto Padrón se considera un producto 100% de la factoría de campeones del club de su vida, el Náutico, y para él supone «un gran honor» haber defendido los colores de la que considera como “mi segunda casa». Destaca que la entidad isleña realiza «un trabajo con la cantera» que no ha visto «en ningún sitio de la Península y casi en ninguna parte del mundo de las que conozco». También alaba la labor que desempeñan sus entrenadores en la gran cantidad de éxitos que se consiguen año tras año. Y en este apartado quiere resaltar el nombre de un mito «como Manolo Pazos», que fallecía recientemente y moldeó a «generaciones y generaciones» de jóvenes campeones.

«La labor de formación que realiza el club es sobresaliente. Cuando estás allí, ves normal que haya cuatro entrenamientos por semana en cualquiera de las clases de vela, pero cuando estás fuera y conoces lo que hacen otros clubes, que a lo mejor tienen entrenamientos un día o dos a la semana, te das cuenta cuál es la razón por la que salen tantos y tantos deportistas de gran nivel. Es verdad que para practicar en algunas zonas de la Península, por el clima, hay que tener mucho valor, y que en Canarias podemos navegar los 365 días del año, pero tantos regatistas buenos no salen por arte de magia, sino por la labor que se hace», señala Alberto Padrón.

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