La UD Tamaraceite sigue sin levantar cabeza. El cuadro tamaraceitero, último clasificado del grupo IV de Segunda RFEF sin conocer aún la victoria, encajó en tierras malagueñas la octava derrota del curso. Fue en el estadio del Vélez (2-0), rival en poco más de una semana de la UD Las Palmas en la primera eliminatoria de la Copa del Rey. El equipo veleño anotó dos goles al borde del descanso para llevarse un partido en el que el cuadro isleño no aprovechó sus ocasiones de marcar.
Los dos contendientes salieron muy serios, buscando la posesión de balón y acercándose con frecuencia al área contraria durante los primeros compases. El local Pedro y el visitante Leo Ramírez protagonizaron las primeras acciones de peligro.
Tras un cuarto de hora de mucha intensidad, el ritmo fue decayendo y ambos conjuntos ejercieron un fútbol más pausado, sin perder de vista las respectivas áreas rivales, aunque con dificultades para romper las defensas.
En el minuto 41, Julio Báez lo intentó para el Tamaraceite. Del posible gol blanquiazul, se pasó al 1-0 en la acción posterior, obra de Álvaro Ocaña, quien tras una serie de rechaces cazó un balón en la frontal para batir a Javi Sánchez.
El gol dejó tocado al Támara, lo que aprovechó el equipo de Miguel Ángel Beas para poner tierra de por medio en el marcador en una acción a balón parado. Cervera sacó un córner al segundo palo, donde apareció Bocchino para cabecear a gol y establecer el 2-0 con el que se llegó al descanso.
El Vélez salió más enchufado tras el paso por vestuarios. Ocaña pudo lograr un doblete en el primer minuto de juego de la segunda mitad con un disparo cruzado que Javi Sánchez desvió a la esquina. Luego la tuvo Portillo para hacer el tercero. Poco más tarde fue Gonzalo Miranda quien rozaba el gol.
Pachi Castellano realizó una triple sustitución en el minuto 56 para contrarrestar el dominio local. Tras los cambios, el Támara se volvió a enganchar. Aythami lanzó al travesaño cuando tenía todo a favor para marcar. El equipo blanquiazul siguió buscando el gol con insistencia, aunque sin fortuna a la hora de definir.
