La Provincia - Diario de Las Palmas

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El primer gol que viajó lejos del estadio

Esta semana se celebra el aniversario de la llegada de la radio

a las transmisiones deportivas en directo

Teddy Wakelam, narrador de la ‘BBC’, en una cabina en la década de los años 30. | | LP/DLP

El Arsenal, que históricamente siempre ha sido el equipo que más se ha atrevido con la innovación, hacía tiempo que venía dándole vueltas a la posibilidad de llevar su nombre y sus partidos a todos los aficionados que fuese posible. El fútbol en los años veinte vivía su gran eclosión a nivel popular. El deporte había arraigado de forma impensable en las clases más modestas de la población. Los estadios, aún viejos, incómodos y pequeños, se llenaban a reventar cada fin de semana. En Highbury eran miles los aficionados que se quedaban a las puertas sin poder entrar y los directivos del conjunto londinense pensaron que la radio podía ser un aliado perfecta en esa pelea por ganar adeptos. Quien no pudiese ver el partido en el estadio podría hacerlo a través de las ondas. El padre de la idea fue George Allison, un periodista que trabajaba para el Arsenal en aquel momento. El fue quien la presentó a los responsables del club que abrazaron su plan de forma apasionada. Y se fueron a la BBC con la propuesta debajo del brazo. Los responsables de la radio televisión pública escucharon con interés su propuesta, pero el problema es que las trabas administrativas a las que tenían que hacer frente en ese momento eran innumerables. Por lo tanto el plan quedó aparcado en el fondo de un cajón.

El planillo ofrecido por ‘The Radio Times’ para orientar a los oyentes. | | LP/DLP

La situación dio un vuelco el 1 de enero de 1927. Ese día la BBC recibió la Royal Charter (Carta Real), el decreto por el que convertía a la emisora en una corporación pública y, por lo tanto, le facultaba para retransmitir todos aquellos eventos que pudiesen ser considerados de interés general.

Y el deporte en general y el fútbol en particular, es evidente que lo eran. Entonces se desempolvó la propuesta que el Arsenal había llevado a sus oficinas unos meses antes. Los impedimentos burocráticos habían dejado de ser un obstáculo y ahora se trataba simplemente de voluntad y esfuerzo.

El partido elegido

No perdieron el tiempo. La BBC decidió que no tenía sentido esperar y en una reunión urgente se tomó la decisión de que el primer partido de fútbol que se trasmitiría en directo sería el Arsenal-Sheffield United que se jugaría en Highbury el 22 de enero. Posiblemente había otros partidos más interesantes aquella jornada (los dos equipos habían arrancado la temporada en la zona baja de la clasificación), pero los responsables de la ya radio pública entendían que el Arsenal, padre de la idea, debía tener el honor de inaugurar ese nuevo tiempo. Además, el hecho de ser un equipo de Londres facilitaba mucho la cuestión desde el punto de vista técnico.

Pero los directivos de la BBC no querían errores en ese esperado estreno. Necesitaban hacer antes una prueba que sirviese a los técnicos para corregir fallos y ayudase a los comentaristas a realizar su labor. Se decidió entonces que el primer evento deportivo que contaría con radio en directo sería el partido del Cinco Naciones que en Twickenham disputaban el 15 de enero las selecciones de Inglaterra y Gales. Otro acontecimiento mayúsculo para los aficionados al deporte en el Reino Unido.

Una de las primeras decisiones para los responsables de la BBC fue elegir al locutor que llevaría el partido a cada uno de los aparatos de radio del país. Eligieron para ese trabajo a Teddy Wakelam. Se trataba del antiguo capitán de los Harlequins que a causa de una lesión se había tenido que retirar del rugby poco antes, en 1924, a los treinta años de edad. Era un veterano de la Primera Guerra Mundial, muy respetado, que comenzó a colaborar con la BBC de forma puntual. Esa circunstancia y su conocimiento del rugby empujaron a los directivos de la emisora en confiarle la transmisión.

Un plano para los oyentes

Otro asunto que suscitaba un importante debate interno en la BBC era cómo hacer que los oyentes fuesen conscientes de cómo se estaba desarrollando el partido y en qué zona del campo se encontraba la acción en cada instante. Su idea era que Wakelam no podría ofrecer toda la información necesaria y que era imprescindible tener otra herramienta que sirviese para semejante cometido para mantener a la audiencia más conectada con el juego. El productor de la emisora Lance Sieveking encontró la solución. Diseñó una plantilla que dividía el campo en ocho áreas de juego y se atribuía un número a cada una de ellas.

La semana del partido repartieron el diagrama en el semanario Radio Times que pertenecía a la BBC y en la que aparecía toda la programación semanal de la emisora. Mientras Wakelam trasmitía la acción un colaborador se encargaría de aportar la información para que los oyentes supiesen exactamente en qué zona del campo se estaba desarrollando el juego en cada momento. Y así se hizo. La BBC instaló en la zona alta de Twickenham una pequeña caseta de madera donde el 15 de enero de 1927 entraron Wakelam y C.A.Lewis para cumplir con su cometido. En el cristal frente a él, Wakelam dejó una nota con una consigna: «No jures».

Una especie de advertencia que él mismo se hacía para que no se dejase llevar por el entusiasmo durante la transmisión. Todo funcionó a la perfección. La conexión fue buena, la voz del locutor llegó con nitidez a los hogares británicos, Inglaterra ganó por 11-9 a Gales e incluso ese día nacía una nueva expresión británica ya que existe el convencimiento de que la frase británica “Back to Square One” (que significa reiniciar algo) se originó en esta práctica que consistía en ir aportando el sector del campo en el que se desarrollaba la acción en cada momento del partido.

Con la confianza y el entusiasmo que había levantado el éxito de la transmisión del partido de rugby la BBC se preparó para el duelo entre el Arsenal y el Sheffield United que realmente era su gran objetivo. El partido de rugby solo había sido un ensayo general. Aunque Wakelam venia del rugby, los responsables de la emisora volvieron a confiar en él y en su pareja de baile C.A. Lewis para el cometido. Era un gran aficionado al deporte en general, no solo al rugby, y estaban seguros de que también solventaría con éxito esa misión.

Tal y como hicieron con el partido del Cinco Naciones, la BBC publicó en Radio Times el plano del terreno de juego de Highbury dividido en los diferentes sectores para que Lewis fuese añadiendo a la locución de Wakelam la zona en la que se encontraba el balón en cada instante. Un rápido testeo entre los oyentes había concluido que la idea funcionaba y resultaba de utilidad por lo que volvieron por el mismo camino. No hubo muchas más novedades salvo que la cabina de madera donde les colocaron esta vez, debido a las condiciones del estadio del Arsenal, tenía peor visibilidad para seguir el desarrollo del partido. Por si fuera poco aquel día se levantó una intensa niebla en Londres con lo que el trabajo de los comentaristas se hizo algo más complicado. Pero sacaron adelante su plan entre el entusiasmo de los directivos de la BBC.

El inicio de algo histórico

El Arsenal y el Sheffield United empataron a uno y el delantero de los gunners, Charlie Buchan, tuvo el honor de marcar el primer gol que se cantó en directo a través de la radio. Al día siguiente los periódicos y los aficionados saludaban de forma entusiasta el éxito de la transmisión y la BBC supo que ya no podrían bajarse de ese barco que acababa de zarpar. Ese mismo año ofrecieron en directo la final de Copa y algún otro partido.

Aún no había infraestructura ni medios para hacerlo todos los fines de semana. Eso llegaría poco a poco con el tiempo. Wakeman se convirtió en un personaje imprescindible en las retransmisiones deportivas de la BBC y amplió su abanico hasta llegar a las carreras de caballos, el boxeo o el torneo de Wimbledon. Su voz quedó en la historia del deporte y de la radio. El primero que llevó un gol al hogar de los aficionados al fútbol.

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