El Guaguas corta a Yosvany Hernández a una semana de terminar la temporada regular. El partido con el Melilla Sport Capital, reciente campeón de la Copa del Rey, será el último de los encuentros de la temporada regular que le resta a los amarillos en el presente curso, un partido decisivo en el que los hombres de Sergio Miguel Camarero se juegan el acceder al playoff como segundos clasificados y lo hará sin la presencia de un jugador que llegaba a la Isla este verano para marcar diferencias en la Champions y en la Superliga de Voleibol Masculina.
En un escueto comunicado el Guaguas pone término al contrato que unía a Yosvany con el vigente campeón de la Supercopa por dos temporadas con la opción de una campaña adicional: "El club amarillo y el jugador cubano ponen fin a la vinculación que unía a ambas partes de mutuo acuerdo. El Club Voleibol Guaguas y Yosvany Hernández dan por finalizado el contrato que les unía tras llegar a un acuerdo amistoso. El club quiere agradecerle al jugador su esfuerzo y dedicación vistiendo la camiseta amarilla. Asimismo, le desea suerte para sus próximos retos profesionales".
Triste despedida para un jugador que era anunciado a bombo y platillo el pasado 14 de mayo como un deportista de nivel Top Mundial, con el que el club pretendía dar un salto de calidad que les permitiese competir con garantías en la CEV Champions League.
A pesar de ser fichado como receptor, el retraso en la llegada desde Cuba de su compatriota y amigo, Yadrián Escobar, obligó a Yosvany a jugar como opuesto, posición en la que ofreció su mejor versión durante esta temporada, siendo el MVP de la Supercopa, único trofeo conquistado por los grancanarios en lo que va de curso. Su gran rendimiento en la primera fase de la temporada hizo que el cubano se erigiese nuevamente en MVP, pero esta vez de la segunda jornada de la Superliga, repitiendo presencia en el siete ideal de la jornada en la cuarta y decimoquinta fecha del calendario, siendo el único jugador de toda la Liga que recibió tal galardón actuando en dos posiciones diferentes: receptor y opuesto.
La eliminación del equipo en la primera ronda eliminatoria de la Champions, comenzó a resquebrajar el proyecto ganador del Guaguas, que se veía obligado a descender un escalón para competir en la CEV Cup, iniciándose un proceso de declive en la trayectoria del equipo amarillo que le ha llevado a sumar hasta el momento cinco derrotas inesperadas en la Superliga (Unicaja, Teruel, Soria, Manacor y Melilla).
El Monza italiano se encargaba de bajar de la nube a un Guaguas que se despedía de Europa tras recibir un severo correctivo tanto en la ida como en la vuelta, si bien las lesiones, los viajes y el covid tampoco ayudaron demasiado a un equipo mal planteado desde el inicio, debido a su alta nómina de extranjeros que condicionaba en exceso los sextetos en pista para cumplir con la normativa de tener tres españoles en cancha.
Con este caldo de cultivo la tragedia en la Copa del Rey se veía venir. Palma daba la campanada y apeaba en cuartos de final del torneo del K.O a un Guaguas que para colmo ejercía de anfitrión.
En todo este itinerario la presencia de Yosvany Hernández en el equipo era cada vez menor, en parte por su falta de aclimatación al equipo, pero sobre todo por su mala sintonía con Sergio Miguel Camarero, preocupado en buscar un equilibrio en el que el cubano no terminaba de encajar, dado que su contundencia en ataque no iba acompañada de la misma efectividad en recepción, lo que unido a su condición de extranjero y a la recuperación de Yadrián Escobar, limitó muchísimo sus minutos en pista.
Tras la dura eliminación en Copa, se produjo un cruce de declaraciones públicas entre el presidente del Guaguas, Juan Ruiz, en los que dejó claro su descontento ante el rendimiento de los dos cubanos durante la temporada, responsabilizándoles en parte de los malos resultados, y por otra parte de los dos cubanos, en una entrevista concedida a la Televisión Autonómica Canaria, en la que el propio Yosvany también reflejó su descontento con el proyecto amarillo y con el propio club.
La ausencia de la convocatoria de Yosvany Hernández en el encuentro del sábado ante el Leleman Valencia, era el último episodio antes de una despedida más que esperada, en la que se rompe una relación tóxica para las dos partes, que termina con el jugador cubano saliendo por la puerta de atrás del club y con el Guaguas seriamente tocado en su línea de flotación, esperando con resignación la llegada de un playoff que puede reflotar su proyecto o terminar de hundirlo del todo, en una temporada que poco o nada se parece a la pasada, en la que dominaron con mano de hierro la competición doméstica.