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Rally Islas Canarias

Luces y sombras en 7 Palmas

Asistencia masiva de aficionados para disfrutar del tramo espectáculo de la prueba del Europeo | La nueva ubicación, en el parking del Anexo, motivo de controversia

Luces y sombras en 7 Palmas | Juan Castro

La fiebre por el motor quedó patente en el estreno del Rally Islas Canarias, con cientos de aficionados de todas las edades y condiciones que se desplazaron en masa para disfrutar del tramo espectáculo de Las Palmas de Gran Canaria. La falta de espacio provocó las quejas de algunos asistentes, que en muchos casos no pudieron disfrutar del desarrollo de la prueba a pesar de las cinco horas de espera. 

Un hervidero de aficionados de todas las edades y condiciones se dieron cita en el novedoso tramo espectáculo del aparcamiento del anexo de la Ciudad Deportiva de 7 Palmas, en el que las gradas supletorias no bastaban para dar cobijo a los miles de aficionados que con más de cinco horas de adelanto se personaron en el lugar, quedando una multitud de desafortunados sin poder acceder al recinto, al cerrarse las puertas por el personal de seguridad, una vez completado el aforo.

El parking externo del estadio de Gran Canaria también contó con la masiva visita de los aficionados sedientos del contacto directo con los pilotos, los coches y los mecánicos afanados en la preparación de los vehículos para la free practice, la qualifying stage y el esperadísimo tramo espectáculo Las Palmas de Gran Canaria – Disa que se desarrolló durante el día de ayer.

«Tantas restricciones con el covid y nos meten en una lata, esto es un atropello», señala un aficionado

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La masiva asistencia de público evidenciaba la pasión por el motor en una isla de Gran Canaria que por fin respiraba el olor a gasolina y a goma quemada, con la presencia de aficionados en las gradas, tras una época muy dura para los amantes del motor que por las restricciones por el covid, había dejado a los aficionados huérfanos de poder disfrutar in situ de la prueba reina del motor en el archipiélago canario.

Santiago Herrera, un apasionado del Rally Islas Canarias, seguidor de la prueba desde que tiene uso de razón, es uno de los cientos de aficionados que acudieron en compañía de sus amigos a disfrutar del tramo espectáculo, encontrándose con una deficiente organización que a pesar de las cinco horas de larga espera para ver a sus pilotos favoritos – Luis Monzón y Enrique Cruz– reclamando a la organización la «falta de espacio» para poder disfrutar del espectáculo, ya que el lugar elegido y la masificación por el gran número de aficionados le impedía no solo a ellos, sino a muchos aficionados, poder ver el desarrollo de la prueba sobre el asfalto del parking del anexo.

Luces y sombras en 7 Palmas

«Tantas restricciones con el tema del covid y resulta que nos meten a todos en una lata, esto es un atropello y no lo veo bien», afirma Santiago, recordando con nostalgia la época en la que la primera etapa transcurría en El Batán, con una organización impecable en la que se podía disfrutar con comodidad de uno de los mejores rallys de España. «Voy a poder oír los coches, pero verlos no voy a poder hacerlo» se lamentaba el aficionado mientras seguían poblándose de aficionados las gradas.

En cuanto al nivel de los pilotos participantes, Santiago y sus dos acompañantes destacaron el alto nivel, aunque lamentaron la ausencia de Iván Armas y de Jose María Ponce.

Domingo González, por su parte destacaba la línea innovadora de la organización del Rally Islas Canarias intentando acercar el espectáculo del motor al gran público, desplazándose junto a sus amigos – Daniel Socas y Acoydán Hernández - durante los cinco últimos años desde Tenerife para seguir el rally, del que destaca el «alto nivel de los pilotos participantes que vienen de fuera». Los tres amigos resaltan que la decisión de la organización de cortar las carreteras con dos horas de antelación dificulta el poder seguir la carrera en los distintos tramos. Los tres amigos de Tenerife coinciden con la apreciación de Santiago Herrera, sobre el error por parte de la organización de celebrar la qualifying stage y el tramo espectáculo en una zona con tan mal acceso, porque es un problema para los aficionados que vienen de otras islas a la hora de aparcar y llegar a tiempo para poder seguir las evoluciones de los pilotos. «Un circuito urbano de exhibición es algo bonito de cara a la ciudad y para temas publicitarios, pero yo particularmente prefería cuando se celebraba en el Parque Santa Catalina, con una salida en condiciones y en la que los pilotos tenían un cuerpo a cuerpo con el público».

La patria tira y en ese sentido los tres amigos depositan en el piloto tinerfeño Enrique Cruz todas sus esperanzas de alzarse con el primer puesto, aunque consideran al catalán Nils Solans como uno de los grandes favoritos.

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