David Vega, tenista teldense, le ha llegado el momento de su eclosión en el circuito de dobles. Ayer salió en el puesto 43 de la ATP, su tope. Después de llegar a los cuartos de final de Roland Garros, no se pone límites y cree en ganar un Grand Slam.

Este año ha ganado el torneo de Marrakech y alcanzó la final en Munich. En Roland Garros cayó en cuartos de final. ¿Cómo describiría su temporada?

Empezó mal. No pude entrar en el Grand Slam de Australia y me afectó un poco en el plano anímico y psicológico. Me costó aceptarlo porque veía que tenía nivel, pero como tienes que conseguir un compañero para firmar en esos torneos, por ránking no pude entrar. Me quedé fuera por tres puestos y supone un palo porque también afecta al plano económico porque cuesta bastante ir a la otra parte del mundo. Lo acepté, jugué el challenger de Quimper (Francia) con Albano Olivetti y nos fue bastante bien, ganamos dos torneos –el referido y en Pau–. Después empezó la temporada de tierra y no continué con él porque no le gusta mucho esta superficie. Ahí ya empecé con Rafa Matos y llegaron esos cuartos de Roland Garros. Está muy bien, pero tengo hambre de ganar un Grand Slam. Creo que no lo ganamos por pequeños detalles.

Está demostrando un gran nivel con Rafael Matos. ¿Cómo es la relación entre ambos? ¿Cómo fue ese primer contacto en el que deciden jugar juntos?

Me mandó un mensaje y me propuso jugar en pareja. Es algo normal que solemos hacer. Al principio no nos fue bien, perdimos en Marbella, pero ya fuimos de inmediato a Marrakech, lo ganamos y tuvimos una racha de once semanas bastante positivas. Las cosas cuando salen bien va todo rodado. Tenemos bastante confianza el uno en el otro. Somos amigos, es algo más que una pareja sobre la pista. Para mí eso es fundamental en nuestro éxito.

Ayer salía en la lista de la ATP en el puesto 43 del mundo por parejas. Es su tope en su trayectoria. ¿Dónde se pone la meta al finalizar el año? ¿Top-10?

Es algo que sueñas desde pequeño, estar ahí arriba entre los mejores. ¿La meta? Me la pongo muy, muy alta. No quiero que suene a prepotente, ni algo chulesco, pero creo que es bueno ponerse el listón alto para poder mejorar. A largo plazo espero ser el número 1 de dobles. Este año mi objetivo era acabar top-50, así que todo lo que venga a partir de ahora está ya justificado. Si acabo en el top-30 ya sería más que un éxitazo.

El siguiente reto le llega con la participación en Wimbledon. ¿Qué expectativas tiene?

Las mismas que en Roland Garros. Me veo jugando muy bien, con un nivel bastante bueno, sé que lo tengo para poder ganar un Grand Slam. Soy consciente de que jugamos mejor en tierra batida que en pista rápida, pero no nos ponemos límites. Vamos a ir con la ambición de comernos el mundo. La expectativa es querer ganar el torneo.

¿Siente que los rivales ahora le respetan más después de sus últimos éxitos?

Sí, podría decir que sí. Cuando empiezas a ganar te hablan más, están más atento a ti. Algunas parejas del top-10 a los que me he enfrentado este año sí les he visto ese cambio. Vengo de un año bueno y saben que juego bastante bien cuando me encuentro bien.

En el horizonte París 2024. Lo tiene marcado como el gran objetivo a medio-largo plazo. ¿Con quién le gustaría poder jugar en dobles?

Soy consciente de ello, pero no me gusta pensar mucho en ello. Soy un poco de la filosofía cholista, ir día a día y que tenga que pasar lo que me merezca. Logicamente me encantaría ir y ganarlo. Y esa sensación es muy positiva. Queda un año y medio y no sé lo que podría pasar de aquí allí, así que plantearme una pareja es un poco complicado. En caso de que se dé, pues que sea con alguien con quien tenga afinidad dentro y fuera de la pista. Eso para mí es clave.

¿Qué opinión tiene del tenis en Canarias? Siempre se destaca la cantera femenina, pero salvo David Marrero –hasta su reciente retirada– o usted, cuesta que salgan más nombres.

Me sabe mal decirlo, pero estoy un poco desconectado de cómo está la situación en Canarias. No conozco a la cantera que está entrenando. Me han hablado de un chico, Óscar Morales, que creo que es bueno. Al final por la cuestión de la insularidad nos cuesta más que a los demás. Les diría a todos los chicos que desde pequeño da igual donde lo hagas, pero que entrenen con el sacrificio que supone el día a día y con ilusión. Salvo por los desplazamientos, todo los demás está en cualquier sitio.

¿Se siente apoyado por las instituciones canarias?

Me muevo en ese aspecto por Gran Canaria. De momento no se ha afianzado nada, pero espero que pronto salga algo, estamos trabajando en ello. No tengo ninguna ayuda, pero estoy seguro de que en el futuro saldrá algún patrocinio que nos ayude a los dos partes. Me siento muy patriota en el sentido canario. Juego todos los partidos con una pulsera con nuestros colores, el antivibrador es la bandera de Canarias. Me siento así porque desde pequeño estoy fuera y parece que valoras más lo de casa cuando tienes que salir fuera y te das cuenta de la suerte que tenemos de poder ser canarios.