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Un Almogarén para la historia

El club de Valsequillo domina la competición en Gran Canaria al conquistar un triplete antológico en Tercera, redondeando su gran campaña con el subcampeonato regional

Luchadores, mandador, presidente y directivas posan con los trofeos conquistados por el club de Valsequillo esta temporada. | | JUAN CASTRO

De histórica se puede catalogar la gesta del Club de Lucha Almogarén en la presente temporada. El conjunto de Valsequillo logró un triplete en la competición insular de Tercera (Liga del Cabildo, Copa Fundación La Caja de Canarias y Torneo Dielca Canarias de Lucha Corrida). Para redondear este gran año, además, conseguía hacerse con el subcampeonato regional de la categoría.

Esta entidad debe su nombre a una zona aborigen de la parte alta del municipio. Su actividad comenzaba en 1987 por una iniciativa del Colectivo Almogarén entre los muros del Colegio de Valsequillo, aprendiendo los agarres con la ayuda de un libro. A partir de ahí, ha conseguido convertirse en una referencia en los terreros.

Para su presidente actual, Damián Suárez, los logros obtenidos en el presente curso tienen un sabor muy especial. «Títulos hemos ganado varias veces, con luchadores de la talla de Juan Espino El Trota, que estuvo muchos años con nosotros, pero llegar a la gran final y ganarlo todo en Gran Canaria, con solo dos luchadas perdidas en toda la campaña, dice mucho de un plantel y de un club».

Equipo y familia son precisamente las claves para haber logrado este hito en la historia de la entidad. José Luis Díaz, el mandador del equipo ganador del triplete, reconoce que en sus planes no entraba el ganar los tres entorchados insulares y alcanzar la final regional, porque el «desgaste fue muy grande para los luchadores, incluso sufrimos varias lesiones bastante importantes». Determinante resultó en su opinión la piña que se logró formar, «porque hicimos un equipo muy arropado, una familia».

Apoyo incondicional

El preparador del Almogarén resalta un dato histórico: «Se trata de la primera vez en que el club alcanzaba una final regional». Además, recalca la importancia de haber contado «con el apoyo incondicional de toda la afición, de las instituciones públicas y de los patrocinadores, que se volcaron con el equipo en todo momento».

Leandro González, uno de los capitanes del Almogarén, considera que después de ganar tres títulos la temporada pasada poco más se puede pedir. Resalta como clave en el éxito cosechado por el equipo «la unión y la piña que formamos entre todos en el vestuario». «Somos como una familia y la unión hizo la fuerza», sentencia.

Leandro recuerda que «hubo varias lesiones duras como la de Julio Perdomo, que se rompió la rodilla, además de las de otros compañeros que sufrieron también algunos esguinces importante. Pero supimos salir adelante con el trabajo de todos».

Los éxitos cosechados convierten a los luchadores del Almogarén en piezas codiciadas para los clubes más poderosos del Archipiélago, sin embargo la buena gestión de la directiva presidida por Damián Suárez ha permitido «renovar al 99% de la plantilla», o lo que es lo mismo, siguen todos los luchadores salvo dos, por diferentes motivos.

«Por un lado, tenemos el caso de Fran Cazorla, que al subir de categoría como consecuencia de su gran campaña pasa a ser Destacado B, por lo que no puede estar en Tercera Categoría», explica el presidente del Almogarén, especialmente dolido y resignado por la pérdida de un luchador muy especial para la entidad valsequillera.

Luchar en Segunda, imposible

«Nos hubiera gustado dar el paso de poder estar en Segunda, pero la Liga de Primera que ha hecho la isla de Tenerife y las competiciones de la Federación Regional ha llevado a que los equipos potentes de Tenerife, Fuerteventura y La Palma hayan hecho unos desembolsos bestiales, llevándose a muchos luchadores de Gran Canaria y nos hemos quedado sin nada», declara Damián Suárez.

El mandatario del Almogarén reconoce que por su parte «hasta el último momento estuvimos intentando hacer un esfuerzo para intentar mantener a Fran Cazorla, porque para mí supone un dolor muy grande que se nos haya ido. Pero no podíamos dar el salto sin poner en apuros al club y preferimos quedarnos en Tercera».

Al contrario de lo que sucede en otros deportes, en el caso de la Lucha canaria los ascensos de categoría no se consiguen por los resultados deportivos, sino por la entidad de los luchadores que conforman sus planteles. Por ese motivo, para acometer un ascenso a Segunda Categoría se debe de hacer frente a un desembolso económico que permita al club contar con los deportistas necesarios para competir en la misma.

El otro luchador que no continuará la próxima temporada en el Almogarén es Pedro Santana, si bien en su caso resulta distinto al anterior. «Después de hacer una gran temporada, renunció a seguir luchando en Tercera y fichó por un equipo de Segunda, que además le quedaba más cerca de su casa», afirma el directivo valsequillero, que se mostró muy satisfecho con la gestión que se está llevando a cabo en el club: «Creo que estamos haciendo las cosas bien, ya que luchadores con grandes ofertas fuera de aquí y para luchar más cerca de sus casas, quisieron continuar en Valsequillo».

El gran año de Yeray

«En los años que llevo luchando había ganado algunos títulos, pero nunca había conseguido los tres campeonatos, además de ser subcampeones de la Regional». Así se expresa el luchador Yeray Hernández, que gracias a su gran campaña ha conseguido subir de categoría para arrancar el próximo curso como Destacado C. La Lucha se la inculcó su padre desde pequeño. «Me llevaba a los terreros con seis y siete años, en una época muy buena, con luchadores históricos del nivel de Loreto IV o Pedro Cano y me gustó, hasta que empecé a luchar con diez añitos», recuerda con nostalgia.

Su compañero y capitán Leandro González considera que para ser un buen bregador resulta clave «que te guste este deporte y el tener constancia», mientras que para el mandador José Luis Díaz para sobresalir en los terreros debe existir un equilibrio entre técnica y fuerza: «Si tienes mucha fuerza pero careces de técnica, lo vas a pasar mal, y a la inversa. Debe haber un equilibrio para poder llegar a lo más alto, a ser puntal A».

El preparador del cuadro valsequillero estima que «cualquier luchador bien entrenado puede llegar, pero también es cierto que hay luchadores que nacen para luchar, es algo que se lleva dentro y que se nace con ello».

El club de Valsequillo fue uno de los pioneros en dar cabida en su estructura a las mujeres. Por eso, en la mente de sus dirigentes está el recuperar la lucha femenina a corto o medio plazo.

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