Hacía tiempo que no veía a un equipo jugar como Finlandia, como un auténtico vendaval, de forma vertiginosa, con unos porcentajes de acierto al principio del partido que eran inverosímiles, por esa razón llegaron a tener hasta 15 puntos de ventaja.
Sin embargo, España fue otro equipo en la segunda mitad del partido. Parece que el ADN se hereda. Esta generación ilusiona, enamora. Willy Hernangómez estuvo colosal consiguiendo 27 puntos. Rudy jugó de forma sublime, no arrugándose y metiendo los triples en los momentos delicados. Sin olvidarnos de la reaparición de Darío Brizuela, que resultó ser un bastión, además de ese binomio que forma Lorenzo Brown con Willy.
Dicen que los Hernangómez están llamados a tomar el relevo de los Gasol, para que siga la tradición de los hermanos en el baloncesto español.
España puede aspirar a cualquier medalla. Aunque a priori parecía que los jugadores carecían de la experiencia necesaria, están jugando con un desparpajo y una agresividad en defensa, que es la que les ha permitido remontar el partido. Tenemos equipo para rato y esperemos que podamos superar estas semifinales y llegar a una final que sería más que merecida.
La charla de Sergio Scariolo en el descanso produjo un cambio de actitud en el equipo, porque se había salido al campo con una cierta conformidad y esa scariolada les hizo reaccionar para poder jugar con esa intensidad y esa concentración, para terminar imponiéndose por un justísimo 100-90, teniendo en cuenta que Finlandia había terminado la primera mitad con 52 puntos que parecían colocarle como el candidato a ganar el partido.
Pasito a pasito en este Eurobasket de las sorpresas van cayendo las selecciones teóricamente favoritas y España sin embargo ya está en semifinales.
