«Qué rápido pasa el tiempo», me decía Román Delgado, más conocido por Molina y alma máter del Club Balonmano Romade, al vernos después de mucho tiempo en el acto que organizaba el club en el Polideportivo Leoncio Castellano Arencibia de Tamaraceite con el fin de conmemorar el 40º aniversario de su fundación. Y sí, parece que fue ayer cuando en 1983 Juan Muñoz, profesor de EGB del Colegio Calvo Sotelo, creó el primero de los equipos de la entidad en aquel patio de cemento del centro educativo de la zona de Las Rehoyas, en Las Palmas de Gran Canaria, y tomar parte después en los Juegos Escolares de la época y disputar los Campeonatos de España.

40 años haciendo camino | | JUAN CASTRP

Con el paso del tiempo, ya en 1991, el club pasaba a denominarse CB Islas Canarias Calvo Sotelo. Se federó para intervenir en los distintos campeonatos locales, regionales y nacionales con la ayuda de un grupo entusiasta de entrenadores. Allí estaban Ismael Alemán, Chicho Calero, Dora y Molina, que ya desde entonces hacia de todo un poco y cargaba con el peso de la entidad. Eran buenos tiempos; se logra formar a un gran número de jugadoras y los éxitos en las categorías infantil, cadete y juvenil no tardan en llegar.

40 años haciendo camino

En 1993, el Calvo Sotelo Viajes Las Palmas Travel crea su equipo de Segunda División. Los buenos resultados le llevaron a disputar la fase de ascenso a Primera. Tras realizar un magnífico papel bajo la dirección técnica del experimentado preparador Leoncio Castellano, se consigue el reto.

Un año después, el equipo de Las Rehoyas, sin apenas recursos económicos, escribe una nueva página de oro en su historia al hacerse con una plaza entre la élite nacional del balonmano femenino. El club alcanza la División de Honor en Almería con Molina de entrenador y la ayuda de Ismael y Chicho. Aquel día, en la cancha estuvieron Mónica, Yessica, Cristina, Soledad, María del Mar, Fayna, Nandi, Carmen, Paqui, Desiré, Laura, Macarena, Dácil, Sonia, Chari y la delegada Dora. El conjunto grancanario logró codearse con los mejores del país durante dos temporadas.

Más allá del éxito colectivo, cabe destacar que en el plano individual dos de sus jugadoras, Cristina Perdomo y Viky Betancor, eran convocadas para jugar con la selección española en varios campeonatos europeos.

Aunque el club capitalino continuó compitiendo a nivel territorial con el deseo y la ilusión de poder disputar una nueva fase de ascenso a la Primera División Femenina, bajo la denominación de Romade centra sus esfuerzos en la cantera y en los jóvenes de su escuela. En el Polideportivo Leoncio Castellano Arencibia se concentran más de 160 deportistas, repartidos en nueve categorías. Al frente de ellos, un cuadro técnico conformado por Guillermo Romero, Félix Santana, Víctor Pérez, Adriana Déniz, Guillermo Santana, José Antonio Cedrés, Desiré Bahamonde y el sempiterno Molina, que después de tantos años se resiste a dejar el banquillo.

Educar en valores

De lunes a viernes, por la tarde, los jóvenes se dejan todo en los entrenamientos; unos, iniciándose en los entresijos del balonmano; otros, perfeccionando sus capacidades para este deporte. En los planes de formación del club encontramos una serie elementos importantes para el desarrollo de una vida plena: educar en valores y en educación, fomentar la deportividad y un estricto control del rendimiento escolar.

¿Pero cómo sobrevive una entidad modesta y humilde como el Romade en estos tiempos actuales? La entidad cuenta con pequeñas subvenciones del Instituto Municipal de Deportes del Ayuntamiento, del Instituto Insular de Deportes del Cabildo y de la Dirección General de Deportes del Gobierno de Canarias. Pero este dinero a veces, como este año, tarda en llegar. Ante estos retrasos, la mayoría de los equipos optan por obtener recursos a través de empresas privadas. En este caso en particular, se cuenta con la colaboración de las siguientes firmas: Laboratorio Adventia Pharma, Inmobiliaria Be Real y Asadero El Sobradillo. Otra entrada de dinero procede del cobro de la cuota anual de la escuela, con la que se compran equipajes, se paga la mutualidad y las fichas, los desplazamientos, arbitrajes, etcétera. Así, raspando de aquí y de allá, los responsables del club intentan cuadrar el presupuesto, que en la nueva campaña ronda los 19 mil euros.

El ‘jefe’

Si no hubiera sido por Molina, el Romade no estaría hoy donde está después de 40 años. Él, que vivía junto al Colegio Calvo Sotelo y que fue alumno del centro, estaba llamado a continuar con la labor que un día inició el profesor Juan Muñoz. Primero fue jugador y luego entrenador de alguno de los equipos, fomentando el balonmano en Las Rehoyas.

Un trabajador incansable que nunca ha cobrado un duro -más bien todo lo contrario-. Contrajo matrimonio, ya de mayor, con una de sus exjugadoras, María José Sosa. Sus dos retoños, Echedey y Joshua, han heredado el amor de sus padres por este deporte.

Molina, por igual, ha disfrutado de los éxitos y ha padecido las dificultades de un club que surgió de la nada. Hoy en día solo tiene palabras de agradecimiento para gente tan implicada «como nuestro entrenador Ismael y el resto de los técnicos». Destaca también «el apoyo de todos esos padres y madres de jugadores y jugadoras que me han acompañado en este largo trayecto, además de la labor desarrollada durante 23 años por Blas Parrilla al frente de la Federación Canaria y de las firmas comerciales que nos han apoyado en todo este tiempo».