La selección española de balonmano femenino comenzó su andadura en el Europeo de Eslovenia, Macedonia y Montenegro con una clara derrota (30-23) ante el equipo montenegrino, en un encuentro en el que mostró en los primeros 20 minutos todas sus carencias en ataque. Además de perder el choque, las Guerreras también sumaron en su debe la grave lesión de la portera Silvia Navarro, santo y seña del conjunto español y del Rocasa grancanario, que tuvo que abandonar la pista a los 28 minutos cojeando y entre lágrimas tras dañarse en una rodilla. Sufre una rotura de ligamentos, y se pierde lo que resta de torneo y el resto de la presente temporada.

El combinado bacional sufrió mucho en el ataque posicional. Más que sufrimiento esta circunstancia se convirtió en una auténtica tortura durante los primeros 20 minutos del encuentro ante las locales. Así lo reflejan los cuatro tantos (8-4) logrados por las pupilas de José Ignacio Prades.

Incapaz de asentar su defensa, el conjunto español se vio obligado a atacar una y otra vez en estático, donde naufragó por completo ante el poderío físico de las jugadoras balcánicas.Lastrada por su falta de lanzamiento exterior, un problema endémico en España, y sin la posibilidad de dotar de la más mínima fluidez a la circulación de balón, las españolas se vieron obligada a concluir cada uno de sus ataques con forzados lanzamientos que se estrellaron una y otra vez en los brazos de las defensoras.

Y cuando no fueron los bloqueos de Jaukovic y Brnovic los que frustraron la ofensiva de las Guerreras, fue la portera Rajcic, que por momento llegó a alcanzar el 75% de paradas, la que impidió marcar a las de Prades.

Ese oscuro panorama quedó claramente reflejado en el contundente 6-1 que figuraba en el marcador apenas superados los primeros diez minutos de juego y que obligó a pedir con urgencia un tiempo muerto al seleccionador español. El parón, unido a la exclusión de Jaukovic, hizo revivir aEspaña, que comenzó a dar señales de una clara mejoría en defensa. Eso le permitió frenar por completo al conjunto montenegrino, que no volvió a anotar en los siguientes ocho minutos, y, por fin, correr a la contra.

Reacción española

Sin la obligación de atacar ante una defensa perfectamente formada, las Guerreras comenzaron a encontrar cada vez más resquicios en el muro montenegrino y a reducir su desventaja a dos tantos (11-9). Una reacción que se vio truncada de golpe con la lesión de la portera Silvia Navarro, que a menos de dos minutos para llegar al descanso tuvo que abandonar la pista entre lágrimas y cojeando después de dañarse una rodilla.

Fue un mazazo para el conjunto español, que vio cómo Montenegro doblaba rápidamente (18-12) los tres goles de ventaja (12-9) con los que cerró la primera parte.

Una diferencia que no dejó de ampliarse hasta alcanzar una máxima renta de ocho tantos (22-14) que convirtió en un mero trámite el último cuarto de hora. España apenas logró maquillar su desventaja, como reflejaba el 30-23 final. Un duro marcador del que el conjunto español espera resarcirse en el duelo de mañana frente a Polonia (19.30 horas, Teledeporte).