‘Tocado’ por el destino

El tirador grancanario Diego Rodríguez, a sus 19 años, se destapa en el Mundial júnior de Údine como una de las grandes apuestas españolas de futuro; los Juegos, su objetivo

‘Tocado’ por el destino  | LP/DLP

‘Tocado’ por el destino | LP/DLP / Santiago Icígar

Santiago Icígar

Santiago Icígar

La progresión de Diego Rodríguez, otro de los talentos nacidos en el Club La Sala de Armas, le llevó con 15 años a abandonar Gran Canaria para continuar su progresión en Valladolid, como parte del programa ADO 28 de la Federación Española en el centro de alto rendimiento Río Esgueva. Su participación en el Mundial júnior le sitúa como el mejor español de su categoría, además de ser séptimo de Europa por equipos.

A sus 19 años, Diego Rodríguez se ha destapado en el Mundial júnior de esgrima como una de las grandes esperanzas de su deporte en nuestro país y en Gran Canaria, donde a pesar de ser todavía minoritario el buen trabajo de clubes como La Sala de Armas da sus frutos. Si hace poco eran los hermanos José y Manu Falcón Paiser quienes llamaban poderosamente la atención por sus primeros éxitos, le toca el turno ahora a otro de los jóvenes tiradores nacidos entre sus muros.

La progresión imparable de Diego le obligó con 15 años a tener que abandonar el calor de su tierra para integrarse en el programa ADO 28 de la Federación Española de Esgrima. Marchó a Valladolid bajo el manto protector del centro de alto rendimiento Río Esgueva. Su traslado hasta tierras pucelanas también le obligó a tener que abandonar su club para formar parte del Club Valladolid de Esgrima, donde se ha reencontrado con el mayor de los Falcón Paiser, José.

«Vine muy joven a Valladolid, con 15 años, y siempre he sido muy independiente, eso me ha ayudado mucho»

En muy poco tiempo, la apuesta de Diego por la esgrima le está dando la razón. Conseguía en Serbia el séptimo puesto por equipos en el Europeo, y más recientemente se coronaba como el mejor español en el Mundial júnior con su trigésima plaza, en un torneo que contó con los 247 mejores tiradores de su categoría.

Una feria fue la culpable de que abandonara la práctica del fútbol para dedicarse a la esgrima. Lo que empezó a los ocho años como una simple prueba se convirtió en su pasión durante los 11 últimos años. «Es un deporte en el que la mente y los reflejos son lo más importante, ser capaz de poder preveer lo que va a hacer tu rival para llevarte antes el punto», afirma el joven tirador grancanario. «El físico que hacemos es el adecuado a la actividad que tiene que desarrollar un esgrimista, como puede ser la velocidad de reacción o la fuerza, trabajando los grupos musculares que necesitamos y sobre todo trabajamos la técnica, que en definitiva es lo más importante», relata Diego.

‘Tocado’ por el destino

‘Tocado’ por el destino / Santiago Icígar

La perfección y la mejora constante sólo se alcanza con trabajo y en ese sentido el grancanario resalta que en su caso trabaja «de lunes a viernes entre cuatro y cinco horas y media». «Lo más complicado para un principiante son los desplazamientos y como colocarte, es algo bastante peculiar», explica Diego que reconoce que es un deporte «muy costoso, porque casi no hay ayudas, los viajes para ir a las competiciones los tenemos que abonar nosotros».

Los Ángeles 2028

«El programa del que formo parte a través de la Federación Española está pensado para prepararnos de cara a los Juegos Olímpicos de 2028 en Los Ángeles, que es mi sueño», explica Diego.

«La vida que llevamos en el centro de alto rendimiento no resulta comparable a la vida universitaria de cualquier otro estudiante de nuestra edad. Se trata de una vida que yohe elegido y por eso no me quejo, pero resulta muy dura, tienes muy poco tiempo y tienes que centrarte en los estudios y en el deporte, que es la razón por la que estoy aquí», reconoce el esgrimista, para quien «hay tiempo para el ocio y para estar con los amigos, pero es muy poco».

Lo que parece tener controlado Diego es la morriña por la Isla y tener que estar alejado de su familia, que permanece en Gran Canaria. «Como vine a Valladolid siendo muy joven y siempre he sido muy independiente, por lo que no me ha costado demasiado, aunque es cierto que en muchas ocasiones la ayuda que te pueden brindar tus padres en un momento dado, no es la misma que te pueda dar tu entrenador», relata con cierta nostalgia en su voz. Esta situación le ha ayudado a forjar lazos indivisibles con muchos amigos tanto en su club como en la residencia.

En cuanto a sus referentes, Diego afirma que no tiene ídolos claros en la esgrima, pero sí en el mundo del deporte: «Siempre me ha gustado la constancia y el sacrificio tanto de Usain Bolt como de Michael Phelps para conseguir llegar a lo más alto».

«Mis referentes en el mundo del deporte son Usain Bolt y Michael Phelps, por su sacrificio y su constancia»

En su hoja de ruta en el recientemente estrenado 2023 se encuentran ahora el Campeonato de España tanto sub 20 como el absoluto, el Campeonato de Europa júnior en Tallin (Estonia), el Campeonato del Mundo en Plovdiv (Bulgaria) y una Copa del Mundo en Basilea (Suiza).

Sus entrenadores, Jorge Barea –grancanario– y Juan Castañeda tienen una importancia vital. «Sin ellos no estaría donde me encuentro en estos momentos, son quienes te guían por el camino para intentar llegar a lo más alto», reconoce agradecido el tirador.

Trabajo, sacrificio, esfuerzo y mejora constante, ese es el único camino que conoce el grancanario Diego Rodríguez –en la imagen superior celebra una victoria, mientras que en la inferior, con una careta roja, se mide a un contrincante– para conseguir su mayor sueño, que no es otro que representar a España en unos Juegos Olímpicos. Los de 2028 están en su punto de mira, y ese es el motor que le ayuda cada día para renunciar a su vida de universitario, consciente de que sus sueños requieren de todo ese sacrificio, alejado de su Isla y de su familia. |

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