Atletismo

Yasiel Sotero, latidos de campeón

El discóbolo de origen cubano afincado en Vecindario desde los 13 años, regresa a la competición con más hambre y fuerza después de superar una operación a corazón abierto

Santiago Icígar

Santiago Icígar

Un defecto congénito en su corazón de atleta obligó a Yasiel Sotero a aparcar durante 11 largos meses su prometedora carrera como lanzador de disco, que le había llevado a coronarse como el rey de Europa en las categorías inferiores con la selección española -campeón continental sub 18 y sub 20-. El deportista de origen cubano, afincado en Vecindario desde los 13 años, se sometía a una delicada operación a corazón abierto para sustituir una arteria más fina de lo normal y que le limitaba tanto en la práctica deportiva como en su vida diaria.

La pandemia del covid-19 complicó la recuperación del joven discóbolo, marcada por la soledad. Pero aprovechó la experiencia para endurecerse mentalmente y regresar a la competición casi un año después en una versión 2.0 de sí mismo, con más hambre e ilusión para disfrutar de su pasión, el lanzamiento de disco.

"Nunca dudé en operarme, porque era la única manera de poder ir a unos Juegos"

«Me encuentro bien, sin ningún tipo de secuelas, estoy mucho mejor que antes; puedo incluso dar algo más de lo que podía dar antes de la operación», relata Yasiel en la pista de entrenamientos en Vecindario, siempre con una sonrisa en su rostro. «Nací con una anomalía en la arteria coronaria del lado izquierdo y tuvieron que corregirla para que pasara algo más de flujo de sangre por ella», relata el discóbolo grancanario.

Al enterarse con 20 años de que tenía que pasar por el quirófano, nunca dudó en someterse a una intervención quirúrgica de esa envergadura, a pesar de los riesgos que entrañaba. «Cuando tu sueño es poder llegar a participar en unos Juegos Olímpicos y ese es el único remedio, no te queda otra que acatar órdenes y pensar en que todo va a salir bien», reconoce el campeón de Europa sub 20.

Desmayo

Tras la operación y aún bajo los efectos de la anestesia, Sotero se vio con un tubo de saneamiento saliendo de su pecho. «Me dijeron al despertar que no lo mirara, pero no hice caso, lo miré y me desmayé», recuerda; ya no volvería a despertarse hasta que se encontraba en planta. 

En cuanto a su proceso de recuperación, Yasiel reconoce que los dos primeros meses «fueron difíciles». «Tuve que estar en cama, me costaba mucho moverme e, incluso, dudaba si algún día iba a poder sentirme bien del todo. Pero desde que empecé mi proceso de rehabilitación con los fisioterapeutas me encuentro ya perfectamente», cuenta el discóbolo del Club Tenerife CajaCanarias.

Recientemente, Yasiel participó en un critérium de lanzamientos organizado por su club. Ya con el alta competitiva en la mano, pudo «disfrutar» de nuevo de su pasión. Dado que acaba de comenzar su pretemporada después del periodo navideño, considera que en estos momentos se encuentra «al 50%». «Estoy cargado, acumulando entrenos y lo fuerte será en verano, que tenemos el Mundial, el Campeonato de Europa y debemos prepararnos para ellos».

"Siento que puedo dar mucho más de mí después de la operación"

Todo el proceso se complicó por la pandemia, en una época en la que además Sotero venía, en su categoría, «de hacer récord de España, de lograr la mejor marca mundial del año, quedándome a nada del récord del mundo». «Luego pasó todo lo del covid-19 y la operación. La verdad es que fueron dos años bastante complicados entre las dos cosas, pero al final parece que se ve la luz al final del túnel», reconoce el joven.

Sus objetivos deportivos los tienen muy claros, y son ambiciosos: «Seguir entrenándome de la mano de mi entrenador José Francisco Ríos para poder participar en el mayor número de Juegos Olímpicos posible». Entre sus retos más inmediatos están la Copa de Europa de Invierno de Lanzamientos, el Campeonato de Europa sub 23 y, si consigue alcanzar la mínima, el Mundial y el Europeo absoluto.

En lo que no tiene dudas es en sus preferencias. «Prefiero la competición al aire libre porque casi todos mis entrenamientos se desarrollan en la pista al aire libre, en pista cubierta solo acudimos a algunos mítines», afirma.

En cuanto a sus opciones para estar presente en los Juegos Olímpicos de París 2024, afirma que toso depende de lo que consiga hacer esta temporada: «Nuestro objetivo es estar entre los 63 y los 64 metros; aunque en principio para los Juegos nos piden 67 metros, si en el Mundial nos clasificamos y hacemos un buen papel nos podríamos clasificar directamente», señala el atleta de Vecindario.

Para Yasiel, lo más importante para ser un discóbolo es la mentalidad. «Si no eres fuerte de mente, si no eres consciente de que te va a costar mucho trabajo y esfuerzo, el poder conseguirlo, como todo en la vida, resulta complicado. El lanzamiento de disco se trata de una disciplina en la que muchas veces te entrenas solo, en la que los fallos no son colectivos sino individuales, y eso te obliga a corregirte punto por punto cada día para continuar mejorando. Para lograrlo entreno unas 30 horas semanales», apunta.

Toda la experiencia de este último año le ha servido a Yasiel Sotero «para salir fortalecido mentalmente, que tengo que ir a por todas y disfrutar». El atleta con más proyección en la modalidad de lanzamientos está de vuelta, con más ganas si cabe.

José Francisco Ríos, su gran mentor

Pocas personas conocen mejor a Yasiel Sotero que su entrenador, José Francisco Ríos, que ve a su pupilo «motivado, con muchas ganas e ilusionado» después de haber tenido que parar durante un año por una operación. «Ahora tiene que recuperarse bien, porque aunque tiene una base, es como si volviésemos a empezar de cero, pero sin prisas porque ahora tiene 21 años recién cumplidos», explica el técnico. En cuanto a su potencial, el preparador afirma que él «no cree en los techos, sino en los cimientos»- «Los techos no los ponemos nosotros sino que lo hace el día a día, como nos cuidamos y como entrenamos, porque más allá de los récords y las marcas, a mí lo que me gustaría es que tenga una vida deportiva larga, no me importa que sea el mejor del mundo, pero sí que entrene como el mejor del mundo, porque al final los resultados salen, porque él es bueno», sentencia Ríos. Su plan de trabajo se adapta a la nueva realidad: «Tras el covid, empezamos una pretemporada y tuvimos que parar por la operación; llevamos casi dos años sin poder una buena progresión», recuerda.

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