Hockey hierba

Árbitros que sientan cátedra en el hockey hierba

Andrés Ortiz y Rayco Mena, excanteranos del Taburiente, primera pareja de colegiados canarios en pitar una final de la Copa del Rey

Rayco Mena (izd.) y Andrés Ortiz,  dos árbitros grancanarios, sobre el azul de la Ciudad Deportiva de Siete Palmas.

Rayco Mena (izd.) y Andrés Ortiz, dos árbitros grancanarios, sobre el azul de la Ciudad Deportiva de Siete Palmas. / Juan Carlos Castro

Santiago Icígar

Santiago Icígar

El pasado 26 de marzo, sobre el verde del Club de Campo de Madrid, se producía un hito sin precedentes en la historia del hockey hierba nacional. Por primera vez en la historia de la Copa del Rey, dos árbitros grancanarios eran los encargados de pitar la gran final del torneo, en la que el anfitrión se impuso en los shoot out al Atletic Terrassa tras finalizar el tiempo reglamentario con 0-0 en el marcador. Los colegiado isleños Andrés Ortiz y Rayco Mena sentaban cátedra en uno de los templos de este deporte en España.

Hablar de Andrés Ortiz es hacerlo de uno de los mejores árbitros del mundo en la actualidad. Cuenta con una dilatada experiencia después de dirigir partidos en los escenarios más exigentes del planeta tanto en la disciplina de hierba -Copa de Europa sub 21, el Euro Hockey League (EHL), la semifinal de la World League, la Copa de Europa de Naciones o la Copa del Sultán de Johor, entre otros torneos internacionales- y de sala -la final de la Copa de Asia, la final europea de clubes, la final europea de naciones y dos mundiales-. Además, su nombre figura en la preselección para acudir a los Juegos Olímpicos de París 2024, todo un reto para un deportistas que decidía abandonar su carrera como jugador en la UD Taburiente con tan solo 27 años.

«Empecé a pitar a los 25 años por echar una mano en un partido de juveniles en el que faltó un árbitro a última hora, me pidieron ayuda y a partir de ahí fue todo rodado», recuerda con nostalgia. «Al descender el Tabu de categoría, cuando tenía 27 años, el Colegio Nacional de Árbitros de la Federación de Hockey me hizo una propuesta para dedicarme al arbitraje a nivel internacional», añadía.

Su compañero Rayco Mena vivió también su etapa como jugador en el Taburiente, aunque en su caso empezó a pitar «desde juveniles». «Me llegó una llamada de la Federación Territorial y contaba con el apoyo de Andrés, que es la persona que me ha ido guiando en este camino. Me ha dado buenos consejos y además veía que no se me daba nada mal cuando iba a los torneos; le fui cogiendo el gusto a ser parte del juego, pero desde otro punto de vista», reconoce el árbitro grancanario.

«Saber gestionar un partido es sin duda lo más complicado del arbitraje» en opinión de Andrés Ortiz, porque al fin y al cabo «todo el mundo sabe lo que es falta o no lo es». «Lo más complicado es coger el timing del encuentro, saber cuándo hay que sacar una tarjeta y cuándo no; saber manejar la frustración y la personalidad de los jugadores dentro del campo», añade el internacional.

Arbitrar al Taburiente

En el hockey hierba, como sucede en otros deportes como el balonmano o el voleibol, a los colegiados locales les toca dirigir choques de su territorio. Así pues, ambos han pitado en su feudo a su exequipo, el Taburiente. «Somos totalmente imparciales, aunque somos conscientes de que nos encontramos en el filo del cuchillo, porque en ese tipo de partidos se suelen quejar tanto el equipo de fuera como el de casa», apunta Andrés Ortiz. «Los jugadores en estos partidos siempre tiran de confanza a la hora de hablar y de protestar, aunque uno también tira de esa confianza para saber controlar esa situación y no tener que llegar al punto de tener que sacar tarjeta a uno u otro jugador, porque no hay nada peor que un árbitro tarjetero», reconoce.

En la misma línea, Rayco afirma que su pasado como jugador del Tabu «se queda a un lado una vez que entro al campo y soy 100% objetivo, como si los dos equipos fuesen de fuera», aunque reconoce que en la Isla resulta complicado pitar, «porque siempre tienes en contra la presión de que eres de aquí, tanto para los equipos de fuera como para el de casa, pero se lleva bien».

Poder representar a Canarias en una final de la Copa del Rey ha sido una experiencia especial para ambos. «Me siento muy orgulloso por poder pitar junto a Andrés», afirmaba Mena, al tiempo que recordaba que en su primera Copa tuvo la oportunidad de arbitrar «una semifinal y también pude hacerlo junto a él».

En opinión de Ortiz, es muy diferente pitar a nivel internacional que en la competición doméstica, porque al igual que sucede en otros deportes los jugadores protestan mucho en sus ligas y sin embargo casi no lo hacen en las competiciones internacionales: «En el caso del hockey hierba, como se trata de un deporte minoritario y nos conocemos todos, en los encuentros de aquí tiran de ese exceso de confianza».

En lo que ambos coinciden es en destacar el respeto máximo por parte de los aficionados, de los jugadores y de los entrenadores, más allá de las típicas bromas sanas que reciben de vez en cuando.

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