Carreras de montaña

La cara amarga del éxito para Alejandro Mayor

El galdense representa a España en el Mundial que se celebra del 6 al 10 de junio en Austria

Alejandro Mayor en plena competición de trail.

Alejandro Mayor en plena competición de trail. / LP / DLP

Santiago Icígar

Santiago Icígar

A diferencia de otros compañeros de la selección española, Alejandro Mayor no cuenta con un centro de alto rendimiento ni con la posibilidad de dedicarse plenamente a su disciplina deportiva.

En 2016 comenzaba el idilio de Alejandro Mayor con las carreras de montaña, con 22 años. En su caso como en el de muchos otros deportistas de élite, la vida le llevó a tener que cambiar su trayectoria hasta entonces como futbolista federado en el CD San Isidro, por los problemas de compatibilidad con su horario laboral. «Empecé a correr un poco por mi cuenta para mantener la forma y un compañero del trabajo me animó a que probara a participar en alguna carrera, porque me veía condiciones y desde ese día me enganché».

Su reciente convocatoria para formar parte de la selección española que competirá en el mundial de Innsbruck (Austria) de Trail y Mountain Running, que se celebrará del 6 al 10 de junio, se debe no sólo a los espléndidos resultados del galdense a nivel internacional -bronce en los campeonatos del mundo de Skyrunning- sino también por su trabajo y su esfuerzo diario. Como él reconoce, «la carrera es dura, pero lo más duro es la preparación, porque yo no puedo considerarme como profesional de este deporte, aunque sea considerado de forma oficial como deportista de élite, porque tengo que trabajar en una fábrica como operador de máquina y en muchas ocasiones tengo que trabajar más de 40 horas semanales y eso combinado con otras 20 o 30 horas semanales de entrenamientos, hace que sea mucho más duro que la propia competición».

Bofetón inesperado de realidad

En un ejercicio de sinceridad, el atleta galdense reconoce que «pierdo muchas cosas de mi vida», aunque en su caso el contar con una pareja como Yasmina Castro, quien también es internacional con España en la modalidad de carreras de montaña de ultradistancia -sexta en el campeonato del mundo-, hace que al menos se puedan apoyar el uno al otro, aunque los momentos difíciles están ahí. Ganar una medalla de bronce en un mundial paradójicamente «no ha cambiado nada, incluso a raíz de ese momento pasé por un bache psicológico, porque esperaba que tuviese un poco más de repercusión, pero sin embargo , todo se reduce a que conseguí una medalla que tengo colgada en la habitación, pero no me aportó nada más». «El sábado ganaba la medalla y el lunes me sonaba el despertador a las 4.30 horas para ir a trabajar a la fábrica, la vida me dio un cachetón y me hizo poner los pies en el suelo, se me llegó a pasar por la cabeza incluso el dejar el deporte, porque no había día en el que no se me saltaran las lágrimas», reconoce emocionado.

El galdense sufrió un gran desgaste emocional tras colgarse al cuello el bronce en el Mundial de Skyrunning

No obstante Alejandro Mayor agradece a la marca de suplementación deportiva 226ers su apoyo, al igual que desde el Cabildo de Gran Canaria, que le otorgará una ayuda para sufragar los gastos de desplazamiento a alguna prueba de alto nivel, como es el caso de la CCC del UTMB en torno al Mont Blanc, que es considerada como una de las carreras de montaña más mediáticas del mundo. «Hasta ahora todo ha salido de mi propio bolsillo, aunque he tenido la fortuna de contar con el apoyo particular de mi entrenador, de mi nutricionista, David Rodríguez, o de Abel Redondo de Runhábitat», declara el atleta grancanario.

En cuanto a la preparación, Mayor otorga tanta importancia a la preparación psicológica como a la física, ya que «hay que ser duro mentalmente para aguantar todos los dolores que se sufren en plena montaña». «La soledad me gusta, este es un deporte individual y es algo que llevo bien», reconoce. «Mientras corro por la montaña me siento yo mismo, por contra en mi día a día en el trabajo me siento como si fuese un número y una máquina de producir», relata el deportista galdense.

El apoyo del Cabildo le permitirá estar en agosto en la CCC, de 100 kilómetros, en torno al Mont Blanc

Uno de los grandes hándicaps que se encuentra en las pruebas internacionales o en la Península es a la hora de adaptarse a la altitud, ya que en Gran Canaria como mucho «llegamos a los 1.800 metros de altitud, que es una cifra insignificante si la comparamos con lo que nos hemos encontrado en otras carreras por el mundo». «En su día competí en Andorra y me mareé un poco, sin embargo en otras carreras en las que he corrido incluso con más altitud, no he tenido problemas, al final es una lotería», reconoce el grancanario, que siente una envidia sana de algunos compañeros en la selección nacional que «tienen la posibilidad de entrenarse en centros de alto rendimiento en los que tienen la posibilidad de entrenar en altitud, hacer entrenamientos por la mañana o por la tarde, pudiendo dedicarse plenamente a este deporte, mientras que otros no podemos dedicarle tantas horas».

A la cita de Innsbruck va con el objetivo de «disfrutar al máximo de la experiencia y hacerlo lo mejor posible, teniendo en cuenta que un mundial nunca es fácil». «Considero», continúa», «que estoy preparado para afrontar este reto, con el apoyo de un equipo increíble que lo hace todo más fácil».

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