Rally Islas Canarias
Una madrugada en vela para ser testigos del primer tramo del rally: "De aquí no nos mueve nadie"
Un centenar de personas acamparon durante la noche del jueves para ser testigos en primera fila el viernes del primer tramo del WRC en Gran canaria a su paso por Valsequillo
El sitio que cada uno había elegido para ver la cita, un tesoro

Acampada en el Rally Islas Canarias / José Carlos Guerra
Valsequillo, una zona tranquila y mas aún por las noches, se convirtió la madrugada del viernes en un punto de encuentro. Grupos de jóvenes, adultos y mayores se reunieron en busca del mejor sitio para ver de cerca el estreno oficial del World Rally Car. Una palabra que se dice fácil, pero que los canarios más que nadie saben lo que ha costado poder ver de cerca este espectáculo del motor en casa. Con las carreteras cortadas al tráfico desde las diez de la noche del jueves, el municipio de las medianías era una fiesta en la que la emoción era el principal sentimiento.
Caravanas amontonadas, furgones camperizados o al menos un intento de ello, coches con los sillones echados hacia atrás para poder dormir al menos unas horas y murmullo. Lo que más se escuchaba era el murmullo de los grupos que, sin armar ningún tipo de jaleo, hablaban y comentaban diferentes cuestiones de la vida, pero sobre todo haciendo referencia al motor. Algunos, sin quererlo ni beberlo, se dieron cuenta de que eran vecinos. Y no de algún barrio de Gran Canaria, sino de Madrid.
Así lo contaba Mario, aún emocionado por ese descubrimiento tan loco. Es canario, pero el trabajo le llevó a la capital española hace varios años. Esta semana, aprovechando sus días libres, no dudó en venir a la Isla, su Isla, a disfrutar del Mundial de Rally. Una parcela alquilada para ubicar los coches y furgones y un grupo de amigos que sin buscarlo se hicieron inseparables durante este fin de semana dedicado al motor.
Vecinos de casualidad
En una esquina del casco, sin molestar a nadie y a los pies de un terraplén, Mario disfrutaba la madrugada del viernes con un grupo de cuatro paraguayos residentes en Madrid y uno de sus amigos, residente en Gran Canaria o como él mismo decía “de Tamaraceite de toda la vida”. Se conocieron en una parcela que varios amigos alquilaron para meter sus vehículos durante este rally y ahí se dieron cuenta de que uno de los paraguayos vivía en la misma calle que Mario, sólo dos números más allá de su portal. Esto es a lo que se refiere la gente cuando habla de esa familia que se hace en estas reuniones y en las que la velocidad es protagonista.

Mario, el primero a la izquierda, junto a su grupo de amigos / Jose Carlos Guerra
Encontrar estos días a grancanarios que estén viviendo esta emoción ha sido complicado, pero Valsequillo, este viernes de madrugada, parecía una reunión de canarios. Un encuentro de hermanos en el que el objetivo a esas horas, en el que el frío y el viento eran uno de los principales protagonistas, era encontrar el mejor hueco. Domingo Ramos, Gustavo Mejías y Jose Ramos encontraron una buena ubicación para sus furgones, en el que tenían pensado dormir unas pocas horas. Eran aproximadamente las dos de la madrugada y la idea era dormir hasta las cinco y media. A esa hora, el despertador sonaría y Domingo, siendo fiel a las travesuras de niño que alegran el día a cualquiera, tenía pensado hacer a su padre y su tío un cafecito con un poquito de sal. Una broma para empezar el día con unas risas.
El objetivo de ver a todos los incritos
Llegaron desde Arguineguín para ver este inicio del rally. Un primer tramo en el que estaba asegurado ver a todos los inscritos. “Luego, conforme van pasando los tramos algunos se chocan o tienen accidentes y es más complejo ver todos, por eso este tramo creo que es uno de los que más gente va a atraer”, explicaba Domingo, mejor conocido como Mingo y con experiencia en esto del motor. Él, que también es piloto, sabrá del sentimiento que los participantes en esta prueba del Mundial sientan estos días, cuando el olor a asfalto inunde el ambiente. “Cenamos en Telde antes de llegar a este punto, justamente en el Guachinche El Abollado y que casualidad que quedamos así”, explica Gustavo Mejías haciendo referencia a esa palabra canaria, que quiere decir que una persona se ha quedado con la barriga llena de comer.
Cuestionados por la seguridad de esta prueba y por el comportamiento de la gente, esta familia habla del ‘miedo’ que sienten. “La verdadera afición se va a portar bien, porque sabe en qué puntos se puede colocar y en cuáles no, y saben que hay que hacer caso a la organización para que todo salga bien”, apuntan. Sin embargo, confían en que todo el trabajo que ha costado que esto llegue a Gran Canaria valga la pena y se pueda volver a repetir durante varios años más. “Es una oportunidad que se ha trabajado durante muchos años y al final se han dado cuenta de que aquí hay infraestructuras y carreteras para llevarlo a cabo”, apuntan.
La rivalidad entre Toyota y Hyundai
Desde Arucas y con tan sólo 22 años, Ana Casto y Héctor González salieron de casa el miércoles por la noche. Mantas, ropa de abrigo, bolsas llenas de comida y la ilusión de las primeras veces. En frente, los padres de estos chicos, alucinados por la locura que este Mundial había causado en ellos. “Nuestra familia no es consciente, y mi padre estaba flipando cuando me vio salir de casa”, apunta Héctor.
Está sentado en una silla de playa en el Mirador de Valsequillo. Desde ahí, tienen una vista privilegiada al rally, puesto que se ven varias curvas y un buen recorrido para disfrutar de todas las horas que han tenido que estar esperando a lo largo de la semana. Viste un chándal, un pulóver y está forrado con mantas, porque el frío a esa hora de la madrugada pega bien. Ven las estrellas, las carreras que algunos hacen con sus coches personales por esa zona metiéndose en el papel de los protagonistas y esperan a que el viento se vaya para poder sacar algún juego de mesa. A su lado, espera una bolsa grande llena de bocadillos de chóped y queso y chorizo y queso. Además, tienen pipas, cereales, agua y alguna que otra bebida energética para poder aguantar tantas horas en vela.
Los bocadillos de chóped y queso y chorizo y queso llenaron la barriga de este grupo
Una de las peculiaridades de esta parejita no es otra que la rivalidad entre coches. Ella, que trabaja en la casa Toyota por un lado, y él, amante de los Hyundai por otro. Unas vacaciones improvisadas de varios días, ya que durante la Semana Santa sólo trabajaron hasta el miércoles, y esta la pidieron libre para ver de cerca esta cita con el motor y disfrutarla como es debido con un Ford Fiesta "improvisado", como explica como buenamente puede Héctor.
Un poquito más cerca lo tuvieron Claudio y Manolo, residentes en Telde y amigos desde hace 14 años, cuando se conocieron haciendo el Camino de Santiago. De una caminata a un Mundial de Rally con una acampada incluida y un compañero de cuatro patas, Yaki, que a sus 14 años y forrado en abrigo, disfrutará junto a su dueño del rugir de los motores. Tal y como explican, no sólo son aficionados a los rallys, sino también "a las carreteras de la Isla y a la afición", de la que esperan que se comporte como es debido para dar ejemplo.

Claudio, Manolo y Yelko / Jose Carlos Guerra
Llegaron el martes a Valsequillo, momento en el que aparcaron su autocaravana. El miércoles por la tarde noche, subieron hasta el mirador del pueblo para coger un sitio. Una esquinita en la que parece que el viento no azota con tanta fuerza. En su particular chiringuito a pie de asfalto, destacan las chucherías y alguna que otra bebida que les caliente un poquito el cuerpo antes de ser testigos de la velocidad de los mejores pilotos del mundo.
Con un furgón improvisado en el que la parte trasera está hecha cama, llena de mantas y con una luz acogedora, Yelko Melián y Carla Trujillo esperan a sus amigos para pasar la noche antes de ver el primer tramo de este mundial. Llegan desde Arinaga y uno de sus amigos, que a la hora de hacer este reportaje no había llegado, lo hizo desde Fuerteventura. Yelko, que ha seguido la pasión de su padre por el motor, no dudó ni un segundo en ver el tramo de Valsequillo, mientras que Carla, como buena novia, ha decidido acompañarle para vivir junto a él esta experiencia. "Tengo recuerdos de siempre", explica Yelko, que rememora aquellos años en los que iba junto a su padre. El próximo tramo será el de la Era del Cardón, un recorrido icónico que ya tiene a mucho público acampando en la zona para coger los mejores sitios.
El sitio, un tesoro
Una madrugada diferente que todos los valientes que han acampado guardarán para los libros de aventuras. Un recuerdo inolvidable de la primera vez que Gran Canaria acogió una de las pruebas del Mundial de Rally. Una isla volcada al motor y una afición que ha dejado claro que sirve para todo lo relacionado con el deporte.
Dio igual la noche fría, porque lo que estaba por llegar era mucho más importante que cualquier otra cosa. La frase de todos estos ciudadanos, no era otra que la de "de aquí no nos mueve nadie". Las mantas y las charlas nocturnas, los amigos que se van encontrando y las estrellas brillantes hicieron todo más ameno. Todo por el rally, y todo por agradecer esta oportunidad de poder vivir para contarlo.
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