¿Sabías que hay una lucha que une a canarios y coreanos?
El encuentro estuvo marcado por 200 personas llegadas desde la Península e Inglaterra
Este reunión entre la comunidad coreana se realiza cada año en un punto diferente del continente

Encuentro de la comunidad coreana en el López Socas / Jose Carlos Guerra
La comunidad coreana en Europa se reunió ayer. Un encuentro que hacen anualmente con el objetivo de concentrarse en un punto del continente y compartir vivencias. Una especie de unión en la que practican diferentes deportes y pasan el día juntos para celebrar que en Europa viven 300.000 coreanos. Este año, con motivo del 75 aniversario de las relaciones diplomáticas entre España y Corea y adelantándose a lo que sucederá el próximo 2026 con los 60 años de la instalación de los coreanos en España, el lugar elegido no podía ser otro que Gran Canaria, con el López Socas como escenario.
Una isla que cada vez ha ido creciendo más, y que nada se parece a aquella que vieron los primeros coreanos que se instalaron en ellas, allá por 1965. Pero si hay algo que une a un lugar y otro, separado por nada más y nada menos que 11.895 kilómetros, es la lucha canaria, para ellos llamada ssireum. “Son dos deportes que nos unen”, explica el cónsul general de la República de Corea, Koh Moon-Hee. “De hecho, el año pasado los canarios fueron a competir a nuestro país, y este año, en el mes de noviembre, volverán”, aseguró.
A la hora de echar la vista hacia atrás para entender desde cuando Canarias y Corea hacen este intercambio cultural, el tiempo se detiene en el año 2000, cuando Francis Pérez, conocido como ‘El pollito de la frontera’, disputó un combate contra el campeón de ssireum. Ganó, y aunque desde la Federación coreana de esta modalidad deportiva le ofrecieron una cantidad millonaria para que se quedara en el país asiático, la rechazó con tal de no separarse de su Archipiélago.
200 coreanos de España e Inglaterra
Por ello, en la jornada que se llevó a cabo durante el día de ayer y en la que participaron 200 coreanos llegados desde las Islas, Madrid, Barcelona e Inglaterra, no pudo faltar el ssireum, pero tampoco deportes como el fútbol, el tenis, el ping-pong, el taekwondo o el juego de la cuerda, en el que por equipos ponen a prueba su fuerza tirando hacia un lado y otro. Además, un grupo decidió emplear la jornada en hacer que la música sonara a través de tambores, y desde el colegio coreano, unas alumnas protagonizaron la danza de la máscara.

La comunidad coreana juega al fútbol en el encuentro del López Socas / Jose Carlos Guerra
Entre directivos, altos cargos y personalidades relevantes de Corea, el presidente de la Asociación coreana en Europa, Kim Young Ki, hablaba de la importancia que tiene el deporte en el país, donde lo normal es que todo el mundo practique alguna modalidad. De ahí, a que en este encuentro anual, los deportes sean los protagonistas con diferentes juegos para todos los gustos.
Mitad canario mitad coreano
Desde los coreanos que se han marchado de su país por descubrir nuevos rumbos, hasta los que buscaron España para estudiar, o los que directamente nacieron en Gran Canaria, la Isla que tanto les ha dado. Daniel Ko es uno de ellos. El fútbol es su deporte estrella, y el Real Madrid el equipo que ocupa su corazón. Con el escudo pegado al pecho y el nombre de Kroos a sus espaldas, explica que se siente un canarión más, a pesar de que estuvo 13 años viviendo en Corea. Ahora, con 32 años y después de haber compartido mitad de su vida en España y mitad en Asia, intenta hacer una comparación correcta de por qué terminó por elegir la Isla, el lugar en el que nació.
“Es una comparación difícil porque Canarias no es muy grande, pero tiene sus playas, su buen tiempo y sobre todo a su gente. Hay buena comida y lo más importante es que no hay estrés”, expresa después de haberlo pensado detenidamente. En los 13 años que estuvo viviendo en el país asiático, Daniel se dio cuenta de que ahí la vida iba muy deprisa y el estrés era algo normal. “Es una cultura donde todo tiene que ser muy correcto y no puedes fallar en nada. Yo hice la mili y todo lo que el país coreano ha pedido, pero me costó adaptarme y entendí que mi lugar era este”, señala convencido.

Encuentro de la comunidad coreana / Jose Carlos Guerra
La comunidad coreana en Canarias se está perdiendo. Al menos esa es la opinión de Alejandro, que todavía recuerda los encuentros que se hacían cuando era un niño y los jóvenes predominaban. Ahora, de donde mas llegan son de Península o de Inglaterra, lugares más grandes y extensos donde la vida, que no es lo mismo que la cultura, se asemejan un poco más a la de Corea. “Es una alegría asistir a estos eventos porque muchas veces se echa de menos estar con tu gente”, explica Daniel, que además es el único representante de la comunidad coreana en Gran Canaria.
Representando a la comunidad coreana en Cataluña, desde Barcelona llegó un grupo de futbolistas cuya capitanía recae en Donghoon Lee. Defendiendo la camiseta del Mugunghwa FC, se reúnen una vez a la semana para practicar fútbol siete y ayer, en su primera vez en Gran Canaria, la emoción también les llevó a practicar el juego de la cuerda o ssireum. "Hay que aprovechar que estamos en Canarias para practicar uno de sus deportes, que también es nuestro", explica.
En los campos del López Socas, lo de ayer fue más que un reencuentro, porque las comunidades coreanas de los diferentes puntos de España e Inglaterra volvieron a verse las caras. "Nos conocemos desde hace tiempo, pero solo nos vemos cuando la comunidad organiza estas reuniones, por lo que todo es un poco más especial, y más cuando descubrimos nuevos rincones del mundo", indica Lee.
Daniel KO nació en Gran Canaria, estuvo 13 años viviendo en Corea y regresó «a su lugar»
Es llamativo la cantidad de personas que, aun siendo canarias o de algún país de Europa, admira y apoya la cultura coreana. Y aunque no lo parezca, son muchas las que atraídas por alguna serie, alguna melodía, comida o película, ha puesto todo su interés en Corea y ha empezado a estudiar su idioma, que es lo básico para adentrarse en todo lo que conlleva. Dyane de Ruiter lo vivió de primera mano, y ayer fue una de las protagonistas en ese baile tradicional coreano de máscaras, que por si fuera poco, hace no mucho tiempo lo nombraron Patrimonio Inmaterial de la UNESCO.
Los colorines son los que ponen el toque al traje, que significan las emociones de los seres humanos, tal y como expresa Dyane. Ella, aunque nació en Gran Canaria, tiene una parte de Holanda, ya que su padre es de ahí. Cuando era pequeña, se marchó y a los 21 regresó a la isla que la vio nacer con el objetivo de estudiar traducción e interpretación. "He escuchado que es bueno estudiar otro idioma para prevenir el alzhéimer y descubrí el coreano por una serie", explica de Ruiter.
El colegio coreano como guía
A través de la página web de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria dio con el Instituto King Sejong y estuvo ocho años estudiando. Hace aproximadamente un año, cerró sus puertas, por lo que tuvo que inscribirse en el colegio coreano para seguir sus estudios. "Todavía no he podido estar en Corea, pero es mi sueño", explica aún nerviosa por la actuación que acababa de protagonizar. Un sueño que comparte con Andrea Cabello, que a sus 24 años y a punto de comenzar sus estudios en lenguas modernas, tiene en su historial de idiomas el chino, el inglés y el coreano.
Un encuentro en el que la unión entre los coreanos repartidos por Europa es real cada primavera. Porque para ellos, lo más importante es seguir reuniéndose a pesar de la distancia que les separe. Es, al fin y al cabo, lo que les hace tener siempre presente a su país aunque por diferentes motivos, dejarlo atrás haya sido la mejor opción. El deporte sólo fue un pretexto, y la lucha canaria o la ssireum, una manera de que canarios y coreanos se sientan muy cerca.
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