De llevar toda la niñez jugando al fútbol a convertirse en tenista. Ese podría ser el resumen rápido de lo que era y lo que es a día de hoy Iván Marrero, un grancanario que descubrió a los 14 años que su deporte era el tenis. Un hallazgo que llegó casi sin quererlo, en un año un tanto complicado en el equipo en el que estaba jugando. Valoró la situación que estaba viviendo y cuando estuvo seguro tomó la decisión: quería un deporte individual que dependiera de sí mismo y en el que jugar no precisara de si le caía de una manera u otra al entrenador. El hambre y la disciplina le llevó, después de mucho sacrificio, a Sevilla, Turquía, Estados Unidos y Grecia, lugar en el que está haciendo el circuito profesional.
Desde el primer momento en el que empezó a probar se dio cuenta de que era demasiado tarde para poder llegar lejos, pero siempre tuvo claro que iba a jugar para ser el mejor y no por el mero hecho de pasar el rato. Empezó con Alfonso Pérez, el que fuera entrenador de la grancanaria Carla Suárez y compaginaba sus estudios en Vecindario con sus entrenamientos en Las Palmas, lo que se resumía en 40 minutos de trayecto para ir y volver en los que Iván aprovechaba para ir estudiando y haciendo los deberes. «Al principio me decían que era imposible, yo no sabía ni coger la raqueta y tenía 14 años pero veían que había algo. Quizás la capacidad de estar tanto tiempo con tanta disciplina también es un talento», comenta Marrero.
Al principio tuvo que jugar los torneos locales con chicas de categorías inferiores, porque él no tenía el nivel para jugar con los chicos de su edad, pero a los dos años de estar entrenando consiguió quedar campeón de Gran Canaria en su categoría. «Esa fue la primera sorpresa que me di a mí mismo», recuerda. Al cumplir los 17, con sus padres volcados en ayudarle a conseguir su sueño, pusieron rumbo a Sevilla para buscar jugadores de su mismo nivel, puesto que en Gran Canaria al llegar a cierta edad los chavales suelen irse fuera o dejar el deporte en el peor de los casos.
El grado en Economía y la beca en Florida
En la ciudad hispalense conoció otras formas de trabajar y diferentes torneos. Terminó el bachillerato a distancia y consiguió graduarse en economía. En septiembre de 2023, se marchó becado a Estados Unidos por la Universidad de Jacksonville, en Florida, e hizo un máster en gestión deportiva. En todo este tiempo, ha conseguido coronarse como Campeón de España Universitario con la Universidad de Sevilla; Campeón de Gran Canaria cadete y de Sevilla junior y TIF en individual y en dobles. Además, hace dos semanas ganó su primer torneo en Turquía y ahora mismo está en Grecia compitiendo.
Tras su periplo por Sevilla y Estados Unidos, Iván ha regresado a la Isla, donde lleva a cabo sus entrenamientos en el Club de Tenis Las Rehoyas, en el que es dirigido por Mioko. Ahí, se prepara para jugar en el circuito ITF, aunque está haciendo la transición al ATP Challenger. «Cuando gané mi primer torneo en Turquía hace dos semanas fue algo que no me esperaba, porque mentalmente me estaba costando dar el paso», asegura Marrero. «Al ganar las semifinales me puse a llorar en la habitación y recordé todos esos momentos en el que me decían que estaba loco por empezar tan tarde; de todas las personas que me decían que era imposible», comenta.
Los padres de Iván se volcaron tanto en su formación que llegaron incluso a pedir un préstamo para invertirlo en su aprendizaje
No ha sido un camino fácil, sobre todo porque nadie confió en él, a excepción de sus padres, quienes llegaron incluso a pedir un préstamo para que Iván pudiera invertirlo en su formación. Además, tuvo que precisar de ayuda psicológica para poder dejar a un lago las opiniones ajenas. Ahora que la tormenta ha pasado, su objetivo a medio plazo es estar por debajo de los 300 en dobles y 600 en individual, mientras que mirando más a futuro la meta está fijada en ser top 100 en las dos disciplinas. «Trato de fijarme en todos los tenistas y cada vez que consigo mejorar el nivel me doy cuenta de lo difícil que es este deporte, pero de manera individual, lo que hace Alcaraz me parece admirable», apunta.
Iván Marrero no solo está enfocado en el tenis como deporte, sino que aprovecha sus conocimientos para ayudar a los jóvenes que se sienten atraídos por esta disciplina. Tiene una marca personal a la que intenta dar forma cada día y junto a dos amigos ha abierto un canal de YouTube en el que enseña lo que hay detrás de cada una de las escenas; el día a día de un tenista que no es famoso, lo que hace, la manera de entrenar y las competiciones a las que se somete.
«El tenis es el medio que me ha permitido conocerme y superarme estos años, y aunque ha sido duro me ha abierto la puerta a conocer personas, lugares y países maravillosos. Es una puerta que se ha abierto y que nunca imaginé», indica este grancanario, quien muestra su disposición a unirse a empresas locales canarias para seguir avanzando en el camino. «Es un milagro que haya podido llegar y esto también se lo debo a mis padres». Un tenista por sorpresa que luchó por un objetivo y lo consiguió, sirviendo de ejemplo para todos los jóvenes y adultos.