FÚTBOL
Israel Quintana, tras ser cesado por la UD San Fernando: «Me citaron el lunes y yo pensaba que era para hablar de fichajes, pero al final fue para cesarme»
El ya ex ténico del conjunto del sur de Gran Canaria asegura que no se esperaba ser destituido y que le explicó al director deportivo, Santi Hidalgo, que los argumentos para acabar con su vinculación no eran «suficientes». Además, señala que no comprende que el club haya perdido «confianza» en su figura después de quedarse a las puertas del ascenso la temporada pasada

Israel Quintana. / LP / DLP

¿Cómo se encuentra en este momento, unos días después del cese, tras un año de trabajo y un ascenso que estuvo muy cerca el curso pasado?
Si le soy sincero, me encuentro bien. Como entrenador, hay cosas que no dependen de uno mismo. A veces decide el club, en este caso, la dirección deportiva. Para mí fue una sorpresa porque no me lo esperaba. Estábamos trabajando en una buena línea y hasta llegamos a ser líderes, aunque es verdad que en las últimas semanas los resultados no nos estaban acompañando. Aun así, creo que esos resultados estaban condicionados por la cantidad de lesiones que teníamos, ya que no nos permitieron competir como me hubiese gustado. Me voy tranquilo porque lo di todo.
¿Y cómo le sentó la noticia?
Esto es todo tan reciente que no me ha dado tiempo de asimilarlo. Sí es verdad que estoy un poco fastidiado, porque creo que el equipo, pese a los resultados de las últimas jornadas, estaba trabajando bien. También me voy fastidiado por lo que conseguimos la temporada pasada, donde estuvimos a punto de lograr el objetivo del ascenso y finalmente no pudo ser. Estaba con ganas e ilusión de seguir trabajando día a día. A partir de ahí, a nadie le gusta que lo cesen en su trabajo; en este caso, en el fútbol. Y, quiera o no, pues te hace pensar, darle vueltas al tiempo y ver las cosas con otro punto de vista. La verdad es que no me ha afectado a nivel personal, pero sí que me queda la espinita de no poder estar el martes en ese partido de Copa del Rey. Por lo demás, los entrenadores estamos a expensas de los resultados. La única pena que me llevo es lo de la Copa.
¿Cuánto le duele perderse el partido de Copa del Rey ante el Albacete?
Este tipo de oportunidades, como le decía, son algo único y no se consiguen todos los años. Suponían vivir una experiencia muy cerca del profesionalismo. Son muchos los alicientes que hacen que ese tipo de citas te generen una ilusión enorme. No ha podido ser. Al final, el Sanfer ha decidido que era el momento de parar y poco más puedo hacer. Se me va a quedar la desilusión en el cuerpo, pero esto no empieza ni acaba aquí. En el futuro intentaremos disfrutar de esa oportunidad si llega, ya sea un partido de Copa del Rey o una fase de ascenso.
¿Hubo algún tipo de ultimátum?
No. De hecho, la semana anterior había estado hablando con Santi Hidalgo, el director deportivo, sobre la posibilidad de intentar incorporar a algún futbolista ante las lesiones que teníamos. Se me dijo que no, que la plantilla era la que era, y que yo estaba contento. Pero es verdad que cuando tienes lesiones, el plantel queda un tanto mermado. Tras la derrota en Tenerife ante el Real Unión, donde también se nos lesionó Juan. Me citaron el lunes y yo pensaba que era para hablar de fichajes, pero al final fue para cesarme. Ellos consideraban que era el momento ideal para cambiar de entrenador, ya que entendían que la situación podía ir a peor.
¿Cuál es el mensaje que le transmite exactamente la directiva?
Ellos entendían que la dinámica del equipo no era la ideal y, en este caso, Santi Hidalgo —porque fue la persona que habló conmigo— me explicó que, desde su punto de vista, tenía que cortar esa situación cuanto antes. Al final, la cuerda siempre se rompe por el mismo sitio. Me quedé sorprendido. Le expliqué que el sábado fue un día duro para todos, que a nadie le gusta perder y menos de la manera en la que perdimos con el Real Unión. Pero en esta categoría, con la igualdad que hay, a poco que bajas un poquito el nivel, te pasan por encima, hablando mal y pronto. Antes de eso, yo no sabía nada. Así es el mundo del fútbol…
¿Está de acuerdo con que le hayan cesado en pleno inicio de temporada?
Le dije a Santi que esos no eran argumentos suficientes como para echar a un entrenador. El equipo iba líder hace tres jornadas y habíamos tenido problemas con las lesiones, que no son lesiones cualquiera. Que un jugador se rompa el tendón de Aquiles delante de tu banquillo te deja un mal cuerpo terrible, como fue el caso de Aythami Betancor. Eso nos afectó anímicamente a todos. Yo entendía que no era un cese justificado, porque creía que el club debía tener más confianza en mí para sacar adelante los resultados, sobre todo viniendo de donde veníamos y de lo que conseguimos el año pasado. La Tercera RFEF está muy igualada y entendía que la situación no era tan dramática como para que me cesaran. Habría comprendido que, si el equipo en tres o cuatro jornadas no cambiaba de dinámica, valorasen cambiar de entrenador, porque eso no puede suceder en una entidad como el San Fernando. Lo hubiese entendido y compartido. A pesar de ello, les dije que respetaba su decisión, pero no la compartía en ese momento.
¿Cómo se lo tomó el vestuario? ¿Sintió pérdida de confianza?
Los jugadores me manifestaron que era una situación sorprendente y que era cuestión de paciencia, que tarde o temprano íbamos a conseguir solventarlo sumando de nuevo de tres en tres. No veía malas caras en el día a día. Seguro que había algún jugador que quería jugar más, como en todos los clubes, pero siempre trabajábamos a tope. Yo percibía que los jugadores lo daban todo y no había mal ambiente, ni mucho menos, en el vestuario.
¿Se ha sido injusto con usted después de lo conseguido el año pasado?
Sinceramente, no sé si la palabra es injusto o justo. Yo lo baso todo en la confianza. Si el año pasado llegamos tan lejos fue fruto del trabajo de los futbolistas, del cuerpo técnico, así como de la dirección deportiva y de todos los estamentos del club. Si la temporada anterior se confió en mi figura para llegar tan lejos, no entiendo que ahora se pierda esa confianza en mi trabajo. Teniendo en cuenta lo sucedido el año pasado, no entiendo que no hubiese confianza hacia mi labor como primer entrenador para seguir caminando este año.
¿Considera que se ha echado a perder el trabajo de la temporada pasada?
Es verdad que este año se apostó por una remodelación importante de la plantilla porque entendíamos que había que agitar la coctelera. Pasamos de tener una plantilla con cuatro sub-23 a tener nueve o diez, y eso habla a las claras del cambio que hubo en el plantel. Del equipo salió gente importante y contrastada, pero lo que buscábamos era rejuvenecer la plantilla, darle continuidad, pero con otras caras y otra idea de fútbol. Eso lleva tiempo; la paciencia a veces es poca, a veces es mucha… Me sorprende que en Tercera RFEF se hayan cambiado ya cinco entrenadores, lo cual habla de la poca paciencia que hay en el mundo del fútbol.
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