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BODYBOARD

Amaury Lavernhe, campeón del Gran Canaria Frontón King 2025: «Quien diga que no siente miedo en El Frontón está loco o miente»

El ‘rider’ francés afincado en Gáldar, que conquistaba el pasado sábado su cuarta corona en la ola más temida del mundo, ‘La Bestia’, reflexiona sobre su madurez, su vínculo con Canarias y su pasión por seguir compitiendo a los 40 años

Lavernhe –izquierda–, sonriente con el trofeo de campeón del Gran Canaria Frontón King 2025, junto al grancanario Lionel Medina, segundo.

Lavernhe –izquierda–, sonriente con el trofeo de campeón del Gran Canaria Frontón King 2025, junto al grancanario Lionel Medina, segundo. / Miguel Travieso

La Provincia

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Las Palmas de Gran Canaria

Nada menos que 17 años después de su primera visita a Gran Canaria, Amaury Lavernhe volvió a lo más alto del podio del Gran Canaria Frontón King, el campeonato que lo consagró como una leyenda del bodyboard mundial. El rider francés, dos veces campeón del mundo (2010 y 2014), sumó el pasado sábado su cuarta corona en la ola que más le ha retado y también la que más ha marcado su vida, la conocida como La Bestia. «Recuerdo la primera vez que vi El Frontón desde fuera, en 2003. Me dije: yo no me voy a atrever nunca a tirarme ahí. Me impresionó demasiado». Y ahora, 20 años más tarde, a él le provoca risa, pero entre los demás atletas se le conoce como el Terminator de El Frontón.

Desde 2011 vive en Gáldar, donde ha echado raíces. Llegó procedente de Isla Reunión, donde había crecido entre olas potentes y una intensa cultura competitiva: «Cuando conocí Canarias me enamoré del lugar. Sabía que había buenas olas, buen clima y, sobre todo un nivel de bodyboard altísimo. Aquí encontré mi sitio, y la energía de los riders locales me inspiró a superarme cada día».

Lavernhe no necesita exagerar. Su trayectoria habla por sí sola. Cuatro títulos en El Frontón -el que más en la historia de la cita mundialista que tiene lugar en este spot galdense- y una conexión con la ola que pocos igualan. «Cada victoria tiene su historia y su contexto. Yo también he cambiado con los años: ahora soy padre, tengo mi academia y mis tutoriales en línea, y compaginar todo eso con la competición no es fácil. Por eso esta cuarta corona tiene un valor especial. Me demuestra que todavía puedo competir al máximo nivel y disfrutarlo», asegura.

Y vaya si lo hizo. En la edición que acaba de terminar eliminó a dos aspirantes al título mundial, el francés Pierre-Louis Costes y el grancanario Armide Soliveres, en mangas decisivas que terminaron abriendo el camino al triunfo del brasileño Uri Valadao en el Mundial: «No es una situación sencilla. En este deporte somos pocos, nos conocemos, somos amigos. Pierre es probablemente el rider más técnico del circuito. Sé que le he quitado dos títulos en los últimos años que merecía mucho, porque en este deporte hay muchos factores que intervienen, no es algo matemático en el que siempre el mejor rider gana la manga. Pero bueno, también sé que Uri merecía ganar en este año 2025. Así es el bodyboard: un equilibrio entre la emoción y la estrategia.

Los veteranos resisten

En un circuito mundial en el que las nuevas generaciones llegan con más preparación y medios que nunca, el francés reflexiona sobre la importancia de la experiencia: «Hoy hay chicos con mucha técnica, pero les falta recorrido competitivo. Nosotros empezamos muy jóvenes, en entornos con tours locales fuertes, donde aprendimos a manejar la presión, el mar, el viento, los jueces. Eso todavía pesa. Por eso al final, en pruebas extremas como El Frontón, la experiencia sigue marcando la diferencia».

Óliver, el relevo

Entre esos nuevos talentos, está su hijo Óliver. Amaury no esconde el orgullo que siente por ver cómo su vástago comienza a seguir sus pasos. «Está progresando mucho, pero sobre todo tiene pasión. Y eso es lo que más me importa. Me encanta ver que el bodyboard le enseña valores: cuidar el cuerpo, entender la naturaleza, respetar el mar. Que compita o no, eso vendrá después. Lo importante es que lo disfrute», relata orgulloso.

Lavernhe lo tiene muy claro: el Frontón es más que una ola: «Es un lugar mágico y brutal a la vez. Quien diga que no siente miedo aquí, o está loco o miente». Desde su primer campeonato en 2010 -entonces bajo el nombre Wild Wild West- no ha faltado a ninguna edición. El vínculo con Gáldar, dice, va más allá del deporte: «Sin ser canario, he podido construir aquí una vida. Siento un respeto mutuo con los locales. Me han acogido, me han dejado ser parte del pueblo y eso para mí es un privilegio. Aquí he empezado mi segunda vida», relataba.

No solo compite: enseña, guía y comparte su conocimiento con jóvenes canarios que ven en él un referente. «Intento que mis alumnos entiendan que este deporte no es solo fuerza o riesgo, sino también mentalidad, cuidado del cuerpo, de la alimentación, del descanso», explica el francés.

Y mientras, a sus 40 años, Lavernhe asegura que vive la competición con otra perspectiva: «Ya no necesito demostrar nada. Me sigo preparando igual, pero disfruto más. Antes me comparaba demasiado; ahora me alegro cuando otro rider hace una buena manga. Y eso es por la madurez».

No obstante, su nivel sigue intacto. Este año solo compitió en tres pruebas del circuito mundial, Marruecos, Brasil y el Gran Canaria Frontón King, y las ganó todas. «No tenía previsto hacer el tour completo porque eso condiciona toda la vida familiar. Quería elegir los eventos que más disfruto y así ha sido. He competido con la cabeza más tranquila, sin presión por el título general, y quizás eso me ha ayudado a competir mucho mejor», apunta Amaury.

¿Volverá a por otro título mundial?: «Nunca digas nunca. Ver a Uri ganar con mi misma edad me inspira mucho. Pero por ahora quiero mantener el equilibrio entre mis proyectos, mi familia y el agua. Si hay más pruebas como las de este año, quién sabe…».

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