Gabriel Mato Adrover confiesa que sus dos grandes pasiones son la política y el tenis. Su labor profesional se desarrolla como letrado del Cabildo de La Palma. Nace en Madrid (29 de abril de 1961), donde cursó Derecho en la Universidad Autónoma. En 1984 se trasladó a La Palma para un año después formar parte del cuerpo de letrados del Cabildo palmero. Entre 2003 y 2007 preside el Parlamento de Canarias, mientras que en la actualidad figura como diputado nacional del PP por Santa Cruz de Tenerife.

Por otro lado, su segunda pasión le acompaña desde su niñez hasta la actualidad. Hasta hace poco era el único juez árbitro español con la máxima calificación internacional: chapa de oro. A principio del pasado mes cumplía sus 45 participaciones en la Copa Davis.

- Ahora afronta un reto importante a caballo entre el deporte y la política.

- Efectivamente. El deporte me gusta de siempre y lo he practicado mucho, y ahora a nivel político tengo que agradecer a la portavoz del PP el que me haya incluido en una ponencia de la subcomisión del Congreso de los Diputados para crear la nueva ley del Deporte Profesional.

- ¿Cómo se articula la elaboración de la ponencia?

- Bueno, la ponencia está formada por ocho diputados de varios partidos que vamos a discutir, debatir, estudiar y resolver el nuevo modelo del deporte profesional. Tenemos previsto la presencia de 50 ó 60 comparecientes del máximo nivel para que nos ilustren y nos aporten datos que nos permita modificar la actual Ley del Deporte, que está muy desfasada. Nos reuniremos todos los martes y será un reto muy importante para los próximos meses.

- ¿Se siente más cómodo en la bancada del Congreso o supervisando grandes torneos?

- Son dos cosas distintas pero comunes en algunos aspectos. En ambas hay que tomar decisiones y emplear mucho el sentido común para resolver situaciones. Sin embargo, queda claro que en el deporte prima el juego limpio y en política no siempre es así.

- ¿Cómo se llega a ser el mejor juez árbitro de España?

- Con mucho trabajo, con mucha suerte y, sobre todo, con mucho sentido común como te comentaba. Las reglas no sólo hay que aplicarlas, sino también saberlas interpretar. En España somos pocos los jueces árbitros de primer nivel, pero gozamos de un extraordinario reconocimiento a nivel internacional.

- ¿Tiene contacto con las grandes estrellas del tenis?

- Con unos más que con otros, pero en los torneos la relación es totalmente profesional.

- Me imagino que tendrá muchas anécdotas.

- Innumerables porque son muchos años de torneos. Recuerdo cómo una de las más simpáticas se produjo en un encuentro que le arbitré a McEnroe, siempre tan conflictivo. Al día siguiente salió una foto en un periódico en la que se me veía reprochando la conducta del jugador, mientras que en el pie de la imagen decía "la primera vez que un juez de silla recrimina a John McEnroe, y no al revés".

- También habrá tenido situaciones comprometidas.

- Por supuesto. Creo que la peor fue una Copa Davis entre México y Argentina. Un jugador argentino sacaba para partido y eliminatoria con el público superalborotado. En el momento de dirigirme a la grada para pedir silencio, el argentino me dijo que siguiéramos, que no le molestaba en absoluto. Pero, cosas del tenis, perdió su servicio y el partido. El presidente de Argentina nos puso fatal al juez de silla y a mí en los medios de comunicación por no haber parado el partido. Gracias a Dios que en televisión quedó constancia de todo lo ocurrido.