La venta de un centenar de entradas para el encuentro del próximo 22 de enero en el Heliodoro Rodríguez López entre el Tenerife y la Unión Deportiva generó ayer un caos en la sede de Pío XII. Las localidades fueron puestas a la venta a las 9.00 horas y diez minutos después ya se habían agotado por completo, por lo que algunos aficionados que no pudieron conseguir una entrada manifestaron en público su disconformidad por el sistema de reparto.

El vicepresidente del club, Nicolás Ortega, salió al paso de la censura de los aficionados y precisó que, en esta ocasión, el Tenerife ha entregado a la Unión Deportiva unas 900 localidades, cuando habitualmente en este tipo de partidos se repartían en torno a las 1.600. Esta rebaja ha producido que en la venta directa apenas se pueda disponer de un centenar de entradas de libre disposición, y que la cifra destinada para las peñas y agencias de viajes se haya reducido de manera considerable.

Nicolás Ortega explicó que si bien se ha podido cumplir con todos los compromisos de las peñas y peticiones de aficionados, unas 500 en total, solo se ha podido despachar 400 localidades a las agencias de viajes de las 600 previstas. El vicepresidente señaló que este hecho ha generado un problema de logística al haberse fletado desde hace semanas dos ferrys con capacidad para 600 pasajeros.