Partida de ajedrez con guillotina. Paco Jémez (Las Palmas de Gran Canaria, 18-04-1970) afronta su primer clásico del Archipiélago con la amenaza de una dinámica incendiaria. En el otro lado del ring, le espera Juan Carlos Mandiá (Lugo, 17-01-1967). Otro debutante en el combate más afamado del fútbol canario y con la condición de colista. Los preparadores, que no han logrado una victoria en los meses de diciembre y enero, encauzan el asalto del domingo como la batalla del último día. Una derrota puede significar el fin.

Jémez no ha sabido responder a la exigencia de un calendario infernal y a una lista interminable de lesiones. Su estética victoriana del inicio de competición, que dejó al equipo líder de la categoría de plata en la cuarta jornada, se ha transformado en una inercia negativa que apunta a la Segunda B.

De los últimos 18 puntos en litigio, la UD ha rescatado un mísero tesoro. Un aliento de oro ante el Barça B (2-2). El resto, un descalabro eterno. Desde el pasado 23 de octubre, tras domar a un inoperante Albacete, la formación grancanaria solo ha sumado dos victorias. Los manchegos y el Rayo Vallecano conforman la delgada lista de gestas de una UD en plena fase de descomposición.

La desintegración grancanaria tiene un clon. El CD Tenerife de Juan Carlos Mandiá, que tomó las riendas del equipo el 26 de septiembre, cuenta con tres victorias en el casillero. El preparador gallego encadenó dos éxitos a finales de noviembre. La reacción duró un telediario. El 28 de noviembre, tras conquistar la Ciudad Deportiva del Villarreal, los tinerfeños dibujan un fútbol lineal y sin argumentos. El bagaje anotador del Tenerife es de 15 goles en 19 jornadas -los isleños cuentan con un partido menos-. Solo el Huesca presenta peores números ante la portería enemiga.

Y es que en el Heliodoro Rodríguez López, en la gran fiesta del fútbol canario, se citan la peor defensa de la competición -la UD ha encajado 39 goles en 20 jornadas- con un contendiente sin pólvora. Nino, la gran referencia del Tenerife, suma cinco dianas. Un bagaje pírrico para una estrella que cuenta con uno de los mejores sueldos de la categoría de plata.

Arte o exigencia

Juan Carlos Mandiá ha reconocido que el duelo ante la UD cuenta con un "sabor especial". Cargado de responsabilidad, el máximo responsable técnico ha elogiado la capacidad creativa del bloque grancanario. "Frenar a Jonathan Viera será importante pero de igual manera estar atentos a toda su línea de creación", detalla el gallego.

Paco Jémez, por su parte, enciende el drama y reconoce: "Me puede cortar la cabeza". Para el entrenador de la UD, la mala racha de resultados podría cobrarse la primera víctima. "Ya sé lo que pasará si seguimos sin vencer; es la ley del fútbol".

Los dos entrenadores afrontan el enigma de la zaga. Jémez, tras la ausencia de David García, formó con Samuel y Juanpe ante el Córdoba. Melli y el grancanario Pablo Sicilia, ex jugador de la UD Las Palmas, es la alternativa de Mandiá para frenar su sangría. Las dos pizarras buscan un modelo perfecto para aprovechar el escaparate de la madre de todas las batallas.

Natalio, Omar, Kome y Míkel Alonso, hermano del madridista Xabi Alonso, definen una sala de máquinas de oro y diamantes. "Es el colista más caro de todos los tiempos", valoró esta semana un directivo del Tenerife. La UD, por su parte, presenta la austeridad como bandera y con el proyecto de cantera como único reclamo religioso.

Mandiá versus Jémez. Dos estrategas, que sólo suman ocho victorias, en la última recta. Un ecuador con aroma mortal. "No sé si será mi último partido; no pienso en eso", valora Mandiá. Jémez mira al palco: "Yo no tengo que tomar esa decisión". El derbi dictará sentencia.