El 4 de abril de 2010, hace casi un año, el juvenil de la UD Las Palmas afrontaba su primera oportunidad para proclamarse campeón de la División de Honor canaria de la categoría. La cita, en la Ciudad Deportiva Geneto, tenía como aliciente que el rival era el Club Deportivo Tenerife, el único equipo que podía arrebatar el título al conjunto amarillo. Pero lo que apuntaba ser una buena jornada de fútbol acabó en escándalo por la actuación del árbitro: el tinerfeño Juan Francisco García Cabrera.

Perdió la UD Las Palmas tras ocho minutos de descuento (4-3), de penalti y tras sufrir cuatro expulsiones al ver la tarjeta roja Xiraxi, Raúl, Antonio y Gabri. Además de posponer, durante una semana más, el alirón del equipo amarillo, García Cabrera añadió a su faena la polémica redacción de un anexo al acta del encuentro, escrito que provocó -en primera instancia- una dura sanción del Comité de Competición contra Nicolás Ortega, vicepresidente de la entidad grancanaria, que fue castigado con tres meses de inhabilitación por -presuntamente- insultar gravemente al árbitro.

No fue Nicolás Ortega el único afectado por el acta arbitral, ya que las sanciones se extendieron a ocho integrantes más de la expedición amarilla: tres encuentros de suspensión a Mingo Oramas -entrenador-, dos partidos de castigo al ayudante del técnico, cuatro duelos de pena a Xiraxi y Raúl y un choque de inhabilitación a Gabriel, Kevin Herrera, Kevin Pérez y Raúl.

García Cabrera, que ya ejerció esta temporada como cuarto árbitro ante el Xerez (0-3), ha sido designado por la Real Federación Española de Fútbol (RFEE) en el equipo arbitral liderado por Miranda Torres para la cita ante la Ponferradina.