Diego Herner debutó el sábado como jugador amarillo por la senda más dura, con una expulsión a los 17 minutos, una marca de estilo que el imaginario colectivo de la Unión Deportiva Las Palmas tiene reservado, por derecho propio y reincidencia, a Vincent Vinny Samways, el depredador que llegó, mediada la temporada 96-97 del Everton inglés para convertirse en ídolo del Estadio Insular.

Herner y Samways, son dos jugadores completamente distintos, ni siquiera comparten la misma ubicación en el terreno de juego, pero que desde el pasado sábado comparten la misma tarjeta de presentación ante su afición. El de Entre Ríos fue expulsado cuando el reloj del colegiado, Amoedo Chas, marcaba el minuto 18, "por entrar a un contrario con ambos pies en forma de plancha, alcanzándolo a la altura del tobillo tras perder el control de su cuerpo y utilizando una fuerza excesiva", reza el acta arbitral. "Tal vez yo vengo de otro fútbol, más duro", se justificó en su desconocimiento Diego Herner antes de defender: "Mi expulsión en Argentina no hubiera sido ni falta".

El central, ex jugador de San Lorenzo de Almagro, Huracán y Banfield, entre otros equipos, recibió la tarjeta roja y, mientras cogía el camino a los vestuarios el nombre de Vinny Samways revisitó la grada amarilla con un sinfín de recuerdos. La leyenda del jugador londinense, nació un domingo, 15 de diciembre, en el Estadio Insular, ante el Alavés, y junto a otros mitos argentinos del pasado reciente de la entidad de Pío XII como eran el Turu Flores o Walter Pico. Ese día, el inglés, criado futbolísticamente en el Tottenham, no pasó del minuto 13. Su expulsión se produjo por propinar una patada sin balón a Serrano, delantero rival, después de una entrada de éste. Simionato, en el 81, también fue expulsado con dos amarillas en un partido que finalizó con empate a un gol. "Me expulsaron y me cayeron cuatro partidos", recordó el propio Samways en una entrevista concedida a LA PROVINCIA hace cinco meses. "Para mí fue un golpe muy duro. Estaba destrozado", explicó éste. Pero la historia de Samways reservaba un segundo capítulo. Tras la sanción, el mediocentro inglés reapareció frente al Salamanca. En esta ocasión fue, de nuevo, expulsado tras recibir un salivazo de un jugador rival. Samways, de nuevo perdió el control y encolerizado respondió con una agresión. "Perdí los nervios porque esto era algo nuevo para mí. En Inglaterra, escupir era algo impensable. Después del partido mi mujer me dijo que nos habíamos equivocado al venir a la liga española, porque con el temperamento que tengo no era para mí. Entonces, incluso pensé en marcharme pero al final me quedé por el apoyo que recibí de los compañeros y la afición", termina Samways.