Dos partidos de Liga, dos goles. La media anotadora no es memorable, cierto; pero tampoco es para rasgarse las vestiduras. Se trata de cifras modestas, que caminan acordes a las circunstancias de la Unión Deportiva, que ha jugado la mayoría de los minutos de los dos encuentros del campeonato con jugadores de menos en el campo. La falta de gol aún no obsesiona en Las Palmas, aunque nunca está de más ensayar la puntería de los futbolistas. Esto es lo que debió pensar el entrenador amarillo, Juan Manuel Rodríguez, quien organizó ayer una sesión con disparos desde todos los ángulos.

Desde el balcón del área, en una combinación entre atacantes, por alto, por bajo, los lanzamientos les llegaban desde todos los ángulos a Barbosa, Alejandro y Raúl durante una hora y media. No sólo los delanteros percutían a toda velocidad y potencia contra la portería, también los defensas y medios culminaban las jugadas con trallazos sobre los guardametas que pasaron una mañana entretenida en Barranco Seco.

Hubo golazos y paradones, toques sutiles que adornaban vaselinas y bruscos que se colaban junto a los postes. Todo ello, bajo la atenta mirada del entrenador, que alentaba a los futbolistas para que no fallaran delante de la portería adversaria.

La sesión del bombardeo acabó con lanzamientos desde el punto de penalti. Con la eliminatoria de Copa del Rey en el horizonte frente al Celta de Vigo, el entrenador no deja nada a la improvisación por si es menester llegar a la muerte súbita. Raúl se puso bajo los palos y, por espacio de un cuarto de hora, Vicente Gómez, Vitolo, Jonathan Viera, David González y Javier Portillo encañonaron con saña desde el manchón del área.