Deberían tener claro el CB Gran Canaria y sus responsables, tan acostumbrados al elogio como reacios a la crítica periodística, que éste no es un club deportivo al uso. Y no es un club deportivo al uso por una razón muy simple: depende al cien por cien de una institución pública, su presupuesto parte de las arcas públicas y, por extensión, sale del bolsillo de todos los contribuyentes de Gran Canaria.

En tiempos de crisis y en un club acostumbrado a hacer las cosas bien en el plano deportivo, aunque a final de temporada tenga que extender la mano para recibir de la Corporación un cheque en blanco que le cuadre las cuentas, lo de Rasual Butler parece una excentricidad difícil de explicar desde la coherencia. De ahí que los responsables del club quieran echar tierra cuanto antes al asunto y se nieguen a contestar cuestiones que, en condiciones normales, deberían ser de conocimiento público.

¿Qué significa que en el Granca supieran que Rasual Butler era "un fichaje de riesgo", como dijo en rueda de prensa el pasado miércoles el técnico Pedro Martínez? ¿Calcularon las consecuencias económicas que tendría el hecho de que Butler se marchara, sin más? ¿Cómo iban a convencer a toda una estrella de la NBA, acostumbrada a todo tipo de comodidades y el lujo más exquisito, de que Gran Canaria es su mejor destino?

Desde luego algunos aspectos de lo que se ha contado acerca de Rasual Butler no parecen del todo claros. ¿Es normal que se fiche a un jugador y al mes de su contratación, sin que se haya iniciado ni siquiera la Liga y dos días después de cobrar su nómina, se pueda desvincular sin más? ¿Tenía alguna cláusula en su contrato Rasual Butler por la cual el club se comprometía a dejarlo libre si una vez aquí se topaba de bruces con la realidad de que la ACB no tiene nada que ver con la NBA?

Si es así, los responsables de los fichajes del Granca -Himar Ojeda y Pedro Martínez- debieron valorar primero que sufragar unas vacaciones con todos los gastos pagados no está al alcance de este club; y que dieciocho mil euros no es una cantidad a despreciar en estos momentos, por mucho que eso en el deporte de élite sea el chocolate del loro. Pero si no es así, si no existía ninguna cláusula en el contrato de Butler que le permitiera volverse a EE UU, es posible que el Granca haya hecho el primo.

¿Qué pasará si ahora Rasual Butler, que ya figura como agente libre en la página web de su agencia de representación, ficha por cualquier otro equipo, de cualquier lugar del mundo? Pues que el jugador está físicamente a tono tras realizar una magnífica pretemporada pagada por el Granca. Las cosas no deben ser así, a pesar de que siempre es más fácil disparar con pólvora del Rey. Conviene tenerlo claro.