Es el precio de la paz. Una cifra que puede sellar el final del concurso de acreedores, la sombra maldita que persigue a la UD Las Palmas desde 2004. Manuel García Navarro, expresidente y accionista amarillo, abre la puerta a un acuerdo con Miguel Ángel Ramírez, máximo mandatario de la entidad grancanaria, pero subiría la reclamación.

El expresidente ha presentado a la UD un escrito que define una fórmula de pago para hacer frente a la deuda. Este movimiento conciliador, según una fuente de la negociación, se cifra en una cantidad que supera los dos millones de euros.

García Navarro eludió pronunciarse sobre la reclamación e instó a que la misma "es menor a lo que me deben realmente". Además, el expresidente manifiesta que el club es consciente de sus pretensiones como se pactaron "en la reunión con las altas esferas del club [hace casi un mes]". Hace dos años, la cifra que se trasladó a la opinión pública era de 1,2 millones.

"Mi postura no ha cambiado ni un milímetro; ahora todo depende del presidente [Miguel Ángel Ramírez]. Él es el dueño del club y sigo esperando su respuesta para alcanzar un acuerdo", argumentó ayer García Navarro, tras trasladar, por medio de sus abogados, su oferta a la UD Las Palmas con el objetivo de sellar la paz institucional.

Los abogados del expresidente, que llegaron el día 10 de noviembre a la Isla desde Madrid, redactaron la propuesta que ya se encuentra en la sede del club amarillo, en la calle Pío XII.

A la hora de definir un plazo, el expresidente se muestra confiado en determinar una pronta solución. "Se llegará a una solución cuando tengan a bien, no soy hombre de especular", consideró el directivo que logró el último ascenso a Primera División con la UD Las Palmas en la temporada 1999-2000.

Rueda de prensa

García Navarro tiene previsto ofrecer una rueda de prensa la próxima semana en un hotel de la capital grancanaria. La intención del expresidente es detallar, "con documentos en la mano", el calibre de sus pretensiones.

"Quiero que la opinión pública sepa de primera mano que mi verdadera voluntad es alcanzar un acuerdo; amo a la UD Las Palmas y siento mucho respeto por esta entidad", sentencia.

Acto seguido, García Navarro nombrará a un portavoz para "dejar de estar en primera plana, algo que nunca he deseado, y evitar hacer más declaraciones".

Se da la circunstancia de que la UD también estudia otra rueda de prensa para aportar más luz al litigio. Desde el club amarillo se afronta con desconfianza el último movimiento de García Navarro. "Tras sellar el último pacto nos puso una deman- da", aclaran en Pío XII.

El paso hacia la paz llega tras una semana de cruces de declaraciones. Desde la UD, se ha elevado al Consejo de Administración nombrar 'persona non grata' a García Navarro.

Y el expresidente, que se desmarca de la cifra que supera los dos millones de euros, reitera que Ramírez nunca le pagará. El culebrón es interminable.