Dos jugadores nuevos, tres cambios de posición, un once amarillo apático y media hora ante un Recreativo de Huelva ambicioso bastaron para que el sistema defensivo de la Unión Deportiva Las Palmas, aquel que ante el Valladolid y el Celta de Vigo resultó infranqueable, se desmoronara como un frágil castillo de naipes.

"Esto es la Segunda División". El axioma sobre el que el técnico de la UD Las Palmas edifica el proyecto de futuro del representativo se cumplió ayer a rajatabla pero con consecuencias funestas para los intereses del equipo canario, que en el Nuevo Colombino traicionó durante la primera media hora todos sus valores defensivos.

"En esta categoría se ganan los partidos dejando la portería a cero", reza el capítulo primero del libro de estilo del entrenador de Las Alcaravaneras. La solidez defensiva y el rigor táctico son los dos principios elementales con los que la UD persigue un solo objetivo: cerrar todos los caminos a la red de Barbosa. Para esto, durante los primeros 45 minutos, no hay que arriesgar en ataque, afirma, negro sobre blanco, el capitulo dos. Lo que menos importa, en este lance, es tener el balón, generar ocasiones y muchos menos marcar goles, cuando aún queda la segunda mitad del encuentro por delante. Pues bien, ayer el Recreativo de Huelva hizo tres tantos en menos de 30 minutos, uno menos que el cómputo total, de cuatro goles, registrado por el conjunto decano en sus partidos como local durante la presente campaña liguera. La fórmula del éxito se evaporó entre las marismas colombinas.

Fueron tres goles en media hora, los dos primeros en un cuarto de hora, intercalados por el regalo de Manu Fernández, el portero local. Tres errores fatales en la marca, la co-bertura, las ayudas y la comunicación, que parecían ya desterrados de la rutina amarilla y que ayer resurgieron con fuerza para sentenciar el choque. Entre Fidel y el galdense Javi Álamo, los dos extremos del Recre, desconocidos para el entendido futbolero, sangraron los carriles que cubrieron sin suerte Laguardia y Corrales, dos juguetes en manos de los alfiles del cuadro andaluz.

Cambios

La UD Las Palmas se encontró sin el balón, con tres goles frente a uno, con una hora de juego por delante y con la libreta de Juan Manuel caduca. De nada servía la utilización de los tiempos, del menos a más según pasan los minutos, que defiende un técnico que para mantener las costumbres esperó al descanso para dar entrada a tres jugadores, adelantar las líneas y pedir derechos sobre el esférico. Roque, David González y Quiroga mejoraron la propuesta insular. La UD se hizo con el balón y un gol de Mauro Quiroga, en un contraataque de bella factura y con asistencia de Portillo, brindó un soplo de esperanza al aficionado insular. Sin nada que perder la UD se lanzó al ataque hasta recibir la sentencia final.

El equipo insular, con un sistema de juego a priori propicio para puntuar fuera de casa, regresa de vacío tras dos jorna-das en calidad de visitante. En Soria ante el Numancia encajó tres goles; ayer, cuatro. De la misma manera en que un zorro busca las gallinas, la cabra el monte o un oso polar el frío nórdico, la defensa de la Unión Deportiva Las Palmas, por mucho que Juan Manuel Rodríguez incida en el rigor táctico y la solidez defensiva, tiende a instalarse en el caos más absoluto, como si fuera éste su esencia y hábitat natural.