La Sociedad Deportiva Huesca, el colista de Segunda División, un equipo que en 14 jornadas de Liga sólo había ganado un partido y que había sido incapaz de llevarse una mísera victoria a la boca como local, sacó ayer los colores a la Unión Deportiva Las Palmas en El Alcoraz. Perdió 2-0 el conjunto de Juan Manuel Rodríguez ante el rival más débil de la categoría pero, además de morder el polvo, también dejó entrever síntomas de debilidad, flaqueza sobre la que se levanta la racha más dura del curso hasta acumular ya cuatro partidos consecutivos sin celebrar un triunfo.

No funcionó nada en la UD Las Palmas. Ni tuvo la pelota, ni lanzó un contragolpe con peligro. Tampoco defendió con orden. Ni siquiera se parapetó con fuerza alrededor de su área. Corrió siempre detrás del adversario como pollo sin cabeza. Y menos aún, en su discurso, hay lugar para las excusas. No sufrió ningún atraco arbitral y no se topó con unas condiciones climatológicas tan adversas como para condicionar un encuentro.

Jugó mal la UD Las Palmas y perdió ante una SD Huesca que, en el alambre, se la jugó a doble o nada y, en el envite, salió vencedor. Con sólo ocho puntos en la talega, el colista salió a todo trapo. Fue mejor en todo. Con la pelota bajo su posesión, en el manejo del ritmo, en el control del tiempo y en la intensidad. Tal fue la superioridad local que, de entrada, a Mariano Barbosa le tocó exhibirse como uno de los mejores porteros de la categoría para, en el arte del mano a mano, frustrar dos claras ocasiones de gol, la primera de Camacho (min. 11) y la segunda de Roberto (min. 18).

Manejaba la pelota a su antojo, mordía en cada acción e imponía el compás la SD Huesca cuando, en el minuto 34, una jugada precipitó los acontecimientos. Gilvan encontró un hueco enorme, en el eje de la defensa amarilla, para colarse y plantarse solo ante Barbosa. El portero argentino, como ya había hecho antes en varias ocasiones, salvó la jugada con una mano prodigiosa. El rebote, ante la pasividad de la zaga, lo cazó Roberto en la frontal del área y, sin negociar una pausa, se lanzó hacia el guardameta porteño.

El asunto acabó en drama para la UD Las Palmas. Barbosa derribó al delantero azulgrana y Prieto Iglesias, árbitro del encuentro, no dudó el veredicto del juicio ni un segundo. Penalti y expulsión.

Debut de Raúl Lizoain

Camacho, catalizador de buena parte del fútbol de la SD Huesca, no tuvo piedad de Raúl Lizoain, debutante en el fútbol profesional en condiciones tan adversas. Ejecutó la pena máxima con precisión y puso en ventaja (1-0, min. 37) a un colista que antes, en algo más de media hora de juego, destapó todas las vergüenzas de una apuesta errónea de Juan Manuel Rodríguez.

Optó, de entrada, el entrenador grancanario por dar otro color al once titular. Retiró de la alineación a Vitolo y a Roque, situó en las bandas a Vicente Gómez y Javi Guerrero y, de repente, la UD Las Palmas se quedó sin fluidez para atacar al rival. El movimiento táctico, empleado para apuntalar el sistema defensivo por los costados, provocó un cortocircuito de consideración en el juego del equipo amarillo, siempre a merced de un contrincante crecido.

Apaleado por tanta derrota, por tanto infortunio desde el comienzo de la temporada, la SD Huesca se aplicó al máximo para administrar con corrección la ventaja. No concedió, tras tomar ventaja en el marcador, ni un solo error el conjunto entrenado por Quique Hernández. Se limitó a tocar la pelota y a contener a una endeble UD Las Palmas para cruzar el descanso del partido con ventaja y, de paso, fundamentar su primera victoria del ejercicio en El Alcoraz.

Sustituido, para dar entrada al portero suplente tras la expulsión de Barbosa, Javi Portillo, decisión de Juan Manuel Rodríguez protestada de manera airada por el propio delantero, el técnico de la UD Las Palmas optó por no tocar ni una sola pieza más, en busca de la reacción, al inicio de la segunda mitad.

Y la apuesta de continuidad no pudo salir peor para los intereses de la UD Las Palmas que, a los 10 minutos de la reanudación, encajó el remate final. Fue, como empieza a ser norma habitual, en una jugada a balón parado, tras un saque de esquina. Roberto, delantero centro de la SD Huesca, cabeceó solo, incomprensiblemente libre de marca, en el área pequeña para comerle la tostada a Raúl Lizoain, indeciso en la salida.

El 2-0, establecido en el minuto 55, liquidó la faena. Ni siquiera mejoró posteriormente la UD Las Palmas con la entrada al terreno de juego de Vitolo ni, en el mismo movimiento, con la marcha de Corrales para establecer una línea con tres jugadores en la defensa. Fue aún peor el remedio, ya que la SD Huesca encontró por su banda derecha una autovía diáfana para atacar la portería de Raúl Lizoain.

Gozó de ocasiones el colista para sonrojar aún más a la UD Las Palmas. Las incursiones de Javi Martínez por el costado, con Diego Herner superado por la velocidad del extremo local, brindaron al colista la oportunidad de darse un señor homenaje a costa de un rival que, en 90 minutos, reveló de golpe todos los problemas que, en cuatro semanas, han desinflado una trayectoria que hasta hace nada apuntaba a cotas más altas.

Sin reacción

Hipotecado en el marcador y en inferioridad numérica, la UD Las Palmas apenas tiró de orgullo para revertir la situación. El regreso de Francis Suárez a sólo siete minutos para entrar en el descuento, tras semanas fuera de los planes del entrenador, tampoco sirvió para mucho.

En El Alcoraz, ante un adversario metido en apuros, la apatía marcó el deambular de la UD Las Palmas. Ni imperó el orden, ni brilló el talento. No hubo nada. Como ya pasó antes contra el Xerez, el Recreativo de Huelva o el CD Numancia, todos tropiezos y todos recientes para trazar un noviembre negro, para completar un mes funesto.

Ni siquiera en la visita al colista la UD Las Palmas encontró alivió. Se topó con taza y media de más de lo mismo, de más decadencia. Poco fútbol, muchos complejos. Mala combinación para este negocio.