El delantero de la UD, Javier Portillo, manifestó ayer que su gesto al banquillo, cuando era sustituido por Raúl Lizoain, no merece una sanción por parte del club. "No he matado a nadie; y pido perdón a todos los que se hayan sentido aludidos", valoró ayer ante los medios.

El exjugador del Real Madrid enfatizó en que se había sobredimensionado su cambio. "Se le está dando demasiadas vueltas. Mi gesto fue por ambición porque quiero jugar y triunfar en este equipo. Es mi máxima y estoy seguro que lo cumpliré".

Portillo reconoce que ha hablado con el técnico Juan Manuel Rodríguez y con sus compañeros. "Todo ha quedado zanjado y solo espero contar para el técnico este viernes ante el Villarreal B. Tengo ganas de marcar para brindar una alegría a nuestra afición. Se lo merecen y así poner fin a esta mala racha de resultados que ya dura demasiado", detalló el punta que cuenta con dos tantos en esta temporada de amarillo.