Movimiento Burke. El Real Madrid, ante la salida de Rudy Fernández, que regresa a la NBA, se ha reforzado con el tirador Kyle Singler -que pertenecía al Lucentum Alicante- en un cambio de cromos que tiene un precedente con el Gran Canaria.

Fue el 29 de enero del 2003, cuando el pívot internacional irlandés Pat Burke rescindió su contrato con el cuadro grancanario y se marchó al Madrid. Llegó con la misiva de fortalecer el juego interior ante las bajas de Alfonso Reyes, Hernández Sonseca -que jugaría en el Gran Canaria- y Antonio Bueno.

Lisandro Hernández, presidente del club amarillo en aquel 2003, justificó la salida de Burke por un motivo de "salud presupuestaria" debido a la alta ficha del jugador. También había una cláusula por rendimiento. Y tras lograr once victorias en ACB y el pase a los octavos de final de la ULEB Cup, la estrella ya podía recibir ofertas de mejora.

De Burke a Singler. El Madrid, tras la deserción de Rudy Fernández, que junto a Ibaka disputaron ayer en Milán su último partido de blanco, ha recurrido a la fórmula del fichaje de rebote. Ocho años después, con la misma celeridad, descubre en el mercado nacional una solución de urgencia hasta el final de este curso de la Liga Endesa.

Kyle Singler, de 21 años y que será compañero del Carroll, estandarte del Gran Canaria en las dos últimas temporadas, aterrizó en el Lucentum aprovechando el cierre patronal de la NBA. El alero, una torre de 2,03 metros con una muñeca de acero, fue elegido en el último draft por los Detroit Pistons, que mantienen sus derechos para Estados Unidos, pero nunca llegó a firmar su contrato. Esto le convirtió en la pieza más codiciada.

Vuelta a casa

Burke llegó a la Isla con aroma NBA. Con su paso por Orlando Magic como aval, fue fichado por el exdirector general del Gran Canaria Berdi Pérez. En los 20 partidos disputados de amarillo, promedió 10,8 puntos y 5,4 rebotes con 20,4 minutos.

Como nota de morbo, Burke se cruzó de blanco en el camino europeo del Gran Canaria en esa misma temporada 2003-04. Fue verdugo del cuadro insular en los octavos de la Copa ULEB.

En 2005 dejó el Madrid y regresó a la NBA para acabar su carrera en Polonia. Y ahora Singler revive su método.