C hispazos, conexiones entre cables pequeños y dinámicos como Portillo, Francis o David González bastaron para que la Unión Deportiva dejara sin luz al Villarreal B, el adversario más disminuido que han tenido los amarillos en el Gran Canaria esta temporada. El grupo de Juan Manuel, que vio el encuentro desde un palco por sanción, salió con una ambición renovada al terreno de juego, que fructificó en una primera parte casi perfecta, donde los goles de Javi Guerrero y Jonathan Viera sentenciaron la función.

Las Palmas rubricó un partido plácido sustentado en una intensa presión de la línea ofensiva sobre los volantes contrarios, que apenas tuvieron protagonismo por el esfuerzo colectivo amarillo. Juan Manuel propuso sobre el césped un planteamiento valiente con dos delanteros, Javi Guerrero y Portillo, acompañados en las bandas por Francis, renacido anoche, y Jonathan Viera, que intervino en los tres tantos de su equipo. El preparador canario sacrificó un hombre en el mediocentro, por lo que Javi Castellano, como pivote defensivo, y David González, como auténtico metrónomo del juego, tuvieron que multiplicarse para aplacar los ánimos, eso sí laxos, de los castellonenses.

Bajo la premisa de la presión, el robo y la rápida salida, la Unión Deportiva le comió el campo al filial de Villarreal en los primeros compases del partido. El primer aviso no tardó en llegar. Al minuto de juego, Francis Suárez lanzó un libre directo a la cruceta, después de una arrancada eléctrica de Viera, que acabó por los suelos.

El gemelo, que abandonó anoche su ostracismo, empujó por su banda con descaro y profundidad. Sus centros al área inquietaban una y otra vez la portería de Mariño, al que le subían las pulsaciones a cada balón colgado sobre el punto de penalti. Los forasteros apenas le vieron el bigote a Raúl, quien tuvo un estreno cómodo y aplaudido en el estadio. El meta canterano solo pasó vértigo en dos acciones consecutivas de Joselu y Llorente, quien disparó al lateral de la red cuando todavía no se había cumplido el cuarto de hora de encuentro.

Un gol anulado a Javi Guerrero, tras jugada con Portillo, reavivó las hostilidades del cuadro local. Francis seguía con chispa y Las Palmas llegaba con alegría hasta las proximidades de la portería visitante.

Peligro constante

Con el partido alongado hacia el lado más interesante para el espectador, el peligro de la Unión Deportiva se sentía en cada acción, en cada galopada de Francis o en los toques sutiles de David González, en combinación con el tridente de arriba. Ya pudo marcar Jonathan Viera antes del primer gol, su disparo pegado al poste lo sacó con habilidad Mariño, ya convertido en un objetivo irrenunciable para los anfitriones.

El córner, sacado por Viera, lo peinó al fondo de las redes Javi Guerrero, que sacó su vena de goleador y también su camisa con rabia. El tanto de los locales empezaba a colocar los acontecimientos en su justo lugar.

Con la grada bramando olés por el juego de toque y combinación en el medio, llegó otra falta en la frontal del área. Esta vez, Viera se agenció la pelota, retrocedió un par de pasos, escrutó la colocación de la barrera y del portero y envió un misil tierra-tierra que Mariño sólo pudo acompañar con la mirada. La pelota tenía ganas de entrar por la escuadra y por allí fue.

El segundo gol soltó el pelo a Las Palmas que acentuó su dominio sobre la posesión del balón. Con David González en el centro de cualquier operación, jugando con unos y con otros, hasta con Raúl. E incluso los amarillos se atrevieron a intentar una jugada típica de Dani Alves en el Barça. En este caso, fue Francis quien hizo del brasileño, pero no llegó cuando toda la defensa salía en bloque.

Al descanso, los hombres de José Molina iban con los ojos tristes, y los amarillos con una sonrisilla en los labios y con el graderío agradecido.

A la salida de las duchas un cabezazo del visitante Airam despertó a Raúl de su noche tranquila. Eso fue antes de la doble ocasión de Javi Guerrero, que pudo marcar primero con la cabeza y después a la media vuelta. Aunque el tercer gol no se resistió.

La sentencia

Otra acción eléctrica de Jonathan Viera, a los once minutos de la reanudación, con un servicio perfecto, fue aprovechada por Javier Portillo para clausurar el partido, 3-0. El gol del madrileño, de puro ariete, cerró las esperanzas visitantes y abrió la tranquilidad de la parroquia de Siete Palmas, que al fin tuvo un fin de semana de sosiego.

Tras la sentencia en el luminoso del atacante de Aranjuez, el partido se entregó a un juego a ratos interesante, a ratos intrascendente, que desembocó en un gol de Llorente, precedido por una mala cesión a Raúl.

La lesión de David González, con una contusión en su tobillo derecho, oscureció algo la victoria de la Unión Deportiva, que rompe de golpe una nefasta racha de resultados durante el pasado mes de noviembre.