Desde que dejara su plaza en el Tribunal Supremo, José Mateo acude cada jueves a la madrileña sede de la Federación Española de Fútbol, donde calibra sanciones y suspensiones tras la jornada de liga. Entre Primera, Segunda y Segunda B atiende entre 20 y 30 casos a la semana.

- Nueve rojas para los jugadores y tres al entrenador. Este año le han dado bastante trabajo desde la UD Las Palmas.

- Sí. Yo lo atribuyo a una racha. Yo deseo que ésta concluya pronto como todos los aficionados y que Las Palmas disciplinariamente navegue por aguas más tranquilas. De todas maneras algunas han prosperado en las alegaciones porque al Comité de Apelación ha llegado solo una; la de Mariano Barbosa que no pudo prosperar.

- ¿Cómo fue este caso?

- En las demás tarjetas rojas que ha habido o bien el comité de competición acogió las alegaciones de la UD y no impuso sanción alguna o el propio club decidió no formular alegaciones al estimar que la decisión del árbitro era justificada. Yo quisiera hacer un elogio al equipo jurídico de la UD, a sus abogados, porque sus recursos vienen siempre bien fundamentados, son claros y concisos, lo cual no quiere decir que todas las veces el comité de apelación pueda estar de acuerdo.

- ¿Esto ha sido así desde el principio o son habilidades que han ido adquiriendo con la carga de trabajo de esta temporada?

- No. Son estudiosos y lo hacen bien.

- En el ejemplo de Barbosa se mantuvo la sanción y en esa misma jornada hubo dos casos muy similares, uno en el Vecindario y otro en el partido del Atlético de Madrid con el Real Madrid, que sí se resolvió a favor de su portero. ¿Por qué a uno sí y otro no?

- A nosotros no nos llegó el caso de Courtois. Esa fue una decisión del Comité de Competición y en este momento no conozco el argumento en el que se basó esa decisión, pero en el caso de Barbosa estimamos que hubo contacto físico entre el delantero y el portero suficiente para el derribo y el comité de apelación no entra jamás a discutir la apreciación del colegiado sobre si hubo ocasión manifiesta de gol. Esto funciona un poco como el penalti, es una decisión libre del árbitro.

- También está el debate de si penalti más expulsión del portero es un castigo excesivo.

- Ahí estoy de acuerdo con los aficionados y puedo garantizar que en el seno de la Federación Española de Fútbol seguramente se intentará modificar el código disciplinario. En este sentido, debemos tener en cuenta que estos castigos vienen impuestos por la comisión de reglas de la FIFA, pero desde luego es absurdo que se sufra varios castigos acumulados por un mismo hecho; la expulsión, el penalti y encima perderse el siguiente partido.

- ¿Se ha creado fama de equipo duro y leñero la UD entre el colectivo arbitral?

- La UD es un equipo que tiene una reconocida fama y una extraordinaria simpatía en toda España y en los estamentos federativos sucede lo mismo ya que es ampliamente apreciado. Esta estimación no tiene nada que ver con los hechos puntuales en que puedan haber incurrido sus jugadores. Estos deben sopesar cuidadosamente y meditar sobre el resultado de sus acciones. No pueden alegar ni siquiera situaciones de estrés o nerviosismo porque son profesionales y se supone que deben estar preparados para todo tipo de eventos a lo largo del encuentro. Deben también darse cuenta de que los árbitros cometen errores y que hay que asumirlos. El fútbol es un deporte basado en la autoridad del árbitro. Si no se les hubiera dado la extraordinaria autoridad de la que disfrutan este deporte no hubiera llegado lejos. Una sola persona en un estadio de 100.000 personas es capaz de mantener el orden. Esto sólo es posible si se le da la máxima autoridad.

- Sin embargo, en el cuerpo técnico de la UD existe el sentimiento de que han sido maltratados por el estamento arbitral. ¿Tiene esto algún tipo de fundamento?

- Yo creo que la reforma del código disciplinario de hace dos años no ha sido asimilada todavía por los entrenadores en ninguna parte de España. Aunque la conozcan, de una forma inconsciente parecen rebelarse contra ella. El comité disciplinario maneja un código que es aprobado y revisado cada año por la Asamblea General de clubes y nunca hay un voto en contra. En este código la sanción mínima que se puede imponer a un entrenador es de dos partidos de sanción y basta con levantar los brazos en señal de protesta aunque no se diga nada. Levantar los brazos es un gesto típico de protesta para el comité, máxime cuando se hace para exaltar la animosidad del público contra el colegiado.

- Juan Manuel Rodríguez lleva tres expulsiones en esta temporada.

- Juan Manuel es una persona que todos queremos y valoramos, pero que suele gesticular mucho y seguramente el árbitro puede malinterpretar un gesto que para él es inofensivo. Eso no lo discuto. No creo que él quiera cometer tantas faltas, pero muchas veces produce la ocasión aun sin querer con esos gestos. Esto lo digo sin ánimo de formular ningún reproche.

- Usted dice que los jugadores deben aprender, pero es curioso que la UD sea de los equipos que menos faltas hacen por partido y de los que más tarjetas han visto.

- Creo que las sanciones disciplinarias de la UD son casi todas por faltas de comportamiento, con gestos de protesta. Habría que recomendarles que miren para otro lado cuando les piten una falta.

- ¿Usted ha sido también directivo de la UD Las Palmas?

- Sí. Tuve el honor de ser vicepresidente del equipo en la directiva de José de Aguilar. Es una etapa que recuerdo con mucho cariño. Era una época ilusionante en la que estábamos en Primera y a la vez había grandes sacrificios personales para poder estar en la directiva. No había dinero y teníamos que ser muy austeros. Nosotros pagábamos muchas cosas. Formaba parte de la tradición de austeridad que siempre tuvo el equipo pero era bonito estar en contacto con la gente joven, con las promesas de la cantera.

- ¿De declararse simpatizante de algún equipo sería de la UD Las Palmas?

- Por supuesto. Todo el mundo sabe que mi equipo es la Unión Deportiva.

- ¿No le produce esto algún tipo de dilema moral?

- Allí siempre hay bromas cuando el equipo de cada uno está sobre la mesa, pero por encima de todo somos profesionales del derecho con muchos años de experiencia y sabemos calibrar las distintas situaciones.

- ¿Qué le parece el ejemplo de la UD en la Ley Concursal?

- La UD se encontró con un juez que francamente tuvo una participación decisiva en la salvación del equipo que fue reflotado. Sin embargo quiero decir que el concurso de acreedores por las razones que sea ha propiciado la aparición de un juez que tiene un perfil que se parece más a un empresario que a un juez normal. Supongo que será lo que la sociedad quiere, porque así lo está decidiendo el legislador, pero no deja de ser sorprendente.

- La UD fue el primero en estas lides y sigue sin cerrar el proceso cuando hay muchos otros que ya lo han cerrado y recuperado su salud, ¿por qué?

- Todo el mundo sabe que ejecutar una sentencia es tan complicado como ganarla. En el caso de la UD hay un desencuentro con un accionista que todos conocemos que impide que se cierre.

- ¿Cree que el futuro del equipo está en juego?

- No. La UD puede pasar por muchos avatares, como volver a caer en una siniestra situación económica, pero nunca desaparecerá porque este equipo es puro pueblo canario y éste es indestructible. El pueblo canario siempre va a tener, con más o menos dificultades, a la UD Las Palmas.

- ¿Cree que hemos aprendido de esa época siniestra a la que usted se refiere?

- Sí. Todos los dirigentes del fútbol español han aprendido que las vacas gordas ya pasaron y que estamos para muchos años anclados en el peregrinaje propio de las vacas flacas.

- ¿Suele acudir usted al Estadio de Gran Canaria?

- Voy a todos los partidos. Tengo acceso al palco por mi condición de federativo, pero pago mi abono de tribuna. Normalmente veo el primer tiempo en el palco y el segundo en Tribuna con mi familia y los amigos.

- ¿No tiene que aguantar que le pidan muchos favores?

- No. El club es respetuoso conmigo igual que lo ha sido todo el mundo.

- Muchos aficionados aseguran que tenemos un equipo con más potencial de lo que muestran los resultados. ¿Qué sensación tiene usted? ¿Cree que falta algo de ambición?

- Hombre, con el corazón creo que podemos aspirar a más, pero con los pies en el suelo y tal y como están las cosas, mantenernos es nuestra prioridad. Ojalá nos salgan once fenómenos y tengamos un equipo lo más canario posible y lo más arriba posible, pero yo eso lo veo lejano todavía, sobre todo porque las figuras que salgan inevitablemente se van a ir yendo.

- ¿Tantos años en un segundo plano ha ido apagando el ánimo de la afición?

- Es inevitable. Necesitamos volver a Primera o por lo menos ser un equipo fuerte en Segunda, que es una división de categoría. Pero para una afluencia masiva hace falta volver a Primera.

- ¿Comparte el proyecto de cantera actual?

- Para mí ha sido una enorme satisfacción. Sobre todo porque la cantera ha demostrado lo que muchos hemos valorado de toda la vida, que la cantera es suficiente para poner las cosas en su nivel, en lugar de gastar en fichajes extravagantes.

- ¿Tiene algún consejo para evitar tantas expulsiones y los posteriores recursos?

- Yo desearía que no me dieran trabajo, pero si el club recurre puede tener la seguridad de que lo miraremos con el mayor cariño como miramos el de todos, pero particularmente para mí, son recursos que siempre me producen un tic especial.