Aestas alturas del año llegan los estudiantes con cierta ansiedad e incertidumbre, por cuanto se acercan las vacaciones navideñas, que están a la vuelta de la esquina, y todos quieren regresar a casa con los deberes hechos. Es decir, con los parciales de la época aprobados y así poder disfrutar con más tranquilidad del asueto de las calendas.

Sin embargo, muchos son los que retornan con uno o más suspensos bajo el brazo, de tal forma que no cumplen con los objetivos trazados.

Eso fue lo que le pasó ayer a la UD Las Palmas frente al Deportivo en el recinto de Siete Palmas. El cuadro de Juan Manuel se va de vacaciones con un suspenso bajo el brazo, y ello porque no supo hacer los deberes en el choque frente a los de Oltra.

Cierto es que la UD tuvo el dominio del balón, ejerció mayor presión y dispuso de las mejores ocasiones, por lo que, si se quiere, se puede considerar injusto el resultado; pero no es menos cierto que el cuadro amarillo fue del todo inoperante frente al portal de Aranzubía y, a la postre, eso es lo que cuenta.

Si no metes el balón entre los tres palos, los puntos se esfuman desde el momento en el que el rival sí lo hace, aunque sea de penalti inexistente o injusto como ayer.

De nada vale que, a estas alturas de la temporada, la UD lleve unos números equilibrados, en cuanto a victorias, derrotas y empates se refiere, e incluso en cuanto a los goles marcados y recibidos, porque ese equilibrio le aleja del objetivo, que es estar lo más arriba posible en la tabla.

Y sumando suspensos a lo largo de las diferentes convocatorias, no se logrará aprobar el curso, por lo que ese objetivo del cambio a la categoría superior se va alejando cada vez más.

La UD tenía un examen importante ayer en Siete Palmas y lo suspendió. Ahora le viene otro en quince días en el Rico Pérez de Alicante y si vuelve a suspender: malo, malo, malo...