El 23 de mayo de 2009, en Ginebra (Suiza), Arvydas Sabonis y Sasha Djordjevic abrieron un sobre en el que aparecía -en inglés- el nombre de España. Esa escena marcó el punto final de una intensa jornada en la que el Comité Central de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) -tras dos duras rondas de votaciones- eligió, para organizar el Mundobasket de 2014, la candidatura presentada por la Federación Española de Baloncesto (FEB), un proyecto en el que, junto a Madrid, Sevilla, Bilbao y Granada -Barcelona se incorporó unos meses después-, aparecía Gran Canaria con la joya de la corona: la construcción del Palacio Multiusos, el único pabellón que se levantará con motivo del torneo y que tendrá un aforo para 11.000 espectadores.

Hoy, casi tres años después de aquella jornada de celebración en Ginebra y con más de la mitad del camino ya recorrido -el Mundobasket se disputará entre agosto y septiembre de 2014-, las incógnitas por la crisis marcan el paso para la edificación del Palacio Multiusos y, por subordinación, condicionan la continuidad de Gran Canaria como sede de una competición que, según los cálculos iniciales de la propia FEB, podría generar un impacto económico de 130 millones de euros.

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