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La calculadora de Carla

La tenista grancanaria, número 45 del ranking mundial de la WTA, disputa esta semana Roland Garros con la misión de asegurarse la plaza para los Juegos de Londres

De la tierra roja al cielo de los Juegos de Londres. Carla Suárez (3-9-1988, Las Palmas de Gran Canaria) afronta desde este domingo el segundo Grand Slam de la temporada con una motivación especial. Está en juego su pasaporte para la cita olímpica, que dará comienzo dentro de 66 días. Roland Garros, que concluye el próximo 11 de junio, es el último tren para la grancanaria que debutó hace cuatro en los Juegos de Pekín.

La delegación española en la cita de Londres estará representada por dos jugadoras. La designación será por ranking y se computan los puntos sumados desde el 11 de junio del pasado año hasta el final de la cita parisina. Según la clasificación de la WTA, Anabel Medina ocupa la 30ª posición y suma un total de 1.780 puntos. En segunda lugar del ranking de las españolas aparece la figura de Carla Suárez. La isleña es la 45 del mundo y suma 1.342 puntos. Y en tercer lugar, y también con serias opciones para Londres, es María José Martínez [48 del mundo y con 1.224 puntos]. El pulso entre Carla y Martínez se presenta frenético. Solo puede quedar una.

La grancanaria, que fue eliminada en la primera de ronda de los Juegos de Pekín (2008) por la jugadora local Peng, por un ajustado 7-5 y 7-6 (2), cuenta con un aval de oro. Está firmando una notable temporada de tierra tras superar un calvario de lesiones que la mantuvieron apartada de las pistas. Alcanzó la final en el Abierto de Estoril, donde fue derrotada en tres mangas en casi tres horas por la estonia Kanepi, y fue semifinalista en el Ladies Open de Barcelona. La italiana Errani, que a la postre se coronaría en la Ciudad Condal, fue su ejecutora.

Además, en el pasado Master 1.000 de Madrid, la grancanaria con su golpe de derecha de gofio se deshizo de la exnúmero uno del mundo Jelena Jankovic en primera ronda. Esta dinámica la ubica en una posición de aspirante a alcanzar las rondas finales en el Abierto de París.

Para acudir a los Juegos de Pekín, Carla tocó el cielo en París. Fulminó a siete rivales, entre ellas a las gladiadoras Mauresmo -plata en los Juegos de Atenas y ganadora de los Abiertos de Australia y Wimbledon- y Penetta, para presentarse en los cuartos de final.

Fue eliminada por Jankovic y ahora debe tocar la misma melodía. Alcanzar una ronda final y superar a María José Martínez. El paraíso es la hierba de Wimbledon, sede de los Juegos de Londres y donde Carla ha ganado cuatro partidos. De París al olimpo. Viaje celestial.

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