Habituado a romper barreras, Oscar Pistorius es hoy un atleta feliz, seguramente el más feliz del mundo.

Este atleta sudafricano de 25 años acaba de ganar la representación de su país en las pruebas de 400 metros y relevo 4x400 de los Juegos Olímpicos de Londres.

"Hoy es uno de los días más felices de mi vida", dijo Pistorius después de ser seleccionado el miércoles para ambas pruebas, un sueño que perseguía incansablemente.

Pistorius, pluricampeón paralímpico, corre gracias a unas prótesis de fibra de carbono fabricadas en Islandia, bautizadas "Cheetah", nombre en inglés del guepardo, el más rápido de los animales terrestres.

El atleta de Sandton ha crecido con prótesis desde los 11 meses de edad tras serle amputadas las dos piernas por debajo de la rodilla debido a que nació sin peronés.

La selección para Londres añade un hito más a su biografía de superación constante, una lucha incomprendida por unos y admirada por otros, pero que ha ido fortaleciendo el carácter y la voluntad de Pistorius de subir a lo más alto.

"Mi participación olímpica es el resultado de años de duro trabajo, unido a determinación y sacrificio", afirmó Pistorius, conocido en el mundo del atletismo como "Blade Runner" ('Corredor con Hojas', por la forma de su prótesis).

Cuando el 4 de agosto, Pistorius salga a la pista del estadio olímpico de Londres para las series de los 400 metros podrá echar la vista atrás con orgullo para repasar el largo y tortuoso camino que le ha conducido a los Juegos.

Se verá de joven jugando al rugby, al tenis, al waterpolo o practicando lucha libre en el instituto, apoyado siempre por su familia y en especial por su madre.

"Fui a una escuela corriente y hacía lo mismo que el resto de la gente, nunca me sentí distinto al resto", decía en mayo de 2009 en una entrevista con EFE.

Una grave lesión en un partido de rugby en 2003 reorientó su actividad deportiva al atletismo. Ahí empezó su lucha por el reconocimiento, que no limitó a los Juegos Paralímpicos, que en Atenas 2004 le dieron un oro en 200 metros y un bronce en 100.

En marzo de 2007, se clasificó segundo en los 400 de los campeonatos sudafricanos, con un tiempo de 46.56. Tres meses después, empieza vislumbrar que puede alcanzar su meta de disputar pruebas con atletas no discapacitados.

En la Golden Gala de Roma, llega segundo con un crono de 46.90. Fue su primera participación en una gran cita con atletas sin discapacidad, aunque compitiendo sólo con italianos en unos 400 metros para invitados y no en la prueba principal.

En Roma, técnicos de la Federación Internacional de Atletismo (IAFF) grabaron su carrera para verificar si sus prótesis, que en su parte de apoyo llevan unos clavos similares a los de las zapatillas de atletas, le daban un impulso que se saliera de lo normal.

La polémica estaba servida. Pistorius aspiraba a estar en los Mundiales de Osaka (Japón) de 2007, como paso previo a los Juegos de Pekín 2008. La IAFF no se lo consintió.

En noviembre de 2007, por indicación de la IAFF, Pistorius es sometido a un estudio científico dirigido por el profesor Peter Brueggemann, de la Universidad alemana del deporte de Colonia, para determinar si sus prótesis le dan ventaja sobre el resto de corredores.

El 14 de enero de 12008, la IAFF dictamina que el análisis biomecánico y fisiológicos del esprint largo del atleta sudafricano le otorga una ventaja que vulnera el reglamento sobre las "ayudas técnicas en competición".

Según el estudio, Pistorius gasta un 25 por ciento menos de energía con las láminas curvadas de las prótesis. Consecuentemente, la IAFF prohibió su participación en Pekín.

Pero el atleta sudafricano no es una persona que se inhiba ante los contratiempos. Recurrió al Tribunal de Arbitraje Deportivo, que el 16 de mayo emitió una sentencia histórica: Pistorius es autorizado a competir en las pruebas de la IAFF porque ésta no ha podido demostrar que los efectos biomecánicos por el uso de las prótesis "Cheetah" otorguen ventaja al atleta.

De todas formas, Pistorius no accedió a los Juegos de Pekín porque no consiguió la mínima olímpica en 400 metros (45.55) y tampoco entró en los relevos 4x400 porque al menos seis atletas sudafricanos tenían mejor marca que él.

Pistorius se tuvo que conformar con estar en los Paralímpicos de Pekín, donde sumó tres oros (100, 200 y 400), pero no archivó sus sueños de subir más alto, proeza que confirmó en agosto de 2011 en Daegu (Corea del Sur) de 2011, donde se convirtió, tras conseguir la marca mínima (45.07), en el primer atleta discapacitado que competía en unos Mundiales absolutos.

Pistorius alcanzó las semifinales en Daegu, donde fue octavo y último de su serie con 46.19, después de acceder con 45.39, y ayudó al relevo a entrar en la final, donde fue reemplazado por LJ Van Zyl. El equipo logró la plata.

Dos semanas antes, la polémica volvió a perseguirle. Un estudio del científico sudafricano Ross Tucker concluyó que su compatriota cuenta con 10 segundos de ventaja gracias a las "Cheetah", diseñadas para "altas velocidades".

La aventura de Pistorius tiene ahora una nueva cita: Londres 2012. Una nueva ocasión para probar la voluntad de superación de las personas -"Correrá por todos", titula "La Gazzetta dello Sport" -y para la polémica. Las "cuchillas" son tan singulares que la hacen inevitable.