El británico Andy Murray derrotó hoy en semifinales de Wimbledon al francés Jo-Wilfried Tsonga por 6-3, 6-4, 3-6 y 7-5, en dos horas y 47 minutos, y luchará el domingo por su primer título en el All England Club.

Después de caer en semifinales en los tres últimos años, el tenista escocés consiguió superar esa barrera, quizá más psicológica que tenística, en el cuarto intentó y selló ante un Tsonga irreconocible su pase a la tan ansiada final.

El de Glasgow logró lo que muchos de sus predecesores no consiguieron en más de setenta años y lo que tan solo los aficionados veteranos disfrutaron, ver a un británico en la final de Wimbledon.

Han tenido que pasar 74 años, desde que lo lograra Bunny Austin en 1938, para que el Reino Unido se enganchara delante del televisor y disfrutara con la presencia de uno de los suyos en la final del Grand Slam más tradicional de todos.

Una vez dio tregua la incesante lluvia sobre la capital británica, la organización de Wimbledon decidió reabrir la tan utilizada cubierta retráctil de la pista central para que la segunda semifinal del día no se disputara bajo techo, al contrario que en el partido entre el suizo Roger Federer y el serbio Novak Djokovic.

Murray, de 25 años, ya héroe local, contó con el apoyo de los más de 15.000 espectadores presentes en el All England Club, quienes, entre gritos de "¡Vamos, Andy!" y aplausos, llevaron en volandas a un tenista al que le queda lo más difícil, batir a Roger Federer en la final, quien, de ganar el domingo, igualará el récord de siete títulos del estadounidense Pete Sampras.

El inicio del encuentro estuvo marcado por los largos intercambios de golpes entre ambos tenistas desde el fondo de la pista, más propios de un partido jugado sobre tierra batida que en un encuentro en hierba.

El escocés, pese a presentar ciertas dudas a comienzos de campeonato, desplegó un tenis impecable y sin apenas errores que le sirvió gozar de una cómoda ventaja en los primeros juegos (3-0 a los once minutos).

A medida que avanzaba el partido, Murray se fue sintiendo más cómodo sobre el fondo de la pista central, ya desgastada después de dos semanas de competición, y en apenas 34 minutos consiguió hacerse con el primer set por 6-3.

En una segunda manga donde Tsonga cometió once errores no forzados, Murray mantuvo su tenis ofensivo desde el fondo de la pista para romper el servicio al francés, que erraba una y otra vez en sus subidas a la red, para acabar venciendo por 6-4.

En un tercer set donde los aficionados presentes en la pista central confiaban en ver a su ídolo mantener el nivel de juego y sellar su pase a final, Tsonga limitó sus subidas a la red y mejoró sus derechas desde el fondo de la pista para acabar dominando por 3-6.

Tras dejar escapar el tercer set, el escocés, siempre apoyado por el ruidoso público, rompió el servicio a su rival en el cuarto juego, pero el francés le devolvió el "break" y ganó su saque, instaurando de nuevo las tablas en el marcador (3-3).

La tan mencionada fragilidad mental del tenista de Glasgow parecía no existir en este partido, donde en el octavo juego de la tercera manga fue capaz de levantar dos bolas de rotura de Tsonga, que le pusieron a tan solo un juego para clasificarse para su primera final en la hierba de Londres.

El escocés mantuvo la cabeza fría y, después de ponerse 6-5 en el décimo primer juego, logró romper el servicio a un Tsonga que no fue capaz de luchar contra Murray y contra las 15.000 almas que le apoyaron y acabó cediendo el set y el partido.

Así, Murray confía en finalizar la larga espera del tenis británico y convertirse en el primer tenista de las islas desde Fred Perry en 1936 en coronarse rey de Wimbledon en la final del próximo domingo ante el suizo Roger Federer.

Federer, campeón en el All England Club en seis ocasiones, busca su séptimo entorchado en Londres e igualar así el récord del estadounidense Pete Sampras después de batir hoy en su semifinal al serbio Novak Djokovic por 6-3, 3-6, 6-4 y 6-3 en dos horas y 19 minutos de juego.