Otro año más la Unión Deportiva Las Palmas se agarrará a la Virgen del Pino para que la acompañe en una nueva travesía por la Segunda División. Sin embargo, esta nueva temporada la patrona de Gran Canaria tendrá que dar un empujón más grande para que el equipo amarillo logre su único y vital objetivo, alcanzar los puestos de play off que permitan al menos luchar por el anhelado ascenso a la categoría de oro del fútbol español.

Con el apoyo incondicional de la afición grancanaria (se han superado los 7.000 abonados), en los aledaños de la Basílica de la Villa mariana de Teror, un gran puñado de apasionados amarillos esperaban la llegada del equipo para fotografiarse y recoger alguna rúbrica de los principales protagonistas de las aspiraciones que se ha marcado el club de Pío XII para este curso. La ilusión se nota en las caras de los hinchas y ésta se contagia a los jugadores y dirigentes amarillos.

Pero en el fútbol a veces no sólo basta con la pasión de la afición y las ganas de los jugadores. La Unión Deportiva Las Palmas vuelve a encomendar su suerte a la Virgen del Pino. "Lo primero que vamos a pedir es al menos jugar la promoción; lo segundo que nos guarde de las lesiones, porque el año pasado tuvimos algunas bajas importantes. Así será más fácil", señaló el capitán, David García, que precisamente no tuvo fortuna el curso pasado con las lesiones.

El vicario Daniel Díaz Cabrera también aseveró que "la Virgen se compromete a proteger a los jugadores para que no se topen con las temidas lesiones", al mismo tiempo que pidió a los futbolistas que "recuerden que detrás de ustedes hay gente que ha hecho un esfuerzo para adquirir el abono de la temporada. No les defrauden".

"A veces tenemos que apelar a la suerte y eso se lo dejamos a la Virgen , para que espante los malos augurios. Ella juega con nosotros", aseguró Miguel Ángel Ramírez.

Un ruego amarillo se escuchó en Teror, volver en junio para agradecer una temporada en Primera.