Ejercicio de camaradería en el combate más esperado. El Herbalife Gran Canaria, con 19 puntos de Nelson, se llevó el derbi del Archipiélago de la Liga Endesa tras batir (71-76) al CB Canarias en el Santiago Martín de La Laguna, escenario que dio una lección de juego limpio entre las dos aficiones al término del choque. Con este triunfo, el cuadro de Pedro Martínez suma cuatro victorias y deja al equipo tinerfeño en la zona de descenso con seis derrotas tras seis jornadas de competición.

El Herbalife Gran Canaria, gracias a la aportación desde el banquillo de sus canteranos Óscar Alvarado -5 puntos- y Roberto Guerra -5 puntos- solo pasó apuros en el tramo final del tercer cuarto. Toolson, Scheyer y Newley dejaron su huella en un pulso dinámico y jugado de poder a poder. Guillén amargó el inicio al conjunto de Pedro Martínez y lideró el despertar tinerfeño para dibujar el 20-17. En el segundo cuarto, un soberbio Nelson dio la vuelta al encuentro. Del 26-23 se pasó al 39-43 con el que se llegó al descanso.

Con Prestes y Báez en un registro gris, con la mochila llena de faltas, el equipo de Martínez -ayer de azul- se amparó en el tiro exterior para dinamitar la resistencia del cuadro tinerfeño que se aferró a la experiencia de Guillén. En un tercer cuarto equilibradísimo (acabó con un 18-18), el Gran Canaria vio la luz con la osadía de Óscar Alvarado que brindó un triple para la galería en un momento crucial.

Con un inquietante 57-61 comenzó el último cuarto. El duelo,marcado por las continuas caídas de los jugadores por la humedad del parqué, dejó un final repleto de tensión bajo el caos. Pero la falta de acierto del Canarias condenó a un equipo sin plan b y abandonado a su suerte. Por contra, el Gran Canaria fue letal ante el abismo en la gran tarde de Nelson.

Pero lo mejor estaba por llegar, tras el merecido triunfo del conjunto de Martínez, gracias a un Bellas en los últimos segundos muy entero -firmó nueve puntos-, las dos aficiones se fundieron en un abrazo que vale como ejemplo. De Nelson a Alvarado, el 'Granca' tuvo un pulso de acero ante un rival valiente pero sin criterio. El derbi de los resbalones tuvo acento norteamericano pero con dos gotas de mojo picón. Alvarado y Guerra se revalorizaron en un escenario emotivo, digno de un pulso entre el Teide y el Roque Nublo en la cima del basket nacional.