El Rocasa ACE Gran Canaria recuperó anoche el liderato de la División de Honor Femenina -condición que había perdido desde el pasado jueves tras la victoria del Elche- tras batir por 33-36 al actual campeón de la competición, el SD Itxako, en el pabellón de Estella en Navarra. Las jugadoras de Paco Santana, en un accidentado partido que se saldó con la aparatosa caída de María Luján, que fue atendida en el parqué y permaneció 30 minutos sin intervenir, tiraron de raza y coraje para domar a un portaaviones en horas bajas. La entidad navarra, que adeuda 1,6 millones al plantel del pasado curso, exigió el mejor registro de un Rocasa convincente que tuvo en María González y Haridian -máxima realizadora con 9 tantos- a sus mimbres más brillantes.

En un combate de poder a poder, las grancanarias salieron lanzadas con una puesta en escena sideral. Davinia -que luce L. Hernández en su camisa en homenaje a su madre, que falleció hace dos años- firmó el 0-1 desde los siete metros. Haridian, con dos goles en treinta segundos, dibujó el mapa hacia el tesoro hasta que aparecieron Andrade y Badea. El dúo local aprovechó el desbarajuste defensivo isleño para poner el 6-5 en el electrónico a los nueve minutos de la batalla.

Pero fue entonces cuando Alba y Jezabel dieron otro golpe sobre la mesa para poner en franquicia a las teldenses, que tuvieron que recurrir al acierto de Davinia para alejarse de un rival en plena fase de descomposición. Con el 16-19, y con María Luján, fuera de combate, las pupilas de Santana regresaron a las andadas. Llegó la hora de las porteras Susi y Adriana ante el desconcierto y un clima de relajación perversa. Pero despertó la furia verde para salvar con holgura el primer tiempo (16-19).

El Itxako pisó el acelerador y acarició el empate (21-22) en el primer punto kilométrico del segundo tiempo. Alba tiró del carro y María González completó el trabajo sucio. El Rocasa sí lució su impronta dinámica y letal en el tramo final del encuentro con un baile de pólvora. Davinia dinamitó el engranaje defensivo navarro y María Luján regresó a escena para aportar la pausa necesaria que firman la octava victoria tras un camino eterno de espinas. Liderato con agobios. El navío verde -que ayer vistió de amarillo- sigue su camino hacia el estrellato. Ayer, tocó poner la puntilla a un poderoso en números rojos y reivindicar el rol de las obreras. María González y Haridian, y el rifle de Davinia, bastaron para engordar el sueño y afrontar la última jornada antes del parón, ante el Castro, con un aroma a suficiencia. Hay madera de campeona, y también un Plan B llamado Haridian.