El Granca se ha instalado en una inercia positiva y eso, en un proyecto nuevo, con tantas caras nuevas, es una noticia fantástica. Las victorias ayudan a dar forma al bloque, a que el equipo prevalezca sobre las individualidades. Y esas son las sensaciones que empieza a ofrecer el equipo de Pedro Martínez que ayer, tras una primera mitad aburrida, barrió en el último cuarto al Mad-Croc Fuenlabrada para sumar el quinto triunfo del curso.

Para multiplicar el valor del grupo, el Granca exhibió profundidad de banquillo. En un momento en el que parecía que el rival estaba a un paso de reaccionar, al inicio del tercer cuarto, jugadores como Roberto Guerra, Samu Domínguez o Tomás Bellas aparecieron para ofrecer minutos de calidad. Y ese detalle, en una liga tan competitiva como la ACB, diferencia a los buenos equipos del resto.

El Herbalife Gran Canaria, además de poner sobre el parqué a un buen quinteto titular, dispone de una plantilla capaz de mantener un nivel de juego elevado durante buena parte de cada encuentro. Eso es una virtud que, al final, permite sumar muchas victorias. Y ofrece al entrenador la posibilidad de ofrecer minutos de juego a todos los jugadores, algo que permite generar una buena dinámica en el trabajo.

Pese a las lesiones de jugadores como Xavi Rey, Eulis Báez o Uros Slokar, todos hombres que forman parte de la rotación interior del equipo, el Granca ya está con un balance claramente positivo: cinco triunfos y sólo dos derrotas, unas estadísticas que le meten de lleno en la carrera por estar en la fase final de la Copa del Rey.

Aunque es pronto y el calendario pondrá a prueba el nivel del Herbalife Gran Canaria, de inmediato con dos encuentros lejos del Centro Insular y luego con partidos de máxima dificultad en diciembre, esta plantilla parece capacitada para igualar las cotas anteriores que alcanzó el club.

El reto de este equipo, cada curso, es consolidar su plaza en la categoría. La campaña pasada tocó sufrir, pero las sensaciones en el ejercicio actual son buenas. El equipo no sólo gana, lo hace además con autoridad. Y eso que sólo acumula siete jornadas de competición, un periodo en el que lo lógico es que destaquen las individualidades sobre el bloque, una norma que rompe este Granca.