José Pulido Ascanio Camurrita falleció ayer en la capital grancanaria, a punto de cumplir los 83 años. Su muerte fue de forma repentina. Tras encontrarse indispuesto, fue al servicio de urgencias, donde fallecía poco después.

Hombre afable, entregado al vernáculo deporte con los cinco sentidos, su vinculación al Adargoma San José y a la base siempre ha sido una de sus principales distinciones.

Puntal técnico y habilidoso en sus años de bregador en las filas del Adargoma, donde coincidió con las míticas figuras del vernáculo deporte de la década de los años 40 y 50 del pasado siglo, y con los que pegó, dando más de una sorpresa. Su afinidad en la brega con el entonces puntal tinerfeño Pancho Camurria, le valió ganarse también como apodo el del tinerfeño. Por entonces llegó a luchar al estilo del desaparecido agarre de Gran Canaria de mano arriba o mano metida.

Protagonizó un sinfin de anécdotas variopintas como, por ejemplo, una agarrada suya con Emilín I servir como foto para el primer sello de correos dedicado a la lucha canaria.

Pero junto a su lealtad al Adargoma, Camurrita sentía pasión por enseñar el vernáculo deporte a los niños. Se convirtió así en maestro de los más destacados puntales de distintas épocas de la lucha canaria, sobre todo los innumerables nombres que pasaron por el Adargoma, en distintas etapas.

Su empeño con la base le llevó también a llevar las escuelas muncipales del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, a contar también en las promociones de base del Cabildo de Gran Canaria.

Su admirable labor con los niños en el terrero del López Socas dio lugar a que en el año 2003 el Ayuntamiento capitalino, junto con la Federación Insular de Gran Canaria, le realizaran un reconocimiento, con una placa en el recinto de brega de Ciudad Alta que recuerda su labor y da nombre al terrero. Por entonces contaba con el apoyo fundamental de su hijo, hasta que éste falleció, lo que le supuso un duro golpe emocional.

Camurrita también recibió infinidad de distinciones y honores por esa labor incansable con la promoción de la lucha canaria con los niños. Entre ellas, la otorgada por la Asociación de Periodistas Deportivos de la provincia de Las Palmas, presidida por entonces por José Hernández.

Camurrita fue igualmente un enamorado de otros deportes, como los botes de vela latina, la lucha del garrote, colaborando en diversas facetas de este último deporte autóctono, sobre todo con el investigador Jorge Domínguez, a quien además entrenó en el Adargoma. También, era usual ver a Camurrita en el Estadio de Gran Canaria, siguiendo los partidos de la Unión Deportiva Las Palmas, por quien sentía una verdadera pasión.

El velatorio de los restos mortales de Camurrita está en el Tanatorio de San Miguel, de la capital grancanaria. Descanse en paz.