Hace poco publicó su primera novela, El mentiroso. ¿De dónde nace su faceta como escritor?

Desde pequeño siempre me ha gustado escribir. Soy un profesor de historia frustrado. Si el fútbol no me hubiera dado de comer o no me hubiera llamado para estar entre la élite, seguramente sería profesor de instituto o hubiera estudiado arqueología, que es lo que me gusta. Tenemos muchos viajes, mucho tiempo en hoteles, concentraciones con el equipo... Escribir me evade un poco de mi trabajo, me relaja para que pueda tomar mejores decisiones como entrenador.

Para narrar una historia hay que utilizar la creatividad, como se utiliza en el fútbol para solucionar un nudo táctico del adversario.

Es cierto. Cuando era un chaval en el colegio, los maestros siempre me pedían que hiciera relatos, cuentos y que leyera en clase mis historias. Siempre me gustó, pero nunca pensé que iba a editar nada. Era algo personal, que guardaba en un cajón. Nunca pensé que nadie lo leería, nunca pensé ver un libro mío en una librería. Esto supone una ilusión, es algo que te llena porque es muy personal y estoy contento por la aceptación que ha tenido.

¿Cómo van las ventas?

Estamos satisfechos porque ya marcha por la cuarta edición. Estamos pensando en editar un segundo libro. No tengo ningún objetivo económico con los libros, solo lo hago con un afán lúdico, por satisfacción personal.

¿En sus relatos también hay historias de fútbol?

Siempre hay un guiño al fútbol. Está claro que no lo puedo dejar a un lado, pero es verdad que no me gusta escribir nada sobre fútbol, ni leo nada sobre fútbol. Tengo claro que es mi trabajo e intento dejarlo a un lado en todo esto.

¿Qué impresión causa en la gente de este deporte que usted tenga esta afición?

Todo el mundo me felicita, todos están encantados. Queremos desterrar la idea que tiene la sociedad de que quien se dedica al fútbol es un borrego o un inculto. Afortunadamente esto hace muchos años que dejó de pasar y ahora los futbolistas cada vez se forman mejor, se preocupan más por su futuro. Tengo cantidad de jugadores que están estudiando, que se preocupan por lo que pasará después de que terminen sus carreras. Somos deportistas de alto nivel pero a la vez tenemos nuestras preocupaciones intelectuales.

Entiendo que el entrenador no debe ejercer solo una influencia jerárquica sobre el futbolista, también, intelectual.

Nunca trato de imponer nada a mis futbolistas. El jugador tiene que estar convencido de lo que hace, es el primer camino hacia el éxito. Un jugador que no cree en lo que está haciendo se le nota en el campo y, normalmente, las cosas no le salen bien. Nosotros tratamos de convencer a los jugadores de que nuestra idea es la mejor para encarar los partidos, la que nos va a llevar al triunfo.

¿El Real Betis da para mucha literatura?

Solo con el nombre se podría escribir una historia, pues encarna la historia de la ciudad. El nombre viene del río Betis, que se lo pusieron los romanos; después llegaron los árabes y lo renombraron con Guadalquivir. Cada uno que se quede con el que más le guste. Sevilla fue puerta de América, tras el descubrimiento, y toda la ciudad está embadurnada de siglos de historia. La próxima novela estará ambientada en Sevilla. Intento poner todos los escenarios que conozco, pues soy una persona viajera, en la primera novela salen El Cairo, Nueva York, Jerusalén, Londres...

¿Y Tenerife?

No reniego de los lugares y las personas que me han dado de comer y me han acogido. En el Tenerife tuve mi experiencia, pasé un año malo deportivo y personal, pero le estoy agradecido al club por haberme dado la oportunidad. No salió bien porque tuve que terminar mi labor antes de lo pactado, pero eso también es el fútbol.

¿Cree que el fútbol será amable con Rubén Castro e irá a la selección española?

Es un pena. Rubén Castro es uno de los mayores olvidados del fútbol español. Él ha explotado tarde como futbolista y no le ha favorecido en absoluto que la selección española actual esté casi cerrada. Quitarle posiciones a la gente que juega en su puesto es una tarea casi imposible. Dicho esto, estamos hablando de un futbolista que tiene 31 años y, por lo tanto, lo tendrá difícil. Pero piensa que este que habla, su entrenador en los últimos cinco años, te puede decir que Rubén jugaría, sin duda alguna, en cualquier equipo de Primera, incluido Madrid o Barça. Y, por supuesto, cuanto mejor fuera el equipo, más goles haría.

Y de la Unión Deportiva, ¿qué le llamó la atención del partido de ida de Copa del Rey?

Antes de enfrentarnos a ellos personalmente vi cuatro partidos: Córdoba, Sporting, Huesca y Rayo Vallecano. Y vi lo mismo antes y después de enfrentarnos a ellos, es decir, un equipo que hace las cosas bien, que tiene unos automatismos del centro del campo en adelante que le hace ser peligroso, buenos jugadores en el uno contra uno, con desborde, a mí me gusta. Tiene hechuras para aspirar a cosas importantes, aunque la Segunda División es tremendamente larga y exigente. A veces, los equipos pasan por vaivenes y ojalá la Unión Deportiva cuando entre en un bache pueda salir rápidamente. Si se mete en el playoff, con este estadio y esta afición, puede ser un equipo muy peligroso.

Una curiosidad, ¿cuánto valdrían los goles de Pepe Gol Mel en la actualidad?

Cada uno tiene sus etapas. Gracias a Dios te puedo decir que me considero mejor entrenador que futbolista. Como jugador de fútbol fui del montón, espero tener una carrera mejor como técnico.

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