¿Cómo afronta la prueba de este año, la más dura la historia, que arranca el 2 de marzo?

Habrá un buen nivel, un recorrido nuevo y más duro. No me encuentro en el mejor momento, ya es pronto para mí. Pero será un buen test y así lo afronto.

Concluyó el 2012 a un gran nivel y logró el triunfo en El Hierro.

El año pasado tuve un mal verano y pude estar en mejores condiciones a final de temporada, por eso me encontré tan bien. En El Hierro me lo tomé como un test preparatorio, es difícil entrenar en desniveles aquí [reside en Béjar (Salamanca) por el frío]. Estas carreras vienen muy bien para acumular desniveles y kilómetros.

¿Qué tiene de especial la prueba de la Transgrancanaria?

En Canarias predomina la variedad del terreno volcánico. No se ve en muchos sitios, luego das con una variedad de paisajes que te puede asombrar. Esa amplitud define un escenario muy especial.

Su victoria más especial...

Sería injusto decir una sola carrera; en todas se luchan hasta el final. Decir una sola, no es lo más correcto. Las carreras en las que peor lo pasas es lo que más recuerdas. Las fáciles se te olvidan rápido. Cuando lo pasas mal, cuando tienes problemas físicos, e incluso psíquicos se te quedan para siempre. En San Francisco (Estados Unidos) fueron dos victorias especiales. La primera la logré en los últimos kilómetros y gracias al pundonor. Y en 2012, por el caos, que hubo en cuanto al trazado, también fue difícil el poder ganar y sobreponerme a unas diferencias que no eran reales. Te puedes venir abajo, y puedes tirar la toalla si no te dan las diferencias correctas.

¿Y el instante más agónico?

Podríamos decir que en el Ultra Trail Mont Blanc 2011 en el kilómetro 145 cuando apenas me quedaban 20 para la meta. La rodilla dijo basta y que tuve que parar; fue un momento bastante malo.

¿Ser una figura del trail-running le permite vivir bien?

No, por desgracia. Soy agradecido, ya que puedo dedicarme a él exclusivamente pero no es un deporte del que me vaya a retirar. Cuando se acabe seguiré con mi oficio [regenta una empresa familiar de fontanería en Béjar].

¿Qué imagen, de su victoria de la Trans, recuerda con cariño?

Fue de mis mejores carreras. La entrada en meta en el Auditorio fue especial; al ser de mis primeras victorias a larga distancia. Estaba probando, y la alegría que me supuso fue la más motivante de las que he corrido hasta ahora.

¿En 119 kilómetros hay margen para la estrategia?

Cada uno va a su aire. Las sensaciones marcan y dictaminan

¿Por su dureza, la Transgrancanaria se asimila a otra prueba?

Se parece a la del mítico Mont Blanc (los Alpes); pero para mí es más dura la de la Isla. En menos kilómetros hay un notable desnivel.