José Mario dos Santos Félix Mourinho culpó a los medios informativos de haberle perdido el respeto a Antonio Adán, portero que él encumbró en el Real Madrid como si hubiera descubierto a Ricardo Zamora, Iribar y Arconada en una sola pieza. Finalmente, Mourinho se ha ciscado en Adán. Y en la pechera. Lo ha confinado a la grada. Ni siquiera al banquillo después de haber proclamado que era mejor que Íker Casillas.

No hubo pérdida de respeto hacia Adán. Simplemente, los medios informativos estuvimos en contra de la decisión de dejar al capitán del Madrid y de la selección en la suplencia. Fundamentalmente, porque "la decisión técnica" no era tal. Había, simplemente, venganza. Había castigo a uno de los capitanes del equipo. A uno de quienes no le bailaba el agua y tenía opiniones diferentes. Como las que acaba de tener Sergio Ramos, que le ha contestado por señalarle tras el gol del Manchester.

Adán compareció en el equipo con actuaciones que no hacían presumir que fuera un paquete. Pero tampoco se podía suponer que iba a quitarle el puesto a Casillas. La titularidad de Adán fue uno de los motivos fundamentales por los cuales el público del Bernabéu comenzó a silbar al míster cada vez que su nombre sonaba por los altavoces al anunciar las alineaciones.

Sucedió lo inesperado cuando Arbeloa lesionó a Casillas en una mano y en el club se dieron prisa por contratar a Diego López. La presencia de éste, triunfador en Primera y Liga de Campeones con el Villarreal, relegó a Adán a la suplencia. Éste no ha podido soportar el bochorno que le ha supuesto creer que el entrenador le amaba y ahora le ha despreciado.

Adán era uno más de la plantilla, pero en cuanto el entrenador le dijo que iba a ser titular cambió de actitud y, al parecer, los compañeros incluso comenzaron a creer que se había convertido en uno más del clan portugués. Con Diego López en el césped, a Adán le ha entrado la depresión. Antes del partido con el Rayo estuvo entrenando a Diego y Jesús. Ahora es cuando cree que se le ha faltado el respeto. El pasado domingo ni siquiera fue suplente. Mourinho lo ha convertido en víctima. Le humilló delante del público que lo vio en el césped y ni siquiera estuvo en la lista de los citados.

Adán corrió el peligro de ser condenado por el Bernabéu en cuanto tuviera un pequeño error. Desde la llegada de Diego es solamente una sombra en Valdebebas. Para la próxima temporada tendrá que buscar nuevo equipo.

Las perversas maniobras de Mourinho tienen tales alcances que se pueden cruzar apuestas por la suplencia de Casillas. Si Diego López continúa con buenas actuaciones, el entrenador tendrá a mano lo de la decisión técnica, aunque será venganza con carácter retroactivo.